gasolineras

La Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) ha manifestado su descontento tras la reciente aprobación de la Ley de Movilidad Sostenible en el Congreso de los Diputados. La organización asegura que esta legislación perpetúa «ineficiencias» en el proceso de transición energética, afectando particularmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes) que constituyen el 70% de las gasolineras en España. Impacto en las pymes y críticas a la ley vigente CEEES ha expresado su «profunda preocupación» por los criterios de obligatoriedad establecidos en función de las ventas conjuntas de gasolina y gasóleo, una continuidad de lo dispuesto en la Ley de Cambio Climático desde mayo de 2021. A su juicio, esto «impone la instalación de puntos de recarga en ubicaciones donde no existe demanda real» como estaciones urbanas o especializadas en transporte pesado. Este enfoque, consideran, representa una vulneración de la libertad empresarial y conlleva «una inversión ruinosa» para las pymes debido a la falta de recursos y demanda suficientes. «La imposición de instalación de puntos de recarga vulnera la libertad de empresa y representa una inversión ruinosa para miles de pymes» La confederación aboga por un «criterio de distancia, voluntario y alineado con el reglamento europeo AFIR» para lograr una planificación más racional de la red de recarga. Además, ha señalado que el régimen sancionador previsto es «desproporcionado», dado que está orientado a grandes corporaciones energéticas. Problemas estructurales y falta de coordinación Otro de los problemas señalados por CEEES es el acceso a la red eléctrica, que es «real y persistente». Algunos asociados llevan más de dos años esperando la conexión de cargadores ya instalados, mostrando así «una grave disfunción en la planificación y ejecución». Esta situación pone de manifiesto la falta de coordinación entre administraciones. «La orden ministerial vigente que contempla excepciones para las estaciones de…
Un reciente estudio de Facua-Consumidores en Acción pone de manifiesto la gran disparidad en los precios de los carburantes dentro de una misma provincia en España. Según el informe, que analiza los precios de más de 10,000 gasolineras, las diferencias pueden ser tan importantes que, al llenar un depósito de 50 litros, un consumidor podría gastar hasta 39,50 euros más en función de la gasolinera elegida. La provincia de Murcia destaca de manera significativa al registrar la mayor diferencia en el precio del diésel, alcanzando los 79 céntimos por litro. Este dato contrasta con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, donde las variaciones son mínimas, con solo dos céntimos de diferencia tanto para el diésel como para la gasolina 95. En el caso particular de Murcia, un conductor que elija correctamente la estación de servicio más económica podría ahorrar hasta 948 euros al año llenando un depósito de 50 litros dos veces al mes. El análisis también arroja luz sobre las diferencias de precios en otros tipos de combustible, como el GLP y la gasolina 95. En el caso del GLP, Córdoba encabeza la lista con una diferencia de 40,5 céntimos por litro, seguida de Madrid con 28 céntimos. Por su parte, Granada presenta la mayor diferencia en la gasolina 95, con 62 céntimos por litro. Facua subraya que, en ciertos territorios, «los consumidores pueden ahorrar cientos de euros al año si seleccionan correctamente la gasolinera donde repostan el combustible». Esta disparidad de precios no solo implica una oportunidad de ahorro para los consumidores, sino que también destaca la falta de competencia real en ciertos territorios como Ceuta y Melilla, donde la diferencia máxima en el ahorro anual es de solo 24 euros. El informe de Facua-Consumidores en Acción invita a los conductores a repetir el análisis de los…
Las gasolineras han dejado de ser simples puntos de repostaje. En los últimos años, se han convertido en espacios de oportunidad comercial donde conviven combustible, alimentación, café, pan recién hecho y ahora también supermercados de proximidad. Esta transformación, además de responder a los cambios en los hábitos de consumo, también responde a una estrategia clara por parte de grandes compañías energéticas y cadenas de distribución para diversificar ingresos, fidelizar clientes y ocupar espacios clave en la vida urbana. Un ejemplo claro es el acuerdo reciente entre BP y Dia, por el que se abrirán tiendas de la cadena de supermercados en estaciones de servicio de la petrolera a partir de septiembre. El proyecto comenzará con diez establecimientos piloto en Madrid y Andalucía, pero el objetivo es extender el modelo a escala nacional si los resultados acompañan. Esta alianza permitirá aprovechar el tráfico constante de las gasolineras y convertirlo en ventas adicionales mediante una oferta básica de alimentación, bebidas, artículos de primera necesidad y productos frescos. Además, ambas marcas han lanzado un sistema de fidelización cruzado: por cada 30 litros de carburante, el cliente gana un euro para gastar en la tienda, y viceversa. La idea es clara: convertir una parada rutinaria en una oportunidad de consumo inmediata y práctica. Este modelo ya había comenzado a perfilarse en 2018, cuando Madrid y Barcelona autorizaron la venta de productos no energéticos en estaciones de servicio. Desde entonces, el concepto ha evolucionado de forma acelerada. Repsol, por ejemplo, ha puesto fin a su negocio conjunto con El Corte Inglés y ha comprado el 45 % que este aún mantenía en Gespevesa, la sociedad que gestionaba cerca de 700 estaciones de servicio. Su objetivo ahora es desarrollar un modelo propio de tiendas en gasolineras, sin depender de socios externos. Bajo la marca Supercor Stop&Go, Repsol…
Las diferencias de precio en las gasolineras de Ballenoil en comparación con otras estaciones de servicio tradicionales son significativas, superando los 30 céntimos por litro en ciudades como Madrid y alcanzando los 25 céntimos en Barcelona, según un comunicado de la empresa. Este análisis se basa en datos del Geoportal de Precios de Carburantes del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, que señala que en Madrid la gasolina de 95 octanos llega a costar hasta 1,63 euros por litro, mientras que en Ballenoil es posible encontrar precios hasta 30 céntimos más baratos. La compañía ha atribuido sus precios competitivos a una estrategia de costes que incorpora la automatización del servicio, la digitalización de procesos internos y control directo del suministro. Este enfoque les permite ajustar los precios a diario, colocándolos entre las estaciones más asequibles del mercado. Además, Ballenoil ha resaltado que esta tendencia de precios bajos se extiende a otras provincias como Valencia, Sevilla, Murcia, Toledo, Granada, Cádiz, Badajoz, Valladolid, Huesca, Cantabria, Palencia y Jaén. El modelo de negocio de Ballenoil se centra en un sistema sin servicios añadidos, que prioriza el repostaje automático. Esta estructura ligera permite una reducción de costes fijos, trasladando así parte de los ahorros al cliente. La digitalización de sus procesos logísticos y la gestión directa del suministro también facilitan ajustes constantes en función de la evolución del mercado mayorista. El sistema de Ballenoil se basa en un modelo sin servicios anexos, centrado exclusivamente en el repostaje automático
Este viernes comienza la primera fase de los desplazamientos por la Semana Santa con el precio de los carburantes más caro de la historia Este viernes comienza la primera fase de los desplazamientos por la Semana Santa y se prevén unos 3,7 millones de viajes en coche. Por ello, llenar el depósito en las gasolineras más baratas es una buena opción para ahorrar unos cuantos euros y dar un respiro al bolsillo. De hecho, el precio de los carburantes será el más alto de la historia en una Semana Santa, a pesar de la bonificación de 20 céntimos por litro que se aplica en las gasolineras desde comienzos de este mes. A pesar de ello, si se planifica el viaje y se atiende a los datos que facilita el Ministerio de Transición Ecológica a través de su Geoportal, repostar en un lugar o en otro se nota. Y mucho. Las diferencias según el combustible Así, por ejemplo, llenar un depósito medio de 55 litros con gasolina 95 en Sevilla cuesta 92,7 euros (1,685 euros por litro) en la estación más barata, mientras que en la más cara la factura sube hasta los 103,7 euros (1,885 euros por litro). Es decir, entre un lugar y otro hay una diferencia de 11 euros. En el caso del diésel, la diferencia entre rellenar un depósito promedio de 55 litros en la gasolinera más barata (1,699 euros por litro) y la más cara (1,899 euros por litro) en Barcelona se sitúa también en 11 euros. Por ello, en las siguientes tablas se pueden consultar las gasolineras más baratas de cada localidad española, según los datos recogidos por Europa Press.