Nadia Pérez (Roams): "Si la información fuera más clara y accesible, empresas y consumidores domésticos apostarían por el autoconsumo"
José Donoso (UNEF): “La mitad de los proyectos de autoconsumo que se hacen en España son para el sector industrial”
Cuando el 30% del coste de producción de una empresa está ligado a la factura de la luz, el aumento del precio de la energía eléctrica puede suponer un verdadero problema de rentabilidad. Esta es la situación en la que se encuentra inmerso un sector aún fuertemente vinculado al consumo de combustibles fósiles, y ante la cual cada vez más empresas en nuestro país han encontrado una salida en las energías renovables y, sobre todo, en el autoconsumo.
Así lo considera Nadia Pérez, directora de Comunicación y Marketing de Roams, un prescriptor y asesor digital de servicios energéticos que compara y recomienda las mejores opciones para cada tipo de usuario según sus necesidades, de forma gratuita y transparente. Apunta, sin embargo, que aún se puede hacer mucho más. “Desde el año 2000”, explica, “la preocupación por el impacto medioambiental de las empresas españolas las ha llevado a impulsar grandes planes de desarrollo para reducir emisiones, generar menos residuos y utilizar energías limpias en sus procesos de producción”. Además, en la última década, esto ha pasado a ser, incluso, “un importante factor en sus planes de marketing corporativo”.
“En este sentido”, continúa Pérez, “existen dos perspectivas: la de las empresas productoras de energía y la de las empresas consumidoras de energía para el desarrollo de su actividad”. En el caso de las compañías energéticas, desde Roams han podido observar como Iberdrola, Acciona y Siemens Gamesa son las tres compañías que están a la vanguardia en instalación y desarrollo de energías limpias en nuestro país.
“Son las responsables de un gran número de parques de generación renovable, así como punteras en el compromiso por la reducción de emisiones de carbono”, subraya. Enfocado al consumidor, esto se traduce en la propuesta de nuevas tarifas verdes o, en algunos casos, incluso, en la horizontalidad de esta opción a todo su catálogo de productos.
En el caso de las empresas, más allá de nuestras fronteras, Amazon se ha convertido en una de las compañías líderes en el desarrollo y uso de energías renovables. “De hecho, este gigante de internet espera utilizar únicamente energía limpia de aquí a 2025”, señala Pérez. “En España”, añade, “tenemos ejemplos de alternativas y fusiones energéticas, como el del grupo Cerealto Siro. Su planta de Venta de Baños utiliza sus propios residuos orgánicos para obtener biogás y alimentar sus calderas, gracias a su acuerdo de colaboración con la planta de Subproductos Tuero. De esta forma, la compañía evita el consumo de energía nueva, demostrando que existen otras opciones para hacer funcionar las grandes fábricas de nuestro país”.
La cobertura energética
Pero, ¿pueden actualmente las energías renovables cubrir la demanda energética de las empresas de nuestro país? “El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece que, para 2050, la energía renovable debería cubrir el 86% de la demanda energética de los hogares y el 91% de la demanda de empresas y servicios”, explica Pérez.
“Teniendo en cuenta la energía que somos capaces de generar, parece plausible que, efectivamente, en España pudiéramos cubrir toda nuestra demanda energética con energías limpias”, señala. Sin embargo, Pérez advierte también de que “en esta realidad intervienen factores asociados como los acumuladores, las reservas y las dependencias de seguridad, que serían necesarias para mantener el aprovisionamiento en caso de crisis climatológica”.
Llegar hasta los niveles de penetración de la energía renovable planteados en el PNIEC implica, sin duda, la necesidad de promover y comprometerse al desarrollo de nuevas plantas de energías renovables, impulsar su puesta en marcha con ayudas, subvenciones y poniendo fáciles las cosas a quienes quieren dar este paso. “A día de hoy, es una gran inversión que necesita ser compensada por los organismos públicos para que sea rentable para las empresas y pueda entrar a forma parte de sus planes estratégicos de desarrollo”, matiza Pérez.
Y señala que “resulta sorprendente que, cuando hablamos de autoconsumo y energías limpias, no se potencie la formación y divulgación en la calle, ya que, para cualquier consumidor, es todo un desafío emprender un proyecto de este tipo”. “Hacen falta expertos, asesores, consultar mil normas, comprobar cuáles son las competencias de los organismos regionales y, en última instancia, preguntar hasta la saciedad para informarse sobre cuáles son los planes de ayuda a los que se puede acceder. Es prácticamente una tarea titánica”, explica. “Si la información fuera más clara y accesible, probablemente tanto las empresas como los consumidores domésticos serían más proactivos y apostarían por el autoconsumo”, asevera Pérez.
Energías limpias y rentables
En cuanto a la rentabilidad de optar por las renovables y el autoconsumo energético, Pérez advierte también de que “hay que tener en cuenta que, actualmente, el autoconsumo no es un ‘yo me lo guiso, yo me lo como’ al cien por cien”. Y es que, de la misma forma que las compañías eléctricas no pueden asegurar que la energía que llega a un hogar procede de una fuente u otra, la clave del autoconsumo está en que cada vez sean más los puntos de generación de energía limpia.
Y es que, tal y como señala Pérez, “las comercializadoras de energía lo que hacen es emitir un certificado de garantía de origen cuando contratas una tarifa verde, por ejemplo. En él te aseguran que la cantidad de energía que ha consumido tu instalación, ellos la generan de forma sostenible, pero obviamente no son los kWh a título individual”.
“Tenemos casos de éxito de autoconsumo energético para pymes en zonas del centro y norte de España. Junto a las principales capitales, estas regiones acumulan las máximas búsquedas de asesoramiento de este tipo en nuestra empresa”, señala Pérez. “La rentabilidad de la energía limpia para las empresas debe ser clara”, afirma, ya que “existe un problema de dimensionado de sus necesidades, siendo completamente distinto el caso de una pyme que el de una gran empresa, pero también entre las distintas pymes de diferentes sectores”.
En este sentido, en muchos casos, “el hueco que deja la falta el sostén público, lo cubren empresas del sector privado que se ofrecen a financiar instalaciones solares fotovoltaicas, térmicas y eólicas a pequeñas y medianas empresas”. De esta forma, la amortización es posible en menor tiempo, y las ventajas de utilizar energía renovable también son percibidas por las arcas de las compañías.
Energía fotovoltaica, el futuro del sector
Por otro lado, no se puede hablar de autoconsumo energético sin hablar de energía fotovoltaica. “El 99% del autoconsumo se hace con este tipo de energía, por razón de costes y de versatilidad de la instalación”, explica José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). De esta manera, la transición del consumo energético proveniente de combustibles fósiles al consumo sostenible no se entiende sin la fotovoltaica.
“La energía solar es la que menos impacto tiene en el medio ambiente y la más competitiva en países con este recurso, como es el caso de España”, apunta Donoso. De hecho, afirma que en nuestro país se instalaron el año pasado 2.700 megavatios de potencia en suelo, sin ningún tipo de subvención ni subasta pública: todo como contrato bilateral o a megavatio de mercado. Además, se instalaron 590 megavatios de autoconsumo.
Es decir, está creciendo de forma importante. “El autoconsumo es la forma más sencilla para las empresas de optar por la fotovoltaica y, aproximadamente la mitad de los proyectos de autoconsumo que se hacen en España son para el sector industrial”, dice, señalando también la importancia de que se contemple este sector dentro de los fondos del Plan de Recuperación tras la Covid-19, ya que “el Gobierno ha adjudicado 900 millones de euros para subvenciones de proyectos de autoconsumo y de almacenamiento”.
Todo ello hace que este momento “sea una buena ocasión para las empresas que quieran apostar por una energía más sostenible, porque se pueden beneficiar de estas subvenciones, que suelen estar en torno al 30%”. Además, ante la subida del precio de la luz “el autoconsumo es una opción muy interesante”. De hecho, para Donoso, los precios actuales de la factura eléctrica “lo que están haciendo es poner sobre la mesa a las empresas la necesidad de ‘vacunarse’ ante estas variaciones de los precios, y el autoconsumo les ayuda en gran medida”.
“Las renovables son el Marvel de la energía, las heroínas ante esta situación de subida tan espectacular del precio de los combustibles fósiles que llevamos arrastrando desde antes de verano”, señala, por su parte, Lucía Dólera, directora de APPA Renovables. Sobre todo, teniendo en cuenta que en España no hay combustibles fósiles, pero sí hay sol. “Tenemos que ser capaces de explotar aquello en lo que somos ricos, como se hace en otros países”, añade, ya que “en España tenemos la suerte de que tenemos mucho sol y con una muy buena radiación”.
“La buena noticia es que parece que ahora mismo hay sintonía entre sociedad y gobierno en este sentido, por lo que realmente es parte de la solución a esta problemática”, afirma. Sin embargo, advierte de que “también tenemos que ser conscientes de que esta transición no se va a producir de un día para otro”. El camino de la energía fotovoltaica en nuestro país no ha sido sencillo. Así lo explica Luis Navarro, gerente de Cubierta Solar, una compañía especializada en la instalación de este tipo de energía para el sector industrial.
“En España, la fotovoltaica tuvo un mal comienzo con esa época de régimen primado de los huertos solares, porque esta tecnología era muy cara en sus comienzos”, dice. “En 2008 España fue el país donde más fotovoltaica se instaló de todo el mundo”, añade. Pero llegó la crisis de 2008, “y no se gestionó bien el sector”. No fue hasta 2012, de hecho, cuando los precios comenzaron a bajar y empezó a fomentarse el autoconsumo.
“En Centroeuropa comenzaba a instaurarse este modelo, y España, siendo el punto de sol más importante del continente, estaba claro que iba a ser el primero en esto, pero no fue así”, indica Navarro. “En 2015 llegó el famoso impuesto al sol, que penalizaba por autoconsumo”. De hecho, reconoce que a día de hoy todavía le preguntan si el autoconsumo de energía fotovoltaica es legal o no. “Tuvimos que hacer mucha labor de evangelización”, añade.
Para Navarro, el punto de inflexión no llegó hasta 2017, de la mano de empresarios pioneros del textil y del plástico. “En aquel momento la sostenibilidad era como muy opcional, muy de grandes multinacionales, pero pequeñas y medianas pymes ya tuvieron la visión de que era un elemento diferenciador”, asevera. Esto, junto a la derogación del impuesto al sol y que la innovación había logrado que el precio de esta tecnología se abaratase inmensamente, facilitaba que la amortización fuera más temprana.
“En 2019 se cambió toda la anterior legislación, y empezaron a surgir nuevas empresas que también ayudan a evangelizar y a crear la necesidad”, añade. Desde entonces, “algunos fondos de inversión han apostado por bajar al tramo Pyme con el modelo PPA. Es decir, pasaron a financiar a las pymes, de tal modo que la empresa en sí no hace la instalación, sino que lo hace el fondo, y este le vende la energía a un precio mucho más barato que la red. Durante 10 o 12 años le compran la energía, y después es suyo”, explica.
Además, también existen comercializadoras eléctricas que hacen el servicio completo, de tal manera que estas energías limpias ya no suponen una amenaza para ellas. “Va la empresa instaladora, el fondo de inversión, la comercializadora eléctrica y lo que hacemos es dar una tarifa plana 24 horas donde una parte importante de la energía se genera a través de la instalación fotovoltaica”, dice Navarro, “de tal forma que nosotros hacemos la instalación, la eléctrica les proporciona los kW tanto de la instalación como de la red y una financiera lo financia. La empresa tiene un precio cerrado, predecible y mucho más barato que el mercado”.
“Es cierto que todo lo que suponga un cambio puede dar un poco de miedo, pero estamos hablando de clientes que tienen facturas que han pasado de 20.000 a 50.000 euros al mes”, señala. En la misma línea, Donoso subraya que, aun sin tener en cuenta esta situación, “la amortización de una planta de autoconsumo en la industria es de cuatro o cinco años, y ahora, que están estas subvenciones, pueden reducirse a tres años”. “Además, no olvidemos que el autoconsumo es la forma que tienen las empresas de mostrar su solidaridad y concienciación con la emergencia climática, con lo cual, también tiene ese factor importante en cuanto a imagen corporativa”, asevera.
“Técnicamente en realidad no es para nada complicado”, tranquiliza Dólera, quien recomienda “fervientemente” que, quien quiera sumarse a ello, se ponga en contacto con una empresa conocedora del sector, “que sea capaz de hacer un estudio de cuáles son los hábitos de consumo de tu compañía a lo largo del año, y que te haga una instalación en función a ello”. Además, recalca la posibilidad de hacer un estudio para integrarse de la forma más eficiente en el espacio del que se dispone.
“Es mucho más sencillo de lo que pueda parecer, tanto a nivel industrial como para empresas más pequeñas, pero siempre hay que hacerlo con gente profesional y con productos con su certificación de calidad, ya que son instalaciones que pueden durar entre 25 y 35 años y hay que hacerlo bien y que mantenerlo, por lo que el servicio postventa es muy importante”, subraya Dólera.
El futuro de las renovables
“No se pretende que la fotovoltaica cubra el 100% de la demanda energética de nuestro país, pero sí una parte muy importante, y puede hacerlo complementada con el almacenamiento, posiblemente también con hidrógeno”, reconoce Donoso. En definitiva, “lo ideal es hacer un conjunto entre fotovoltaica, eólica y otras fuentes de energía renovables”. “Para la industria genera muchísimos beneficios, porque es un ahorro absolutamente directo, haciéndoles mucho más competitivos”, dice Dólera, lo cual se suma a “todos los beneficios para el medio ambiente, así como la imagen corporativa”. “Inditex es el ejemplo más claro de todo esto”, añade, haciendo referencia al plan de sostenibilidad de la compañía.
“Solo con el dato de lo que ha bajado precio de la energía eólica y fotovoltaica en los últimos 10 años –esta última un 90%– ya debería ser un aliciente para que apostemos por ellas”, dice Dólera. Además, la inversión en I+D+i en España “supera la media europea, y muchas de las patentes pertenecen a energía solar”, lo cual demuestra que se trata de un sector seguro, que apuesta por renovarse e innovar para hacerse más eficiente”.
“El paradigma energético está cambiando y evolucionando totalmente”, añade Dólera, “no somos conscientes del potencial que va a tener el incorporar nuestras renovables en nuestro día a día”. Por su parte, Navarro considera que, si bien es cierto que el sector está madurando y se está acelerando, por su historia y el impacto de la crisis financiera no ha tenido un crecimiento “de manera natural, como en Francia, que ha ido madurando desde 2012”.
Además, señala que las subvenciones que actualmente ha anunciado el Gobierno “están muy bien para lo que hace falta, que es el almacenamiento, porque las baterías son el complemento perfecto del autoconsumo y es algo que todavía es muy caro porque la tecnología aun es inmadura”.
Sin embargo, “¿qué hacen las empresas cuando oyen la palabra subvención? Que dejan de invertir a la espera de que las den. En este caso las anunciaron en junio y aun no lo han hecho. Como son incentivadoras tienes que hacer todo después de que se publique, y como hasta noviembre no se ha hecho, ha estado todo parado”, explica Navarro, convencido de que sería más efectivo “el modelo americano de deducciones fiscales que se han dado durante todo el año”.