Capital habla con José Manuel García-Margallo, exministro de Asuntos Exteriores y eurodiputado del PP sobre las posibilidades que tiene España de suplir el gas ruso
El pueblo que no conoce su historia está destinado a repetirla. Tras la anexión de Crimea a Rusia, siguiendo la "Estrategia Europea de Seguridad de Suministro energético" desde 2014 lo que se planteó la Unión Europea era que, para poder tener un margen de maniobra mayor respecto a Rusia, había que evitar que las sanciones que nosotros estableciésemos fuesen contestadas con represalias en materia energética, sobre todo en materia de gas”, sentencia José Manuel García-Margallo, exministro de Asuntos Exteriores y actual eurodiputado del Partido Popular.
La demanda de gas de la Unión Europea (UE) ascendió en 2012 a 422,2 bcm/año, de los cuales, aproximadamente, un 34% quedaba cubierto con producción propia, un 24% con importaciones de Rusia, un 23% de Noruega, un 7% de Argelia y, con gas licuado (GNL) un 12%, según un informe confidencial del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación al que ha tenido acceso Capital.
Pero, ¿cómo llega el gas ruso a Europa? Por tres vías: el gasoducto Nord Stream, el gasoducto de Rusia-Bielorrusia-Polonia y la red de gasoductos a través de Ucrania. Entre el 40% y el 60% del gas ruso recibido por la UE, depende de los años, llega a través de Ucrania.
Por ello, como ya advirtió García-Margallo y se plasmó en la nota sobre la Estrategia de Gas europea de 2014, “la excesiva dependencia del gas ruso -en algunos países incluso total o prácticamente total- plantea un serio problema estratégico, no solo de precios sino sobre todo de suministros. Ante posibles problemas de abastecimiento, gran parte de Europa no tiene alternativas”.
“Mi tesis era que, si queremos tener más margen de maniobra sin tener que afrontar consecuencias que nos harían mucho daño, hay que buscar alternativas energéticas”, comenta el exministro de Exteriores a Capital. El plan estratégico iba encaminado a crear una red gasista integrada que permita la circulación del gas por toda la UE para así aprovechar todas las opciones de suministro.
La Unión Europea depende en un 40% del gas que viene de Rusia. “Si tú quieres establecer sanciones y ellos te amenazan con poner a pasar frío a 600 millones de europeos, o incluso, paralizar las industrias, estás peleando con un puñal a la espalda”, añade García-Margallo en un contexto marcado por la actual invasión rusa en Ucrania.
La opción española
España cuenta con dos gasoductos que la conectan con Argelia y por la que recibe o puede recibir 20 bcm/año: Orán (Argelia) a Almería y Marruecos a Tarifa. Además, “tenemos siete estaciones de regasificación, más que ningún país de Europa, destinadas a regasificar el gas licuado que nos llega por buques metaneros".
“Tenemos siete estaciones de regasificación, estaríamos en condiciones de suplir hasta un 40% el gas que viene de Rusia sin hacer nada”
Estas plantas españolas operan solo a un 20% de capacidad, incluso alguna no está operando. Esta baja productividad se debe a los altos precios del GNL en Extremo Oriente -con transporte marítimo-, que hacen más rentable el gas argelino -por gasoducto-, según se muestra en la nota sobre la Estrategia de Gas europea de 2014. Por lo tanto, "estaríamos en condiciones de suplir hasta un 40% el gas que viene de Rusia sin hacer nada”. Entonces, ¿cuál es el problema? "Pues el problema es la inexistencia de conexión de nuestra red de gasoductos con la red europea extrapeninsular", confirma.
Para García-Margallo, la solución estaría en “hacer unas ampliaciones de esos gasoductos de la Península Ibérica conectándolos con Francia y estableciéndole a la regasificación un porcentaje mayor”.
Su tesis apoyaba montar unas interconexiones con gasoductos con Francia a través de las cuales “te colocabas en toda Europa, llegabas a toda la Unión Europea y resolvías el problema”. Sin embargo, observando el documento, el exministro de Asuntos Exteriores considera que “faltaba unificar un total de 113 kilómetros con un coste de 100 millones de euros. Es decir, la mitad de lo que nos va a costar a los madridistas Mbappé”.
“Interconectar toda Europa con gasoductos nos costaría la mitad que a los madridistas Mbappé”
José Manuel García-Margallo recuerda cómo se reunieron en Madrid junto con Mariano Rajoy, ex presidente del Gobierno de España (2011-2018); François Hollande, ex presidente de la República Francesa (2012-2017); y Jean-Claude Juncker, ex presidente de la Comisión Europea (2014-2019), “quien nos compró la idea”, haciendo referencia a su partido.
Pero hoy, “no se ha hecho nada y ahora nos encontramos con que no sabemos cómo suplir el gas si Rusia nos lo corta o nosotros decidimos cortárselo para dañar su economía”. García-Margallo dice: “Hágase esto”. Considera que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores dejaron muy encauzado el estudio y hoy sería una solución esencial para los problemas de abastecimiento de la Unión Europea.
La postura de la Comisión Europea
Frente a la posible coordinación entre los Estados miembros y utilización de todos los depósitos de gas disponibles, García-Margallo añade que “es un trabajo que la Comisión tiene que hacer para garantizar reservas y suministros a unos precios asequibles porque aquí, estamos hablando de competitividad”.
Desde su perspectiva, “Europa tiene que hacer muchas cosas, como desde un pacto de asilo e inmigración que no está hecho, hasta una política de exterior y política de defensa común”. Por otro lado, realza la necesidad de un plan energético para toda Europa, donde se pongan en común todas las energías.
El eurodiputado y exministro concluye con la idea de “crear un mercado de la energía interior único”, como si fuera un mercado nacional. Es decir, “seguir avanzando hacia los Estados Unidos de Europa”.