El gasto en Defensa se ha incrementado en la mayoría de los países de la Unión Europea, con los objetivos de sostener la Guerra de Ucrania y de cumplir con el 2% establecido por la OTAN
El gasto en Defensa de los países de la Unión Europea se ha incrementado notablemente desde el comienzo de la Guerra de Ucrania, hasta alcanzar el 2% del PIB en la mayoría de los casos. Los europeos gastamos casi 180.000 millones de euros al año, casi el triple que Rusia, aunque esto nunca es garantía de éxito.
La invasión rusa que comenzó en febrero ha sido el principal culpable de este incremento desmedido en muchas países pertenecientes al bloque atlántico. En algunos casos, las cifras llegan a ser bastante llamativas.
El primer caso de incremento en gasto en Defensa lo protagonizó Alemania. De forma sorpresiva, el país germano anunció una partida de 100.000 millones de euros dedicados exclusivamente a mejorar su ejército. Con esta medida, los alemanes esperaban rebasar el 2% del PIB acordado por la organización atlántica.
Dicho y hecho. Con esta nueva inyección destinada expresamente a la defensa del país y del conjunto europeo, los alemanes han pasado de gastar 51.000 millones de euros en Defensa en 2020 (1,54% del PIB) a superar con creces el objetivo del 2% establecido por la OTAN.
Sin embargo, el caso de Alemania no ha sido el único que ha causado estupor en el panorama internacional. Rusia esperaba una Unión desorganizada que se mantuviera al margen del conflicto, pero la intervención de Estados Unidos ha logrado unir a los socios de la Alianza Atlántica como no se veía desde la Guerra Fría.
El resurgir de la OTAN frente a la Rusia de Putin
El mundo condenó enérgicamente la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022. Putin ya se imaginaba el rechazo que este ataque iba a generar en el contexto internacional. Lo que no se imaginaba era que todos los países aliados fueran a unirse en un frente común.
Gracias a la intervención estadounidense, los países europeos y otros aliados como Australia o Japón quedaron convencidos de que Occidente debía hacer frente al invasor ruso en Ucrania. Por ello, todos los países tomaron una decisión de forma unánime: aumentar el presupuesto militar en sus respectivas naciones.
En el caso de Estados Unidos, este incremento no ha sido muy necesario. El país americano es con mucha diferencia el estado que más gasta en Defensa. De hecho, gasta tanto que ni siquiera la suma del total de los diez países que están detrás de Estados Unidos en esta lista supera su presupuesto.
En total, el gigante americano gasta al año unos 801.000 millones de dólares en lo relativo a Defensa. Esto supone casi un 4% del total de su PIB, y un 8% de gasto público destinado a temas militares. Por ende, el gasto per cápita del país sería de unos 2.000 dólares al año.
China es el siguiente en la lista. Con más de 293.000 millones invertidos en 2021, el país asiático incrementó hasta en un 4,7% su anterior dato de 2020. Según un estudio del SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute), el gigante asiático lleva 27 años consecutivos incrementando su gasto en Defensa.
La creciente competitividad de China con sus enemigos (Japón, Taiwán, Corea del Sur, India) en los mares del sur ha permitido que el Partido Comunista justifique este incremento sostenido. Por si fuera poco, los chinos botaron su tercer portaviones operativo para la armada la semana pasada.
¿Y Europa? Además del mencionado caso de Alemania, que en 2021 gastaba 55.000 millones de euros y ahora ha inyectado otros 100.000 millones de golpe, tenemos otros casos relevantes.
Las principales potencias europeas nunca han estado cerca de ese 2% establecido por la OTAN. Alemania lo ha hecho en este 2022, pero Italia o España siempre han estado lejos de dichos objetivos. Solo Reino Unido y Francia sobrepasaban estas cifras antes de la invasión rusa.
Los británicos destinaban un 2,25% del total de su PIB para gastos relacionados con la Defensa. Esto supone unos 54.000 millones de euros al año, algo así como 811 euros por ciudadano. Los franceses, por su parte superaban por poco el objetivo establecido, gastando unos 46.000 millones de euros al año; es decir, un 2,02% del PIB francés.
Italia también estaba muy por debajo. Con unos 22.400 millones de euros al año, los italianos apenas gastaban en Defensa un 1,34% de su Producto Interior Bruto.
Según este estudio del SIPRI, en 2021 solo ocho países de la OTAN alcanzaban el objetivo establecido. Ahora, la mayor parte de los países aliados se han puesto las pilas para alcanzar o superar dichas cifras.
El caso de Rusia también es reseñable. Los de Putin gastaron unos 55.000 millones de euros en 2020, algo más del 4,3% de su PIB. Pero la situación ha dado un vuelco. Preparándose para la futura guerra, los rusos aumentaron su presupuesto militar en 2021, y por supuesto, lo han vuelto a hacer en 2022.
Gracias a este aumento del presupuesto en 2022, los rusos han podido destinar 48.000 millones a lo que ellos llaman "línea de defensa nacional". Esto supone casi tres cuartas partes del presupuesto militar de Rusia para 2022, que según el estudio del SIPRI, va a seguir al alza. De hecho, el gasto total destinado a inversión, empresas y en general a la industria militar, se eleva hasta los 605.000 millones, lo que ha permitido que el Ejército Ruso aún siga resistiendo en Ucrania.
Por su parte, los ucranianos gastaban 5.900 millones de euros al año en Defensa. Tras la invasión, el presupuesto se ha incrementado en un 72%.
El curioso caso de España
España es uno de esos países que nunca ha despuntado en lo que se refiere a gasto a militar. A pesar de estar entre los doce o trece países más poderosos del mundo en términos económicos, los ibéricos apenas gastaron un 1% del PIB en Defensa.
Cuando Donald Trump aún gobernaba desde el Despacho Oval, Estados Unidos quiso imponer un aumento del gasto militar para que este alcanzara el 3,7% por cada miembro de la OTAN. En esa ocasión, toda Europa rechazó aquella disparatada propuesta, alegando que un mundo en paz no necesitaba más armas.
El tiempo le dio la razón a Trump, y por desgracia, Europa se ha visto sumida en una guerra que nadie podría haber previsto hace apenas un año. En vista de que todos los países de su entorno aumentaban de forma inmediata su gasto en Defensa, nuestro país ha decidido no quedarse atrás.
España gastaba hasta ahora algo más de 11.000 millones al año en materia militar, muy por debajo de una potencia de sus características. Esto equivale a 237 euros por cabeza. La situación ha dado una vuelta de 180 grados, y el Gobierno ha decidido que es el momento de abandonar la antigua política anti gasto.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, fue la primera en reconocer que España estaba en proceso de cumplir con lo establecido por la OTAN: alcanzar o incluso superar el 2% del PIB en gasto militar. Hasta ahora, el debate relacionado con la materia militar siempre quedaba fuera del ojo de los gobiernos, pero las complicaciones de la Guerra han cambiado las tornas.
Sin embargo, este futuro incremento en el gasto militar tiene que ser aprobado en los presupuestos, y ya han surgido detractores del proyecto para mejorar las Fuerzas Armadas.
Se trata de varios partidos que conforman el pilar donde se sustenta el gobierno de coalición, entre los que se encuentran Unidas Podemos, Esquerra Republicana de Catalunya y Bildu. Este rechazo momentáneo al aumento del gasto en Defensa se debe a que los partidos de izquierdas consideran que es innecesario, especialmente debido a la emergencia climática y energética que estamos viviendo en Europa.
El Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha reafirmado el alza del presupuesto aludiendo a los puestos de trabajo que genera la industria militar en España, y a la gran intervención de la UME durante los incendios de verano. De momento, los presupuestos de 2023 siguen en el aire, pero el compromiso de España en el ámbito de Defensa parece firme.