Hablar de maestros relojeros en Madrid es hablar de Pedro Izquierdo. Un centro relojero de referencia con más de medio siglo de historia (apertura en 1965) en cuyos talleres se han formado algunos de los mejores artesanos del país.
Entrar en el Centro Relojero Pedro Izquierdo es visitar un museo del tiempo. Dentro del mismo se pueden encontrar maquinarias y piezas de toda la historia de la relojería: medidores de tiempo de la Edad Media, antiguos relojes para fichar en el trabajo, primitivos relojes para ciegos e incluso ediciones limitadas de grandes firmas. Toda una exposición en la que encontrar desde relojería fina (de pulsera y bolsillo) a relojería gruesa (de sobremesa, pared, de torre).
En cada sala se puede palpar la sabiduría relojera de toda una vida dedicada al cuidado de estas precisas máquinas. Un conocimiento y destreza adquirido con paciencia y trabajo durante casi 60 años de historia y cuyas enseñanzas continúan vivas de la mano de sus hijos, quienes además prosiguen la labor formadora de su padre instruyendo a las nuevas generaciones de relojeros en su escuela.
Capital conversa con Pedro Izquierdo Huete, actual director del centro y heredero del maestro Pedro Izquierdo, para conocer más sobre este escultor del tiempo.
¿Qué se siente al continuar con la trayectoria de uno de los grandes maestros relojeros de este país?
Es un privilegio contar con el prestigio y el renombre que tiene mi padre, el maestro Izquierdo, y por supuesto una gran responsabilidad de conservarlo realizando trabajos de gran calidad como llevamos haciendo a lo largo de los años.
¿Cuántos años de aprendizaje y trabajo son necesarios para que un relojero pueda llegar a ser catalogado como maestro?
En la relojería nunca se deja de aprender, incluso mi padre confiesa habitualmente que sigue aprendiendo después de 50 años en el oficio.
La precisión, paciencia y el control de los nervios son vitales en esta profesión. ¿Cree que son cualidades naturales o que se pueden adquirir con tiempo y trabajo?
La práctica hace al maestro. Cierto es que la precisión es una característica indispensable para un relojero, la misma se adquiere con el tiempo y la experiencia. Por eso, sí, se puede sin duda y se adquiere con el tiempo y el trabajo.
Su padre, y ahora usted como nuevo maestro, elaboran relojes únicos de edición limitada para rendir tributo a la historia de nuestro país con la colección Hispania o a personajes destacados como Isaac Peral (inventor del submarino). ¿Qué tiempo de trabajo requiere la creación de cada una de estas piezas únicas?
El tiempo de trabajo para cada uno de los relojes es muy relativo y depende de muchos factores como el número de unidades o la dificultad del modelo de reloj, entre otros. Es muy complicado realizar una estimación del tiempo que se suele emplear.
La destreza y precisión de Pedro Izquierdo ha querido ser aprendida por cientos de personas en nuestro país. Una demanda de sabiduría que llevó a su padre a fundar la escuela de relojería de Madrid hace más de 20 años. ¿Cuántos alumnos se forman en la actualidad en su centro?
Normalmente preparamos entre 10 a 12 relojeros anuales ya que damos cursos muy personalizados con un máximo de cuatro alumnos por curso, aunque debido a la pandemia nos hemos visto obligados a suspender los cursos de relojería, con previsión de reanudarlos a principios de 2023.
¿Cree que la profesión de relojero tiene futuro o será remplazada a medio plazo por la automatización de procesos? ¿Se valora en su justa medida el trabajo artesano de un maestro relojero?
Lamentablemente, una gran parte de la relojería ha evolucionado hacia el cuarzo o pila y el “cambio de movimientos” en lugar de su reparación, pero cada vez más se está volviendo a los relojes mecánicos y de nuevo se buscan relojeros con experiencia para reparar relojes, algo que nunca podrá realizar una máquina automatizada.
