La Seguridad Basada en el Comportamiento (SBC) emerge como una metodología clave para transformar la percepción y actitud de las personas trabajadoras hacia los riesgos laborales, combinando elementos técnicos y emocionales para fomentar una cultura de prevención sólida y sostenible. Este enfoque, desarrollado por entidades como Quirónprevención, integra técnicas avanzadas de análisis del comportamiento humano, y herramientas de autogestión emocional para fortalecer la seguridad laboral desde un punto de vista integral.
En concreto, se trata de un programa que aborda de manera integral diferentes técnicas para mejorar la seguridad y salud en las empresas, dirigido especial y precisamente, a aquellas que aún con el cumplimiento de la Ley de prevención de riesgos laborales y su desarrollo reglamentario, no han conseguido los objetivos de reducción de la siniestralidad o mejoras de las condiciones de trabajo previstas inicialmente.
También va orientado a empresas que, tras alcanzar sus objetivos fundamentales, desean continuar avanzando en sus sistemas de Prevención de Riesgos Laborales, aspirando a la excelencia y promoviendo en toda la plantilla una comprensión integral de la Seguridad y Salud en el trabajo.
"La Seguridad Basada en el Comportamiento de Quirónprevención se centra en cambiar actitudes y emociones para reducir riesgos laborales"
La importancia del factor humano en la seguridad laboral
El éxito de las políticas de seguridad en el trabajo depende no solo de proporcionar procedimientos, controles técnicos o equipos adecuados, sino también de la capacidad de motivar, formar y concienciar a las personas trabajadoras sobre la importancia de trabajar de manera segura. Esta filosofía reconoce el factor humano como central para lograr un compromiso genuino con la seguridad.
En este contexto, el programa SBC de Quirónprevención se presenta como una herramienta clave para fomentar este cambio cultura, enfocándose no solo en las normativas, sino en transformar la mentalidad y el comportamiento de las personas. De hecho, los objetivos principales del programa son, concienciar sobre las consecuencias de asumir riesgos laborales y la importancia de seguir normas y procedimientos y modificar actitudes inseguras, identificando las causas de comportamientos de riesgo y fomentando un cambio hacia prácticas laborales más seguras. Una metodología, esta última, que no se limita a transmitir conocimientos técnicos sobre seguridad, sino que va más allá, desarrollando habilidades emocionales y conductuales que permiten a los trabajadores gestionar sus reacciones y emociones frente a los riesgos.
Para lograr estos objetivos, SBC se basa en una formación que abarca habilidades como la identificación y autogestión emocional, la percepción del riesgo, y técnicas de modificación de conducta, entre otras.
Teoría Tricondicional: un marco para comportamientos seguros
El modelo de SBC está fundamentado en la Teoría Tricondicional del Comportamiento Seguro (Meliá, 2007), que establece tres condiciones esenciales para que una persona pueda trabajar de manera segura. Estas condiciones son fundamentales no solo para la prevención de accidentes, sino también para crear un entorno laboral donde la seguridad sea parte integral de la cultura organizacional.
· Poder trabajar seguro: Esta primera condición hace referencia a la capacidad de la persona para realizar su trabajo de manera segura. No se trata solo de que el trabajador tenga las aptitudes físicas y psicológicas necesarias, sino también de que el entorno laboral sea el adecuado para llevar a cabo las tareas sin poner en riesgo la seguridad. Esto incluye contar con un ambiente de trabajo libre de peligros, disponer de equipos de protección adecuados, y contar con las herramientas necesarias para realizar el trabajo de manera eficiente y sin riesgos. Así, el “poder” implica que las condiciones físicas, psicológicas y ambientales sean las óptimas para garantizar la seguridad.
· Saber trabajar seguro: La segunda condición aborda el conocimiento necesario para ejecutar el trabajo de forma segura. No basta con tener las herramientas y aptitudes necesarias; los trabajadores deben comprender a fondo las tareas que deben realizar, conocer los procedimientos y protocolos de seguridad, y ser capaces de identificar y gestionar los riesgos asociados a su trabajo. El “saber” abarca tanto los conocimientos teóricos como prácticos, asegurando que cada persona esté plenamente informada y capacitada para tomar decisiones que minimicen el riesgo de accidentes.
· Querer trabajar seguro: La tercera condición se refiere a la motivación y las actitudes del trabajador hacia la seguridad. Es fundamental que los empleados no solo tengan la capacidad y el conocimiento para trabajar de manera segura, sino que también deseen hacerlo. Esta condición implica la creación de una cultura en la que la seguridad no sea vista como una obligación, sino como una responsabilidad personal y colectiva. El “querer” está vinculado a factores emocionales y motivacionales, como el deseo de proteger la salud propia y la de los compañeros, el compromiso con la empresa y la consciencia de las consecuencias negativas de no seguir las prácticas seguras.
El modelo de la Teoría Tricondicional, cabe destacar, resalta la necesidad de que estas tres condiciones se den de manera simultánea para que una persona pueda trabajar de forma segura. Si alguna de estas condiciones falla, el comportamiento seguro no se puede garantizar. Por tanto, SBC se enfoca en abordar cada una de estas áreas, asegurando que los trabajadores cuenten no solo con las herramientas adecuadas, sino también con la formación y la motivación necesaria para actuar de manera segura en todo momento.
"La metodología SBC promueve una cultura de seguridad integral que involucra tanto el conocimiento como la motivación de los trabajadores"
Una visión holística de la seguridad
SBC propone un enfoque integral en el que la seguridad es entendida como un sistema interconectado. No basta con mejorar aspectos aislados; es necesario integrar a todas las partes de la organización hacia un objetivo común: la seguridad. Este enfoque incluye la implicación activa de la gerencia, los mandos intermedios, los departamentos de prevención y, por supuesto, las personas trabajadoras, quienes deben liderar con el ejemplo y fomentar comportamientos seguros dentro de sus equipos.
“Dentro del programa SBC de Quirónprevención pretendemos que personas trabajadoras, línea jerárquica, dirección, prevención, etc. sean verdaderos agentes del cambio en los comportamientos. Todas y todos somos un eslabón imprescindible de la Seguridad y Salud en la empresa”, señalan desde el grupo.
Emociones y cambio de comportamiento
Un aspecto diferenciador de la Seguridad Basada en el Comportamiento es su enfoque en las emociones como motor del cambio. A través de la formación en autoconocimiento y habilidades emocionales, esta metodología busca que las personas trabajadoras reconozcan cómo sus emociones pueden influir en sus decisiones y comportamientos.
Este trabajo emocional permite, en primer lugar, identificar y gestionar emociones que puedan llevar a asumir riesgos. A esto le sigue incrementar la percepción del riesgo mediante una mayor conciencia de las consecuencias de las acciones inseguras y, por último, crear un vínculo emocional positivo con la seguridad, motivando a las personas a adoptar prácticas más responsables.
Quirónprevención aplica la Teoría Tricondicional para asegurar que los empleados puedan, sepan y quieran trabajar de forma segura
Implementación y beneficios del programa SBC de Quirónprevención
El programa SBC de Quirónprevención consta de varias fases diseñadas para adaptarse a las necesidades específicas de cada organización. Estas incluyen:
1. Diagnóstico inicial: Evaluación cualitativa y cuantitativa de la cultura preventiva mediante herramientas como la escala NOSACQ-50 y auditorías personalizadas.
2. Planificación estratégica: Diseño de un plan en conjunto con la alta dirección para establecer objetivos, acciones y plazos concretos.
3. Formación jerárquica: Capacitación de líderes y mandos intermedios en dinámicas que promuevan una cultura de seguridad.
4. Creación de equipos de observadores: Implementación de dinámicas para identificar y notificar incidentes potenciales.
5. Formación general: Cursos SBC dirigidos a toda la plantilla, enfocados en cambiar la percepción del riesgo y fomentar comportamientos seguros.
6. Seguimiento y evaluación: Valoraciones periódicas para medir el impacto del programa.
7. Plan de continuidad: Estrategias a largo plazo para mantener y evolucionar la cultura de seguridad.
La implementación de SBC genera beneficios tangibles e intangibles en las organizaciones. Desde una reducción en la siniestralidad hasta un ambiente laboral más comprometido, esta metodología transforma la seguridad en una responsabilidad compartida. Además, al trabajar sobre actitudes y emociones, SBC contribuye al desarrollo personal y profesional de las personas trabajadoras, reforzando su implicación y motivación hacia la seguridad.