El Toronto-Dominion Bank (TD Bank) ha anunciado su decisión de vender su participación del 10,1% en The Charles Schwab Corporation, valuada en aproximadamente 14.923 millones de dólares (14.450 millones de euros). Esta información fue confirmada este lunes por el segundo mayor banco de Canadá. Actualmente, TD Bank posee 184,7 millones de acciones ordinarias de Schwab, que representan esa participación en la firma estadounidense de corretaje. Como parte del acuerdo, Charles Schwab recomprará 1.500 millones de dólares (1.453 millones de euros) en acciones de su propio capital como parte de esta transacción.
Contexto de la transacción y sus implicaciones
A pesar de la venta de su participación, TD Bank ha subrayado que continuará manteniendo una relación comercial con Schwab a través del Acuerdo de Cuenta de Depósito Asegurada (IDA). Raymond Chun, presidente y consejero delegado de TD Bank Group, comentó al respecto: «Como parte de nuestra revisión estratégica, hemos estado evaluando la asignación de capital y hemos tomado la decisión de salir de nuestra inversión en Schwab.»
Además, el directivo ha anunciado que el banco planea destinar hasta 8.000 millones de dólares canadienses (5.417 millones de euros) de las ganancias obtenidas en esta transacción a la recompra de acciones propias.
La salida de TD Bank de Charles Schwab se produce en un momento complicado, tras la imposición de una multa histórica por parte de las autoridades estadounidenses
Este movimiento llega pocos meses después de que TD Bank enfrentara una sanción sin precedentes de 3.090 millones de dólares (2.992 millones de euros) por violar las leyes contra el lavado de dinero, constituyendo la mayor multa de este tipo en el país. Como parte de las resoluciones, el banco se declaró culpable de los cargos penales y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) impuso «medidas reforzadas» para garantizar el cumplimiento de la normativa, incluida la reubicación de su programa de vigilancia contra el blanqueo de capitales a territorio estadounidense. TD Bank debe certificar que los «recursos suficientes» se están dedicando a corregir las deficiencias en ese ámbito antes de proceder con la emisión de dividendos o distribución de capital.