Septiembre es el mes de la vuelta al cole y de las colecciones por fascículos. No hay más que ver la publicidad en las cadenas privadas de televisión, donde cada dos anuncios, uno es sobre nuevos coleccionables de maquetas, libros o muñecos. ¿Qué tiene este modelo de negocio para sobrevivir en la era digital?
En un mundo donde la era digital avanza a pasos agigantados, sorprende que los coleccionables por fascículos continúen ocupando los quioscos y librerías. A primera vista, podría parecer que invertir dinero en adquirir estos fascículos no es la forma más económica ni eficiente de gastar los recursos económicos. Sin embargo, estos productos siguen alimentando a varias editoriales en el país.
Ilusión fraccionada
La comercialización de colecciones por fascículos apela directamente al deseo humano de poseer algo que les gusta y a la satisfacción de completar una colección poco a poco. A pesar de que muchas personas desconfían de la compra de estos productos, la emoción y el proceso de adquisición brindan mucha satisfacción, fundamentalmente, cuando se consigue terminarla. Es por esta razón que las editoriales continúan creando nuevas colecciones, confiando en que el público seguirá adquiriéndolas.
El negocio de los coleccionables se basa en el reconocimiento de que muchos consumidores que inician una colección de fascículos pueden abandonarla en algún momento. Aunque no existen estadísticas precisas al respecto, es plausible que esto ocurra en una proporción significativa de casos. A pesar de esto, las editoriales siguen obteniendo beneficios sustanciales, incluso si muchos clientes dejan la colección después de haberla comenzado.
Coleccionistas y su compromiso
Las personas que adquieren los primeros fascículos se dividen en tres grupos principales:
- Personas que compran la primera entrega por su precio reducido: la primera entrega de una colección a menudo se vende a un precio muy bajo para atraer la atención y generar publicidad. Esto consigue unas ventas iniciales elevadas y una gran visibilidad para la colección.
- Clientes que compran cada entrega por separado en el quiosco: algunos consumidores eligen seguir comprando fascículos individualmente en el quiosco, ya sea por cuestiones económicas o porque sólo les interesa ciertas entregas.
- Clientes que se suscriben a la colección después de la primera entrega: aquí es donde las editoriales buscan asegurar el compromiso del cliente. Se ofrecen regalos y descuentos para alentar a los compradores a suscribirse y recibir entregas regulares.
Como es lógico pensar, el mayor éxito para las editoriales es convencer a los clientes para que se conviertan en suscriptores, ya que esto les brinda un margen de beneficio más alto al eliminar intermediarios como los quioscos. Para atraer suscriptores, se ofrecen regalos y descuentos exclusivos que enriquecen la experiencia de la colección.
A medida que la colección avanza, los suscriptores a menudo encuentran difícil abandonarla, lo que reduce el riesgo de pérdida de suscriptores. Sin embargo, es posible que algunos abandonen por razones personales o económicas, pero esto suele ser la excepción. Dependiendo del éxito de retención de suscriptores, las editoriales pueden ampliar la colección, confiando en que tienen un negocio sólido.
Coleccionando casos de éxito
Estos ejemplos han tenido un impacto significativo en la difusión de conocimiento y entretenimiento a través de sus colecciones de productos.
Salvat
Salvat es una editorial con una larga trayectoria, fundada en 1869 en Barcelona, España. Se ha destacado por la publicación de colecciones de literatura, revistas y productos multimedia. Una de sus líneas más conocidas es la creación de colecciones de fascículos que abarcan una variedad de temas, como historia, ciencia, arte y más. Estas colecciones suelen incluir entregas periódicas que forman un conjunto completo con el tiempo. Salvat ha tenido éxito con colecciones como "Grandes Biografías", "El Universo" y "Cocina Fácil", entre otras.
Planeta DeAgostini
Esta editorial es el resultado de la colaboración entre el Grupo Planeta y el Grupo DeAgostini. Al igual que Salvat, Planeta DeAgostini también ha producido colecciones de fascículos, pero su enfoque se extiende más allá de la literatura y la educación, abarcando también áreas como maquetas para armar, juguetes, productos audiovisuales y más. La editorial ha realizado colaboraciones exitosas con franquicias populares, lo que ha dado lugar a colecciones relacionadas con el cine, la música y otros temas de interés.
RBA
Una destacada editorial que ofrece una variedad de colecciones temáticas como historia, arte y ciencia. Destaca por su calidad y enfoque en la satisfacción del cliente, estableciendo acuerdos con quioscos y puntos de venta físicos para hacer que sus productos sean accesibles a un público amplio.
Rentabilidad por entregas de los coleccionables
Aunque este modelo de negocio puede parecer complejo, es innegable que resulta lucrativo para las editoriales. A pesar de que una primera entrega puede tener un precio simbólico, las entregas posteriores a menudo aumentan su precio, pasando de 1 euro la primera a 10 euros las siguientes, por ejemplo. Esto, combinado con la emoción de la colección y la inversión emocional de los consumidores, resulta en ganancias significativas para las editoriales.
Tanto en septiembre como en enero, los quioscos se transforman en auténticos bazares donde coexisten insectos disecados, dedales, libros, maquetas y vajillas infantiles. Aunque el margen de beneficio es reducido para estos intermediarios, la proliferación de colecciones insólitas demuestra la vitalidad del coleccionismo en España, que se ha adaptado a las tendencias y modas actuales. A pesar de los desafíos de almacenamiento y los problemas de espacio, los quiosqueros mantienen estas ventas como parte fundamental de sus ingresos en tiempos económicos difíciles.
Como decimos, las editoriales a menudo ofrecen descuentos y regalos para la suscripción directa, pero eso tiene otra lectura, ya que causa frustración entre los quiosqueros, que sienten que son utilizados para atraer clientes, pero luego son dejados de lado. Las quejas se centran en la falta de garantías de finalización de las colecciones, la fluctuación de los precios y en la competencia desleal de los métodos de suscripción, lo que afecta tanto a la imagen de los quiosqueros como a sus ingresos. Demandan, ya desde 2019, unas condiciones similares para ambas formas de compra de las colecciones y garantías de finalización de las colecciones.
Si bien algunos podrían cuestionar la inversión a largo plazo en estos coleccionables, ya que supone un elevado desembolso con el tiempo, es innegable que ofrecen emoción, satisfacción y una experiencia única a los consumidores. La industria de los coleccionables continúa evolucionando y adaptándose a las demandas cambiantes de los clientes, lo que garantiza que este negocio por fascículos siga siendo un elemento puntero.
