El liderazgo de Jimmy Carter trasciende su paso por la Casa Blanca, marcando una huella imborrable tanto en la política como en la humanidad, señala el expresidente Barack Obama. En una carta de despedida, el expresidente recordó cómo Carter no solo enseñaba valores, sino que los personificaba en cada etapa de su vida.
En su ciudad natal de Plains, Georgia, era común ver a turistas abarrotando los bancos de la iglesia bautista Maranatha para escuchar a Carter enseñar la escuela dominical, una actividad que realizó durante la mayor parte de su vida adulta. "¿Hay visitantes esta mañana?", preguntaba con una sonrisa y un guiño, antes de compartir sus lecciones de fe y servicio.
¿Quién fue Jimmy Carter? El legado del 39º presidente de Estados Unidos
Los asistentes llegaban motivados por distintos motivos. Algunos buscaban conectar con el estadista que alcanzó hitos históricos en sus cuatro años de presidencia, como los Acuerdos de Camp David, que transformaron el panorama en Oriente Medio; su compromiso con la diversidad judicial al nombrar figuras pioneras como Ruth Bader Ginsburg; o su temprana visión sobre el cambio climático, colocando las bases para los movimientos medioambientales actuales, recalca Obama.
Otros, en cambio, querían rendir tributo al impacto humanitario de Carter durante su prolífica pospresidencia. Con su esposa Rosalynn, supervisó más de 100 elecciones en todo el mundo, contribuyó a erradicar la enfermedad del gusano de Guinea y construyó miles de hogares a través de Habitat for Humanity. Estas acciones le valieron ser el único expresidente en recibir el Premio Nobel de la Paz, consolidando su legado como un líder íntegro y compasivo.
Sin embargo, como destacó Obama, muchos acudían a Maranatha atraídos por algo más fundamental: la decencia de Carter. Elegido tras el escándalo de Watergate, prometió al pueblo estadounidense decir siempre la verdad, incluso si eso le costaba la reelección. "Creía profundamente que todos somos creados a imagen de Dios", recordó Obama.
La vida de Carter estuvo guiada por la integridad y el servicio. En su discurso de aceptación del Nobel, dejó una enseñanza inmortal: "Podemos elegir aliviar el sufrimiento. Podemos elegir trabajar juntos por la paz". Y, como subrayó Obama, Carter eligió esa senda una y otra vez a lo largo de sus 100 años, dejando un mundo mejor para las generaciones futuras.
En su último párrafo, Obama se despide así de Carter: Hoy, la iglesia Maranatha estará más silenciosa los domingos, pero el recuerdo de Jimmy Carter seguirá vivo, junto a Rosalynn, bajo un sauce en las cercanías de su hogar. Su legado llama a "seguir a nuestros mejores ángeles", una lección de vida que inspira a quienes lo amaron y aprendieron de él.