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La filosofía de Banco Santander para construir un futuro sostenible

Por Redacción Capital

#TheRightChange engloba la estrategia de la entidad para mitigar los efectos del cambio climático e impulsar la transición hacia una economía verde

El grupo cántabro quiere tener un papel clave en la lucha contra el cambio climático. Para ello, ha incorporado en el núcleo de su estrategia numerosas iniciativas encaminadas a construir un negocio más responsable con las personas y el medio ambiente y acompañar a sus clientes hacia un futuro donde la sostenibilidad no sea un objetivo sino una realidad. “Si no lo evitamos, las consecuencias para nuestro planeta serán enormes. Estamos, por tanto, ante una emergencia global. La buena noticia es que no es demasiado tarde para actuar, pero tenemos que hacerlo ya y rápido. La clave estará en lo que seamos capaces de avanzar durante la próxima década”, ha asegurado Ana Botín, presidenta de Banco Santander.

La filosofía del grupo, englobada bajo el lema #TheRightChange, abarca los cuatro conceptos ambientales claves para pasar de la teoría a la práctica. El primero son las energías renovables, que se obtienen a partir de fuentes naturales virtualmente inagotables, ya sea por la inmensa cantidad de energía que contienen o porque son capaces de regenerarse por medios naturales, y generan electricidad sin contribuir al calentamiento global. Entre las más importantes, la energía eólica, hidroeléctrica, solar, biomasa y biocarburantes.

En segundo lugar, la economía circular, que ofrece una alternativa a la economía lineal tradicional, y se basa en las tres ‘r’: reducir, reciclar y reutilizar. Se caracteriza por alargar la vida de los productos más allá de su vida útil, de forma que sirvan de nuevo como materia prima y permitan que proceso de producción comience tantas veces como sea posible. También la huella de carbono ocupa un papel fundamental, ya que ayuda a medir qué hacen grupos, personas y empresas con las emisiones de gases de efecto invernadero atribuibles a sus actividades. Y, por último, las emisiones netas de carbono cero, que se logra cuando la diferencia entre la cantidad de gases de efecto invernadero producidos y la cantidad eliminada/absorbida de la atmósfera es igual.

Se trata de conceptos medioambientales que el Santander lleva tiempo implementando con programas de actuación concretos para contribuir a lograr un futuro más sostenible. Son propuestas reales con las que el grupo financiero espera avanzar paso a paso y lograr alcanzar las cero emisiones de CO2 en 2050.

Las consecuencias del cambio climático son cada vez más duras e irreversibles tanto en la población como en el entorno. La tierra va camino de terminar este siglo con un aumento de temperatura de 3 grados centígrados, muy por encima del 1,5ºC fijado como límite en los Acuerdos de París de 2015. “Para mantener el calentamiento en esos 1,5 grados centígrados tenemos que reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero un 45%, desde los niveles de 2010, antes de 2030 (estimaciones IPCC ONU) y alcanzar lo que se llama Net Zero o neutralidad de carbono en 2050: un equilibrio en el que las emisiones de carbono que se producen son iguales a las que se eliminan de la atmósfera”, ha señalado Ana Botín. 

Los efectos del calentamiento global son muy numerosos: el deshielo de los polos por las altas temperaturas está provocando directamente una subida del nivel del mar, aumentando el riesgo de inundaciones en zonas costeras; la deforestación provocada porcausas humanas y naturales (según estimaciones de la FAO más de 400 millones de hectáreas de bosque se han perdido en el mundo desde comienzos de los años 90); o el alto riesgo de pérdida de especies animales, como tigres, osos polares, tortugas marinas...

También hay un impacto social grave. Una clara muestra son los numerosos fallecidos en los últimos días a consecuencia de las temperaturas extremas durante la terrible nevada de Estados Unidos. Y es que el aumento de la intensidad de fenómenos meteorológicos,como huracanes, tornados y otros fenómenos naturales;la escasez de recursos como el agua potable; o las condiciones de insalubridad de muchas zonas están teniendo un impacto severo sobre algunas poblaciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el cambio climático será la causa de 250.000 fallecimientos más entre 2030 y 2050 si no se pone remedio, ya que muchas enfermedades están relacionadas con la temperatura y las lluvias, como, por ejemplo, el estrés calórico o la desnutrición.  

Banco Santander quiere poner su granito de arena para combatir el cambio climático. La entidad es líder mundial en financiación de energías renovables y, entre sus objetivos de su agenda de banca responsable para los años 2019-2025, tiene el compromiso de movilizar 120.000 millones de euros de financiación verde entre 2019 y 2025, cifra que se elevará hasta 220.000 con el horizonte en 2030. De momento ya ha canalizado 78.700 millones, según datos al cierre de septiembre.

Además, el grupo cántabro lleva más de una década implementado planes de eficiencia energética y de sostenibilidad en todos los países en los que opera. En el caso de España, el 100% de la electricidad utilizada por el banco procede de fuentes renovables, y los edificios corporativos cuentan con la certificación ISO 14001 y de Residuo Cero en la sede corporativa de Boadilla y de Santander España.

También mide y analiza su huella de carbono desde 2011 como parte de su contribución a combatir el cambio climático. Ya desde 2020 es neutro en sus operaciones internas y compensa todas las emisiones que genera y que no se han podido reducir. Pero el año pasado, como miembro fundador de la Net Zero Banking Alliance, dio un paso más al anunciar su intención de alcanzar cero emisiones netas de carbono en todo el grupo en 2050 y apoyar los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Para alcanzar este objetivo, ha anunciado una agenda de descarbonización detallada, con distintos pasos para acompañar a sus clientes en la transición.

El banco también invierte en la plantación de nuevas áreas de bosque. Por ejemplo, con el objetivo de repoblar y regenerar los bosques, la entidad se sumó en 2021 al proyecto Motor Verde, una iniciativa de la Fundación Repsol y el Grupo Sylvestris; en España ha puesto en marcha el Plan Natura, un programa para contribuir a la conservación de los ecosistemas; y en Brasil forma parte, junto con Bradesco e Itaú Unibanco, en el plan para el desarrollo sostenible del Amazonas.

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