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Economía

¿Qué puede pasar con el alquiler turístico en Madrid?

Por María Nogales

Otras ciudades como Barcelona, Palma de Mallorca o Valencia ya imponen una serie de restricciones al alquiler turístico

Pasada la temporada estival y vacacional por antonomasia, el debate sobre el alquiler turístico ha vuelto a saltar a la palestra después de que la demanda de este tipo de viviendas creciera un 25,56% durante el primer semestre del año y España recibiera un total de 37,5 millones de turistas internacionales durante los seis primeros meses del año.

Que el turismo terminará siendo el principal catalizador del crecimiento económico de España, como afirmó el Instituto Nacional de Estadística (INE), parece ser algo que no genere apenas dudas. Sin embargo, los límites en materia de regulación sí están generando inquietudes a determinadas ciudades españolas.

En el caso de Madrid, el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida afirmó que “hay que garantizar la convivencia vecinal porque a todos nos incomodaría tener al lado una vivienda de estas características”. Algo que hace pensar que, próximamente, el Ayuntamiento de Madrid tomará medidas con respecto al alquiler turístico. 

De hecho, Martínez-Almeida afirmó que, en un periodo de tres o cuatro meses, el Ayuntamiento contaría con una normativa para atajar esta problemática, porque “es una realidad que hay que regular”. Asimismo, también explicó que esto es una actividad económica y, por tanto, hay que establecer los mismos parámetros para esta actividad que para el resto de las actividades de inmuebles de uso residencial en Madrid.

En este sentido, el alcalde de Madrid manifestó que el Ayuntamiento ya está haciendo un esfuerzo muy importante en materia de inspecciones y de sanciones y lamentó que “se están topando con obstáculos jurídicos importantes porque al final los jueces entienden que son domicilios y en muchas ocasiones, no se pueden ni precintar, ni sancionar”.

La postura de Airbnb

Los ministros de Competencia e Industria de la Unión Europea (UE) acordaron en marzo la creación de un registro comunitario de alojamientos turísticos de corta duración que ofrecen plataformas como Airbnb, con el que se facilite la recopilación y el intercambio de datos y armonice los sistemas que ya existen en los Estados miembro.

Al hilo de esto, recientemente la compañía se mostró a favor de la nueva regulación de los alquileres de corta duración y recalcó el papel clave que España jugará, bajo la presidencia del Consejo de la UE, en la finalización de las negociaciones institucionales que llevarán a la adopción del texto final del reglamento.

Por ello, desde Airbnb confían en que la nueva normativa incite al alquiler de más residencias o habitaciones a través de esta compañía y consideran que los ingresos que la mayoría de los propietarios españoles reciben por sus alojamientos puestos en alquiler a través de esta plataforma “se han convertido en un salvavidas económico para los ciudadanos de a pie” y destacaron que, mayoritariamente, se trata de familias o individuos que alquilan una segunda residencia o una habitación privada. 

¿Qué otras ciudades están tomando medidas frente al alquiler vacacional?

No solo Madrid se ha puesto manos a la obra con el tema del alquiler vacacional. Otras ciudades, como Palma de Mallorca, Valencia o Barcelona también están trabajando en ello.

En 2018 se aprobó una ley que prohibía el alquiler vacacional en viviendas plurifamiliares en Palma de Mallorca y que fue ratificada en febrero de este mismo año por el Tribunal Supremo. A pesar de ello, plataformas como Airbnb siguen anunciando este tipo de viviendas.

Por su parte, el Ayuntamiento de Valencia se encuentra actualmente luchando en los tribunales para conseguir eliminar cualquier posibilidad de alquiler turístico en el distrito de Ciutat Vella, el centro de la ciudad. De hecho, ya en 2020 prohibieron la apertura de nuevos establecimientos hoteleros y pisos turísticos profesionales en Ciutat Vella. 

En lo que a la ciudad condal respecta, el Ayuntamiento de Barcelona prohibió en 2021 el alquiler de habitaciones turísticas por periodos de 31 días o menos en su ciudad. Por tanto, el alquiler de habitaciones turísticas solo está permitido para períodos superiores a un mes y solo se admite si se abren en viviendas de uso turístico que se reconviertan en residencia habitual.

En cuanto a Sevilla, la situación parece ser algo más incoherente con respecto al alquiler turístico. Su alcalde, José Luis Sanz, mostró una gran preocupación por el aumento de los pisos turísticos en la capital andaluza y afirmó que esto era algo que “se había ido de las manos”. Sin embargo, durante el mes de julio, se otorgaron licencias adicionales para la construcción de viviendas turísticas en hasta 16 edificios. A pesar de esto, recientemente ha afirmado que se comprometen a “limitar o, en su caso, suspender las nuevas autorizaciones de establecimientos turísticos”. 

¿Y en el resto del mundo?

A nivel europeo, algunos países ya han copado este tipo de alquiler vacacional: Portugal, Reino Unido, Italia o Francia, entre otras.

Portugal es una de las que ha decidido dejar de conceder nuevas licencias para Airbnbs y otros alquileres vacacionales similares, a excepción de las zonas rurales. De este modo, también se acordó que las licencias se revisarían cada cinco años y explicaron que trabajan en un nuevo sistema para controlar los precios de los alquileres, así como una exención fiscal para los propietarios de estos inmuebles si reconvierten sus propiedades en viviendas normales. 

Londres, la capital de Reino Unido, también decidió actuar contra Airbnb limitando las estancias anuales, de modo que los anfitriones de esta plataforma solo podrán alquilar su propiedad durante 90 noches o menos al año. Esta medida surge para garantizar que los alquileres a corto plazo sean sostenibles y que no perturben en la ciudad. 

Pero no solo Londres ha actuado en el Reino Unido: también lo han hecho Escocia, Edimburgo e Irlanda del Norte. En Escocia, los anfitriones con nuevos anuncios deben obtener una licencia para usar su propiedad en alquiler a corto plazo antes de aceptar las reservas. Asimismo, en Edimburgo, para alquilar una segunda vivienda en Airbnb es necesario un permiso urbanístico y en Irlanda del Norte, también es necesario un certificado para ofrecer estos alojamientos. 

En el caso de Italia, Florencia anunció recientemente la prohibición de nuevos anuncios de Airbnb y otros alquileres vacacionales de corta duración en su centro histórico. Algo que también están estudiando hacer ciudades como Milán o Venecia, mientras que el Ministerio de Turismo de Italia está elaborando una ley para limitar el alquiler vacacional en todo el país.

En cuanto a Francia, los parisinos tienen limitado el número de días de alquiler de sus viviendas principales a un máximo de 120 días por año. Para aquellas segundas residencias, en caso de querer alquilarlas por un plazo mayor al anteriormente citado, deberán convertir de forma oficial sus viviendas en alojamientos turísticos. 

¿Y fuera de las fronteras europeas? Uno de los casos que más ha llamado la atención en los últimos días ha sido el de Nueva York. Hace apenas un mes entraba en vigor una ley que obliga a que aquellos que alquilen sus casas por un periodo menor a 30 días tendrán que registrarse en el Ayuntamiento de Nueva York para obtener una licencia y cumplir una serie de normas.

Entre ellas, la más llamativa es que los dueños de las casas estarán obligados a permanecer en ellas durante toda la estancia de los huéspedes, así como asegurarse de que este tiene acceso a la totalidad del domicilio y que sean, como máximo, dos las personas que se hospedan en ella (además del anfitrión). 

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