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Economía

El desempleo se reduce a costa de la caída de pequeñas empresas y autónomos 

Por Mario Talavera

Mientras los datos de empleo protagonizan noticias positivas, las cifras de autónomos y pequeñas empresas van a peor. En Capital nos preguntamos si la buena marcha del empleo está relacionada con las dificultades que viven los pequeños negocios 

Ambas magnitudes representan importantes hitos que desde los ministerios de Trabajo y Seguridad Social se encargaron de resaltar. En el caso del número de desempleados, se contabilizaron 2.862.260 personas, la cifra más baja en un mes de marzo desde 2008.  

Por su parte, el incremento de afiliados a la Seguridad Social marcó su récord desde que se tienen datos, hasta superar los 20,5 millones de ocupados. Aunque es de suponer que el 'efecto Semana Santa' tuvo algo que ver con esta evolución, los datos registraron cifras positivas, según las valoraron empresas y sindicatos.  

Como cabía esperar, estas noticias acapararon los titulares de prensa de todo tipo, en especial la económica. Junto a los datos de desempleo y afiliación también se presentan los de autónomos, que suelen cosechar una ínfima parte de la atención si se compara con los datos de empleo. 

Los registros del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) también se beneficiaron de la Semana Santa. En marzo se sumaron 11.185 autónomos al RETA, 3.300 más que el año pasado. 

Una cantidad importante de esas altas las protagonizaron hosteleros, en tanto que sumaron 2.118 autónomos. Otros dos sectores beneficiados en el mes de marzo fueron la construcción y las actividades profesionales y científicas, con 1.851 y 1.489 altas respectivamente. 

A pesar de esa mejora, este incremento es el tercero peor de la última década en un mes de marzo. De hecho, los registros del RETA reflejan que en el tercer mes del año se alcanzaron los 3.322.236 autónomos, 1.300 menos que en el mismo mes de 2022. 

Por otro lado, Cepyme cuantifica en 1.122.782 las microempresas que existían en febrero, un 0,3% menos de las que se contabilizaron un año antes. En total, se perdieron 3.899 microempresas. Es más, febrero fue el quinto mes consecutivo en el que se destruyeron este tipo de negocios, conforme a los datos de la Seguridad Social.  

Ante esa evolución, cabe preguntarse si el empleo autónomo ha alcanzado su pico. Asimismo, también se podría entender que la reducción en este tipo de empresas y autónomos tiene alguna relación con la mejora del empleo.  

Desde Cepyme creen que esta caída del número de microempresas está relacionada con el incremento de costes. En particular, señalan como causas el alza de cotizaciones, la inflación y la subida del salario mínimo interprofesional. 

Por su parte, desde ATA y UPTA, las principales asociaciones de autónomos, lo ven de distinta forma. Para el presidente de ATA, Lorenzo Amor, no tiene mucho sentido que se hable de un trasvase desde el empleo autónomo hacia el empleo asalariado: "Nadie cierra un comercio, un bar o una industria para convertirse en asalariado", dice Amor en conversación telefónica con este medio. 

En UPTA matizan que, si bien es cierto que en algunas actividades cuesta pensar en el trasvase hacia el empleo asalariado, hay otras que sí pueden ser más propicias. “A raíz de la activación del mercado de trabajo, menos gente se busca la vida en el empleo autónomo”, explica a Revista Capital Eduardo Abad, presidente de UPTA. De hecho, sí cree que hay cierta relación: “En el empleo autónomo, es algo cíclico: cuanto más trabajo por cuenta ajena hay, más baja el número de autónomos”. 

Amor niega que esta reducción en el número de autónomos se pueda explicar por el "afloramiento de falsos autónomos". Generalmente, afirma que ni en el comercio ni en la hostelería se da este afloramiento. En ese sentido, hay que tener en cuenta que las cifras hablan de 20.000 autónomos menos en el comercio, mientras que en la hostelería la caída es de 4.000 personas. 

La tesis de Amor es que hay autónomos de estos sectores que, directamente, están desapareciendo, ya que existen otras actividades que sí están registrando cifras positivas. En cualquier caso, Amor achaca el cierre de estos pequeños negocios al aumento de los gastos, que se cifra en el 33%. Entre otros, el presidente de ATA nombra los gastos del local, la electricidad o la distribución. 

Teniendo en cuenta que durante los últimos años se han dado aumentos en el número de autónomos, este medio pregunta si puede haberse alcanzado el pico. Amor responde: "No tiene por qué, la realidad es que están surgiendo nuevas iniciativas y sectores con crecimiento de autónomos, pero la pérdida tiene que ver con esos sectores en los que los gastos crecen por encima de los ingresos". 

No en vano, los registros revelan que hay en España 68.000 empresas menos que en el año 2019. "Los autónomos y empresas pequeñas están sufriendo una situación muy dura", prosigue Amor, "son el eslabón más débil". 

Más allá de los gastos sobrevenidos por la pandemia, la guerra o la inflación, Amor se refiere a otros que tienen su razón de ser en la actuación de las Administraciones Públicas. En particular, indica tres costes más que se han incrementado, como son los salarios de los trabajadores, sus cotizaciones de la Seguridad Social, así como las propias cotizaciones de los autónomos. Con estos hechos en la mano, Amor critica con dureza estas subidas que se han producido "de forma unilateral y desmesurada".  

Con todo, reconoce que hay una parte de los comercios que tienen una ardua labor por delante para adaptarse al cambio de hábitos del consumidor. Como dice Amor, el cliente se ha acostumbrado a hacer sus compras "a golpe de click", lo que, unido a las dificultades económicas, se ha llevado por delante 50.000 comercios durante la última década, según los cálculos de UPTA. 

“El pequeño comercio o la tienda de barrio están sufriendo sobremanera la liberalización de horarios, las rebajas y la competencia de las grandes empresas de distribución”, reflexiona Abad, quien añade: “También tienen el hándicap de pelearse con la venta online, que produce una situación de competencia difícil”. 

El presidente de ATA cree que los comercios que quieran sobrevivir deben innovar, digitalizarse y, en lo que corresponde a las Administraciones, deben promover estos cambios que ayuden al sector comercial a ser más competitivo. Asimismo, cree que sería bueno apostar por el comercio de proximidad y por la especialización. 

En esa línea, hay que tener en cuenta que el comercio y la pequeña hostelería tienen un importante peso en el colectivo de autónomos. Así, de en torno a 3,3 millones de autónomos, 1,3 millones pertenecen a esos sectores. Esas actividades están sometidas a cambios profundos y, como se ha dicho, han sufrido más cierres que otras profesiones. Abad lo resume así: “Lo que no sea comercio y pequeña hostelería, como profesiones liberales, fontanería, electricidad, etc. están teniendo trabajo de una forma que no se recordaba desde hacía muchos años”. 

Expectativas y propuestas 

Teniendo en cuenta que el turismo está volviendo a gozar de un buen momento, Amor espera que los siguientes meses sigan la senda de marzo y marquen buenas cifras. No obstante, el crecimiento de marzo, más leve que el de otros años, hace prever que el segundo semestre "presentará datos más negativos". "Tal y como vamos evolucionando, me da que este año va a haber pérdida de autónomos", vaticina el presidente de ATA. En esa línea, Amor incide en que "es indudable que el primer trimestre del año no ha arrancado bien". 

Desde el punto de vista de UPTA, su presidente afirma que el empleo va a seguir creciendo y que habrá datos buenos a lo largo de todo el año. Dado el punto de vista de Eduardo Abad, la visión es que, más allá de que se cree o se destruya trabajo autónomo, se genere empleo de calidad, que es algo que ocurre en épocas en las que el empleo asalariado crece: “El autoempleo que se crea, se hace con mayor calidad”, puntualiza.  

Como ayuda al colectivo, desde ATA proponen una medida que podría entrar en vigor ya: "Que los autónomos dejen de ser el banco del Estado". Su queja tiene su origen en el hecho de que ahora en abril los autónomos abonan el pago de retenciones profesionales y pagos a cuenta. 

En el caso de las retenciones por actividades profesionales alcanzan el 15%, mientras que los pagos a cuenta ascienden al 20% de los ingresos. Para ATA estos pagos significan "adelantar un dinero que con toda seguridad cuando hagamos la renta el año que viene nos va a salir a devolver". Para Amor, esto supone adelantar un dinero que se va a devolver el año que viene. Por ese motivo, cree que deben reducirse los porcentajes al 10% en el caso de las retenciones profesionales y al 15% en el de los pagos a cuenta. 

Por su parte, UPTA pide que los fondos europeos sirvan para transformar el trabajo por cuenta propia. “Ya no más comercios, por Dios. Que sean actividades que no saturen el mercado y que se conviertan en negocios capaces de asumir la oferta y la demanda”, reclama Abad. 

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