Las protestas y disturbios son a Francia como la Torre Eiffel es a París. Eso se refleja en los diversos territorios de ultramar que mantiene la República frances. Es el caso de Nueva Caledonia, donde se abre un nuevo frente para Emmanuel Macron.
El níquel, mineral crítico para las baterías de vehículos eléctricos, pero también para la fabricación de acero inoxidable y varias aleaciones, se ha disparado este viernes un 6,87% a raíz de los disturbios en la isla de Nueva Caledonia (Francia), una de las principales zonas productoras del mundo de este elemento.
De esta forma, los futuros del níquel subían un 6,87%, hasta los 21.157,50 dólares (19.513,94 euros) por tonelada, ante las protestas desatadas en la isla oceánica a cuenta de la reforma que ampliaría el censo de votantes en las elecciones, lo que reduciría la influencia en las mismas de los nativos kanaks, favorables en su mayoría a la independencia.
Los desórdenes públicos, que han dejado al menos cinco muertos y cientos de arrestados, además de incendios, barricadas y saqueos, han provocado que el Gobierno francés haya declarado un estado de emergencia de doce días y el envío de efectivos policiales al archipiélago. No obstante, también han afectado a las operaciones de la minera gala Eramet, que funciona al mínimo de su capacidad.
Nueva Caledonia es el tercer mayor productor del mundo de níquel y, acorde a los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, es responsable del 6% de la extracción mundial de este mineral.
Origen del conflicto
El origen de esta situación y las protestas que han surgido se remontan a un proyecto de enmienda constitucional que busca ampliar el censo electoral en las islas de Nueva Caledonia, ubicadas a unos 17.000 kilómetros de distancia de Francia. Actualmente, según el Acuerdo de Numea, se restringe el censo electoral para las elecciones provinciales a las personas con derecho a voto en ese momento y a sus descendientes.
La propuesta busca permitir que voten las personas que hayan residido en las islas durante al menos los últimos diez años. El Gobierno de Emmanuel Macron considera que el censo actual "no cumple con los principios democráticos", ya que limita el voto a una pequeña parte de la población. Sin embargo, los kanaks ven esta reforma como una restricción de sus derechos, ya que favorecería la continuidad de la pertenencia de la región a Francia.
Estas protestas han generado la peor agitación en el país desde la crisis de Ouvéa en 1988, en la que murieron 21 personas durante la toma de rehenes. El Acuerdo de Numea, firmado en 1998, no solo implicó la transferencia de competencias al Gobierno regional, sino también la organización de referéndums de autodeterminación en los años 2018, 2020 y 2021.
Los problemas entre Francia y Nueva Caledonia están arraigados en la historia colonial y las tensiones étnicas y políticas en la región. Nueva Caledonia es un territorio de ultramar francés en el Pacífico Sur, donde una parte significativa de la población nativa, los kanaks, ha buscado la independencia de Francia.
La principal fuente de conflicto ha sido el deseo de independencia de ciertos grupos kanaks, que han argumentado que Francia explota los recursos naturales de la isla y no les ha dado suficiente autonomía política y económica. Esto ha llevado a tensiones políticas, sociales y a veces violentas a lo largo de los años.
En 1988, se produjo un conflicto armado entre los independentistas kanaks y las autoridades francesas, conocido como la "Crisis de Ouvéa", que culminó en la muerte de varias personas. Sin embargo, desde entonces se ha trabajado en un proceso de reconciliación y se han celebrado acuerdos de paz, como los Acuerdos de Numea de 1998, que establecieron un marco para la autonomía de Nueva Caledonia y un camino hacia la autodeterminación.
En 2018, se celebró un referéndum en el que los ciudadanos de Nueva Caledonia votaron en contra de la independencia, pero las tensiones siguen siendo altas y el tema de la independencia sigue siendo una cuestión importante en la política de la región.
