En un sorprendente giro en su posicionamiento político, Elon Musk ha tomado distancia con Donald Trump al pedir públicamente un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos. El magnate, hasta ahora considerado una figura cercana al ala trumpista en cuestiones económicas, ha roto filas al criticar la reciente ola de aranceles impulsada desde la Casa Blanca.
Fue durante su intervención en un foro organizado por la Liga Norte en Florencia, hace escasos días, que Musk lanzó un mensaje claro: es momento de apostar por el libre comercio. "Espero que pueda haber una relación muy estrecha entre América y Europa. Lo ideal sería cero aranceles, barreras y subsidios", declaró el empresario, alineándose más con una visión globalista que con el proteccionismo defendido por Trump.
Pero esta nueva postura no es casual. Tesla, la joya tecnológica del imperio Musk, ha sufrido de primera mano los efectos de la guerra arancelaria. En apenas unos días, tras la entrada en vigor de nuevos aranceles estadounidenses del 20% sobre productos europeos, el valor bursátil de la compañía cayó con fuerza, provocando una pérdida de cerca de 18.000 millones de dólares en su capitalización. Esta reacción del mercado encendió las alarmas entre inversores y alimentó críticas contra la política comercial de Trump, que muchos consideran contraproducente.
El cambio de tono de Musk se da además en un momento clave en el tablero político estadounidense. Aunque en el pasado fue uno de los pocos líderes tecnológicos en participar en reuniones estratégicas con Trump y su equipo, ahora parece dispuesto a desmarcarse del discurso nacionalista. En su intervención en Italia, Musk incluso llegó a calificar a Peter Navarro, asesor en materia comercial y el ideólogo de la política arancelaria que Donald Trump llevaba anunciando desde que asumió por segunda vez el cargo el pasado 20 de enero, como una persona "económicamente incompetente".
Europa estudia medidas de represalia
En medio de la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, Bruselas ha comenzado a evaluar posibles respuestas a los aranceles anunciados por la administración de Donald Trump. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha señalado que los aranceles impuestos recientemente por el presidente estadounidense constituyen un punto de inflexión extraordinario para el país norteamericano. Durante una conversación telefónica con el primer ministro británico, Keir Starmer, Von der Leyen ha expresado su preocupación por el "impacto negativo" que estos gravámenes generan, no solo en Estados Unidos, sino también en todos los países, incluyendo a las naciones más vulnerables.
A pesar de la severidad de la decisión, la presidenta ha reafirmado el "compromiso de la UE de dialogar" con Estados Unidos, aunque también indica que está dispuesta a "defender los intereses de Europa mediante contramedidas si fuese necesario". Además, Von der Leyen ha destacado su determinación en colaborar con los socios internacionales para responder a la nueva realidad económica, aunque advierte que "cada socio comercial actuará de acuerdo con sus propias prioridades".
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