Hasta 2007, la inversión real en España crecía por encima de la cifra arrojada por la mayoría de países de la eurozona, situándose incluso por encima de la de Estados Unidos.
Tras la crisis de 2008, los datos cayeron en picado, y aunque el paso del tiempo ha hecho mejorar las cosas, la inversión no ha recuperado sus registros de antaño.
¿Cifras irrecuperables?
Este componente de la demanda se acercaba a los 289.000 millones de euros antes de la gran crisis de la década pasada, pero las cifras de 2023, a pesar de la recuperación se han quedado en torno a los 232.000 millones.
La inversión para la creación de nuevos capitales llegó a sus mínimos en 2013, cuando apenas superó los 21.000 millones. Por suerte, la diversificación de activos ha permitido mejorar los datos con el paso de los años.
Una de las causas siempre citadas es el enorme volumen de inversión en activos inmobiliarios acumulados desde el inicio de siglo. El porcentaje de activos inmobiliarios en nuestro país está muy por encima del resto de las economías desarrolladas, como Alemania o reino Unido.
En estos dos territorios, el stock de activos se queda en el 82% en el caso de Alemania y en el 80% en el caso del Reino Unido. El de España si sitúa en el 88%, lo que ha permitido ralentizar el resto de inversiones.
Un informe del BBVA Research indica que "entre los distintos factores explicativos de este pobre desempeño relativo de la inversión de España se encuentran principalmente el aumento del gasto público y de la presión fiscal, así como el deterioro relativo respecto a la UE de la calidad institucional del sector público que muestran los indicadores del Banco Mundial".
Con una formación bruta de capital fijo por persona en edad de trabajar situada en 2.217 euros, los datos de España asustan, y no para bien. La media de la Unión Europea alcanza los 3.282 euros por persona, lo que supone un 35,6% más que en 2001, y un 48% más que los números españoles. En nuestro país, sin embargo, la cifra ha empeorado en un 5,3% desde 2001.
A pesar de que el documento destaca otros posibles factores a la caída de la inversión en España (desapalancamiento, restricciones a la financiación, crisis del COVID, cuellos de botella, mercados energéticos), las conclusiones ponen de manifiesto que "al excluir la inversión en vivienda, se encuentra que el desempeño relativo del resto de la inversión de España por persona en edad de trabajar respecto a la UE ha sido similar al de la inversión total".
Menor inversión empresarial y menor inversión extranjera
De igual manera, la inversión empresarial en nuestro país (maquinaria y bienes de equipo) no ha recuperado tan siquiera los niveles pre pandemia, cayendo hasta un 1,8% en 2023.
El Gobierno calculó que crecería 2,3 puntos porcentuales, frente a la caída de casi dos puntos que finalmente se ha producido según los datos avanzados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El cuarto trimestre del pasado año fue sin duda el más sangrante, con un desplome de la inversión empresarial del 4,8%. Esta situación ha acabado por lastrar levemente el PIB nacional.
El Instituto de Estudios Económicos (IEE) calcula que la inversión de las empresas restó 1 décima al crecimiento del PIB en 2023, que fue del 2,5 %, en tanto que recortó 3 décimas el avance de la economía en el cuarto trimestre, que fue del 0,6 %, una tendencia que de continuar en el tiempo supondría “un drenaje importante para el crecimiento”.
Esta inversión en maquinaria y equipo está muy por debajo de las cifras de 2019, 8,7 puntos para ser exactos, aunque el consumo público está 11 puntos por encima.
Si nos vamos a la inversión extranjera, los datos no mejoran. La inversión extranjera en 2023 cayó casi un 20%, apenas superando los 28.000 millones de euros. Se trata de la peor cifra desde el inicio de la pandemia, en 2020.
El 54,3% del total de la inversión extranjera se destinó al sector servicios, el 42,2% al sector industrial y el 3% a la construcción.
La Comunidad de Madrid sigue siendo el principal destino de la inversión extranjera, acaparando más de la mitad de los 28.000 millones invertidos. Cataluña ocupó la segunda posición y la Comunidad Valenciana se situó en tercer lugar, con un aumento de las inversiones extranjeras en ambas regiones. Por contra, el varapalo se lo ha llevado el País Vasco, donde en un año el país ha pasado de tener el 15% del capital a solo el 5%.
Reprimenda por la baja inversión en I+D+i
En en otro informe -esta vez de la Comisión Europea-, sobre las vulnerabilidades macroeconómicas de nuestro país, la Comisión destaca que "España sigue siendo uno de los países europeos con menor inversión en I+D+i como porcentaje del PIB".
La Comisión hace especial énfasis en la inversión por parte de las empresas, que en nuestro país se sitúa en el 0,8%, del PIB, frente al 1,5% de la media europea.
Por otra parte, este bajo rendimiento de nuestro país en este sector ha propiciado un toque de atención por parte del Ejecutivo europeo, que ha reclamado al Gobierno "resuelva el problema de los bajos niveles de inversión en I+D por parte de las empresas".
En términos generales, el total de inversión en I+D+i de España está por debajo de la media europea. Nuestro país invierte en investigación y desarrollo un 1,44% en relación a su producto interior bruto, frente al 2,24% de la media comunitaria. Por supuesto, estas cifras están aún más lejos de otras naciones como Bélgica (3,43%), Suecia (3,4%) y Austria (3,2%), que lideran la lista.
De igual forma, España está lejos de lo necesario en cuanto a cifras per cápita. Mientras que la Unión Europea invirtió 792 euros per cápita en 2022, nuestro país se quedó en los 407 por persona. Es decir, que España invierte hasta 385 euros menos por habitante que la media de la organización continental.
La Comisión Europea señala que "sería muy beneficioso adoptar medidas adicionales, además de las previstas actualmente en el Plan de Recuperación, para mejorar el apoyo público a la I+D y la calidad de los resultados de la innovación, el fortalecimiento de los vínculos entre ciencia y empresa y la transferencia de conocimientos".
De cualquier forma, el compromiso de España para seguir recibiendo los fondos Next Generation era desplegar una inversión en I+D+i del 2% en relación al PIB, pero de momento, está muy lejos de conseguirlo.
