La Fórmula 1 está cada vez más cerca de volver a la Comunidad de Madrid, aunque todavía no se sabe dónde se celebrará, ya que antes hay que estudiar su rentabilidad
Madrid parece dispuesta a volver a acoger un Gran Premio de Fórmula 1. La última vez que se produjo semejante acontecimiento fue en 1981, cuando el circuito del Jarama fue el anfitrión de un gran premio.
Casi medio siglo después parece que la Fórmula 1 está mucho más cerca de volver a la Comunidad. La FIA y la FOM han dado ya el visto bueno para que Madrid vuelva al Gran Circo, pero está por ver cuál es la mejor opción para acoger dicho gran premio.
Hay varias opciones, pero dos son las que están sobre la mesa ahora mismo. La primera posibilidad sería la de construir un nuevo circuito. La segunda, aprovechar el Circuito del Jarama. También sería plausible que la capital optara recrearse con un circuito urbano, al estilo del famoso Mónaco, o de lo que se hizo en Valencia en el año 2012.
Mientras se barajan todas las posibilidades, la pregunta es: ¿es económicamente positivo alojar un Gran Premio de Fórmula 1 en Madrid?
El coste de acoger un Gran Premio
La Fórmula 1 es uno de los deportes más seguidos del mundo, y es evidente que la huella económica que deja en las ciudades por donde pasa no es baladí. Sin embargo, hay que echar un ojo sobre ciertos factores que son indispensables para decidir si acoger una carrera de esta competencia es una buena opción.
¿Cuánto cuesta ser el anfitrión de esta clase de eventos? Pues bien, la organización del campeonato tiene una fórmula para establecer el precio que deben pagar los participantes para que los automóviles rueden por sus circuitos. Este método se basa en la antigüedad de los trazados: cuanto menos tiempo lleva un Gran Premio en el calendario de la F1, más debe pagar por poder participar.
Para entenderlo mejor, basta con observar algunos ejemplos de la parrilla actual. Para el año 2017, el Gran Premio de Rusia que se celebra en Sochi, era el que más pagaba por este canon, alcanzando la cifra de 54,5 millones de euros. Los trazados más jóvenes suelen ser los más perjudicados en este sentido.
A Rusia le siguen Abu Dhabi y Singapur, que abonan la cantidad de 49 millones de euros para que la FIA dé el "ok" a sus proyectos cada año. Yas Marina y Marina Bay, son dos de los circuitos más modernos de la parrilla tras Sochi, siendo incorporados al calendario en 2009 y 2008 respectivamente.
Más moderno aún que los anteriores es el circuito de Bakú, en Azerbaiyán. Los azeríes abonan unos 46 millones de euros para que el Gran Premio de Azerbaiyán siga en el calendario de la Fórmula 1, algo que sucede desde 2017.
Tras estas grandes cantidades hay un salto cuantitativo hasta llegar a algunos trazados más tradicionales, donde se encuentran Australia, Gran Bretaña o Italia. Estos premios se mueven entre los 18 y los 25 millones para poder competir. En cuanto al Gran Premio de España, que se celebra en Montmeló desde 1991, se necesitan 21 millones de euros para avalar el coste de la carrera.
Solo Mónaco se libra de pagar esta "tasa", pues el principado acoge el Gran Premio de Mónaco sin pagar absolutamente nada, quizás por ser uno de los trazados más míticos de todo el calendario.
Dicho esto, el canon de la FIA no es el único precio que debe pagar un país por albergar un Gran Premio. El coste de mantener un circuito o la construcción o renovación de dicho trazado también entra dentro de estas cantidades astronómicas.
Es evidente que albergar un Gran Premio de Fórmula 1 acrecienta el interés de muchos turistas fanáticos de la velocidad que pueden aprovechar para visitar las zonas aledañas durante el fin de semana, con el beneficio económico que esto supone para la región.
A pesar de todo, los costes de construcción, la reparación, el mantenimiento del circuito y el propio canon no son los únicos obstáculos que tiene que salvar una ciudad para acoger un acontecimiento de estas características.
A todos estos enrevesados contratiempos hay que añadir la falta de tiempo en el calendario. Y es que los acuerdos con la empresa Liberty Media, encargada de gestionar buena parte del mundillo del automovilismo de élite, establecen que solo se pueden disputar 24 carreras por temporada. Y ese número está a punto de ser superado. Los responsables deben decidir, pues hay lista de espera y más de un circuito clásico podría quedarse fuera de la parrilla el año que viene.
Los nuevos circuitos y la rentabilidad de la F1
Madrid no es la única ciudad que está esperando para adentrarse de nuevo en el frenético universo de la velocidad. La lista de espera es muy larga, y a pesar de tener el "sí" de la FIA, no es oro todo lo que reluce.
Tras el Pacto de la Concordia firmado por las escuderías con Liberty Media en el que se establecen ciertos límites salariales y un máximo de 24 circuitos hasta 2025, se ha previsto aumentar hasta 25 los grandes premios a disputar, con la irrupción del futuro Gran Premio de Las Vegas.
Es por ello que algunos circuitos míticos podrían quedar fuera de la programación. Los contratos firmados por cada trazado con Liberty Media son bastantes variables, y no todos tienen la misma duración. Por ejemplo, Bahréin tiene contrato hasta 2036, Yas Marina hasta 2030, Montreal hasta 2029, Marina Bay hasta 2028 y Hungaroring hasta 2027.
Hay otros recorridos que tienen, por el momento, los días contados. Es el caso de Mónaco o Austria, de los que no se sabe exactamente cuándo podrían salir de la programación, pero todo apunta a que podría ser este mismo año. Lo mismo sucede con Paul Ricard en Francia, Zandvoort en los Países Bajos y el ya clásico Spa-Francorchamps en Bélgica.
Estos circuitos quieren, al igual que los mencionados con anterioridad, largos contratos para los próximos años. Pero la FIA quiere reducir la cantidad de carreras por temporada, por lo que no será fácil. Si Austria o Países Bajos se mantienen aún, es por el gran tirón económico que suponen para este deporte la escudería Red Bull y el campeón del mundo Max Verstappen.
La lista es muy larga, y muchos circuitos míticos están a la espera mientras permanecen cerrados, al menos hasta 2025. Es el caso de Melbourne (Australia), trazado que solía ser lugar de apertura de la temporada; también el de Interlagos en Brasil, Imola y Monza en Italia o Nürburgring y Hockenheim en Alemania.
¿Cómo afecta todo esto a la posibilidad de que Madrid acoja un Gran Premio? Todo depende del Circuito de Cataluña. El recorrido de Montmeló, hasta ahora Gran Premio de España, tiene contrato hasta 2026, y solo entonces tendrá Madrid la posibilidad de albergar un Gran Premio.
Dicho esto: ¿es rentable para una ciudad como Madrid acoger la Fórmula 1?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no todas las pistas pueden albergar la Fórmula 1. La Federación Internacional del Automóvil (FIA) pone una larga lista de condicionantes: un mínimo de 3,5 y un máximo de 7 kilómetros por vuelta, una pista de 12 metros de ancho (15 en la recta de salida), que la primera curva esté a más de 250 metros de la salida, que no haya rectas de más de 2 kilómetros...
Estas son algunas de las reglas básicas cuando se diseña un circuito, ya que una prueba de este tipo puede llegar a suponer entre el 60% y el 70% de sus ingresos anuales, como es el caso de Montmeló.
Madrid tratará de aprovechar el actual circuito del Jarama. Pero en el caso de que se quisiera proceder a la construcción de un nuevo recorrido, hay que tener en cuenta que los circuitos urbanos son bastante más baratos que los tradicionales. Por ejemplo, el circuito de Shanghai, costó 300 millones de euros, mientras que el de Valencia no alcanzó los 100.
Sin embargo, un elevado precio de construcción no implica una alta rentabilidad. En España hay dos casos de trazados que han obtenido resultados muy diferentes, y de los cuáles Madrid podría tomar buena nota.
El primero es el del fracaso. El Circuito de Valencia costó cerca de 100 millones de euros, de los cuales 85 fueron aportados por la Generalitat. Operativo desde 2008, el Gran Premio de Europa apenas pudo disfrutarse cuatro años en la ciudad del Turia, pues 2012 fue el último año en el que se disputaron carreras.
Asfixiados por la acuciante crisis económica, los promotores no pudieron renovar la licencia para Fórmula 1, y Valencia se quedó sin poder participar en el olimpo del automovilismo.
Aunque no todo es malo. Montmeló es un buen ejemplo de ello. Para el año 2010, se calculó que el Circuit de Catalunya había generado un impacto económico directo de 1.500 millones de euros. Apenas costó 36 millones construirlo. Solo con la venta de entradas se generan 30 millones al año.
Por si fuera poco, el Ayuntamiento de Barcelona calcula que la Fórmula 1 aporta unos 150 millones a la hostelería de la ciudad. Un negocio muy rentable para Barcelona y sus alrededores, y una gran oportunidad de publicitar la imagen de la región.
Vistas las opciones, Madrid podría ser una más que rentable localización para el emplazamiento de un nuevo trazado, aunque como siempre, todo depende de la forma en la que se gestione dicha empresa.