Desde hace medio siglo, Argelia ha sido el principal suministrador de gas natural a través de los tubos que unen el norte de África con la Península. En cambio, el gas licuado, que llega por barco, se ha erigido como una importante opción para las comercializadoras españolas
Lo reflejan los datos de Cores y Enagás: Argelia ha dejado de ser el primer suministrador de gas de España. El asunto es menos simple de lo que parece, tal y como se puede ver con las cifras en la mano. En primer lugar, España importó en 2022 (446.550 GWh) un 7% más gas natural que el año pasado, por lo que ha optado por diversificar los proveedores, desde los 16 de 2021 hasta los 19 de 2022.
Asimismo, el país ha llegado a ejercer como hub, dado que ha incrementado las exportaciones un 90%. De hecho, los envíos de gas a Francia a través de los tubos de los Pirineos han aumentado un 157%, según los datos de Enagás.
En ese contexto, cabe preguntarse de dónde ha sacado España ese gas, teniendo en cuenta cómo se han tensado últimamente las relaciones con Argelia. Las cifras del año 2022 muestran que las compras de gas a Estados Unidos se duplicaron, de manera que ahora dicho país es el principal suministrador de esta energía, con el 29% del total.
Por detrás se sitúa Argelia, que durante cincuenta años fue el principal proveedor de energía. En 2022, el gas que las empresas españolas compraron de Argelia se redujo un 40%, de modo que dicho país se sitúa ahora en segundo lugar, con el 23%.
Aquí hay varios factores a tener en cuenta. El principal atañe al transporte de esa materia prima. La vía tradicional era por medio de los gasoductos que hay entre España y Argelia. A través de ellos se transporta esta fuente de energía en forma de gas propiamente dicho.
Por otro lado, se encuentra el gas natural licuado (GNL), que se transporta en barco. Esto sucede cuando se extrae el gas y se licúa para su transporte. Una vez llega a su destino, se regasifica y se introduce en el sistema.
Normalmente, este segundo proceso ha sido más caro que el primero, dados los costes derivados de ese proceso de licuado y del transporte. Sin embargo, el sistema gasista español ha aumentado el número de descargas de GNL, desde los 254 de 2021 hasta los 338 de 2022.
Estados Unidos ha sido el principal beneficiado de este cambio en la política de importación española, dado que a día de hoy no existe una tubería que transporte esta energía desde EEUU hasta la Península Ibérica. Por el contrario, Argelia ha visto cómo han disminuido sus ventas.
Por un lado, las fuentes del sector consultadas por Capital coinciden en que ahora sí compensa traer el gas por barco en vez de a través de gasoductos. El precio del GNL se ha reducido, por lo que, aunque puede ser algo más caro que el que se trae por tubos, los buques son una buena opción por varias razones.
En primer lugar, el GNL que se compra suele tener un carácter discrecional, es decir, se puede comprar con más agilidad. Si bien es cierto que puede tener precios más altos, resulta más flexible, además de que España cuenta seis regasificadoras que le proporcionan cierta ventaja para poder redistribuir esta energía por Europa.
Por otro lado, cabría pensar en el cierre de uno de los dos gasoductos que proveían de gas a España desde Argelia. Por motivos geopolíticos, Argelia decidió cerrar el tubo que unía el país con Tarifa cruzando Marruecos.
Desde el sector se afirma que el tubo que sigue funcionando, el Medgaz, tendría la capacidad suficiente para seguir surtiendo de gas a nuestro país. En todo caso, las comercializadoras están prefiriendo optar por los buques en detrimento del gasoducto.
Ahí destaca la capacidad de Estados Unidos, que en apenas dos años ha conseguido situarse como el principal proveedor de gas de España. Y lo hace porque puede, tiene la capacidad de poner ese gas natural en el mercado. Argelia, sin embargo, no dispone de las herramientas suficientes para distribuir el GNL.
En cambio, Estados Unidos consigue responder a la demanda con rapidez. Este hecho, sumado a que no se esperan grandes cambios en los precios del gas, hacen que la demanda se mantenga estable y, por el momento, se opte por el gas licuado.
Así es también en los casos de Nigeria y Rusia, tercer y cuarto suministradores respectivamente. En ambos casos se envía GNL y la cantidad ha aumentado en el último año. En el caso de Nigeria, el incremento es del 22%, mientras que en el caso de Rusia es del 31%.
