La temporada de verano, en general, ha sido menos dinámica de lo previsto, especialmente en términos de gasto, según HOSTELERÍA DE ESPAÑA. Aunque el turismo internacional mostró cierto dinamismo, esto no se reflejó en los bares y restaurantes, mientras que la demanda nacional alcanzó su límite. De acuerdo con una encuesta realizada entre los empresarios hosteleros, el 75% de ellos considera que la temporada de verano fue igual o peor que la del año anterior, mientras que solo el 25% la valora como mejor. Además, un 44,5% de los encuestados reportó una disminución en las visitas, y un 57,7% observó una caída en el gasto.
El descenso general durante los principales meses del verano se debe en parte a la extensión de la temporada alta, que ahora abarca desde junio hasta octubre, en comparación con años anteriores. También ha influido el aumento de los viajes al extranjero por parte de los nacionales, lo que ha reducido el consumo dentro del país, junto con las condiciones climáticas adversas, como lluvias y frío en algunas zonas y olas de calor en otras. Asimismo, la subida generalizada de precios ha reducido la renta disponible del consumidor, destinándose una mayor parte al transporte y alojamiento, lo que ha disminuido la capacidad de gasto en bares, restaurantes y ocio nocturno, que en algunos casos se ha desviado hacia las compras en supermercados.
En general el mes de agosto ha tenido un mejor comportamiento que julio, en que hubo peores condiciones climáticas, con mayor afluencia de visitantes, aunque en ambos meses se ha mostrado una contención del gasto. Por origen de los clientes, un 40,9% ha apreciado un descenso del turista nacional, y aunque los datos apuntan a un fuerte crecimiento de turistas extranjeros, un 38,2% de los hosteleros comenta que han descendido sus visitas a los establecimientos hosteleros.
La temporada de verano se inició con un incremento de la cifra de negocios de los bares, restaurantes de un 7,6% en junio respecto al año anterior, expectativa que era previsible que se moderara en los meses siguientes, aunque debido principalmente al descenso del gasto por parte de los consumidores, los hosteleros constatan una caída en julio y mantenimiento de las cifras del año anterior en agosto. En concreto y en la media de los dos meses, para la mitad de los encuestados la facturación ha sido hasta un 10% menor que la del año anterior mientras que para un 23% ha sido igual. En el lado contrario, un 26,7% constata un incremento de hasta un 10%.
La mayor contención del gasto se aprecia especialmente en el cliente habitual y el turista nacional, mientras que ha aumentado el gasto de los extranjeros, el cual sólo en el mes de julio realizó un gasto un 11% superior en alojamiento y un 15,5% en manutención, que el del mismo mes del año anterior.
Destinos tradicionales de sol y playa muestran mejor comportamiento
Esta evolución general es resultado de un comportamiento que se ha mostrado diferente según las zonas geográficas, con un mejor comportamiento en las zonas de sol y playa de la costa mediterránea con crecimiento de hasta un 5% respecto al verano anterior. A ellos se une Galicia y Canarias, mientras que zonas de interior y norte se han mantenido igual o incluso algo peor.
Respecto al tipo de establecimientos, la evolución es diferente según la ubicación, aunque de media los restaurantes son los que muestran un mejor comportamiento, mientras en el ocio nocturno se redujo la actividad, debido a los cambios en la temporada estival en que compiten con más verbenas y fiestas al aire libre, así como la tendencia a mayor consumo en el exterior. No obstante en todos ellos se muestra un menor gasto.
Con relación al empleo, aunque ha bajado el ritmo de crecimiento respecto a meses anteriores, tendencia de evolución habitual en los meses estivales debido a que la temporada alta para el sector comienza con la Semana Santa, momento de más impulso en las contrataciones, en los meses e julio y agosto se ha superado la cifra récord de 1,96 millones de trabajadores.
A pesar de ello, un 56% de los hosteleros ha tenido dificultades a la hora de encontrar trabajadores este verano, problema que unido a los elevados costes, tanto de precios de los alimentos y bebidas, como los costes de personal, supone un descenso de la rentabilidad de los negocios.