El Banco Santander ha protagonizado este lunes 7 de abril una de las caídas más severas del año en el mercado español. Sus acciones se han desplomado un 14,45%, situándose como el valor más castigado del Ibex 35, en una jornada marcada por el temor a una escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
El desplome de Santander ha arrastrado consigo al selectivo español, que ha cerrado con una pérdida del 6,4%, por debajo de los 11.700 puntos. Una cifra que refleja el fuerte deterioro del sentimiento inversor ante el repunte de la tensión geopolítica global.
¿Qué ha provocado la caída?
El detonante ha sido el anuncio de nuevas barreras comerciales impuestas por la administración estadounidense, lo que ha desatado el pánico en las bolsas europeas. La reacción del mercado ha sido inmediata: ventas masivas de acciones bancarias, con Santander en primera línea.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha atribuido esta caída a las decisiones unilaterales de EE.UU. y ha instado a una respuesta coordinada por parte de la Unión Europea para proteger a las empresas y al empleo en el continente.
Un golpe tras meses de fortaleza
La caída llega en un momento delicado, ya que Santander venía de cerrar un 2024 histórico, con un beneficio neto de 12.574 millones de euros, un 14% más que el año anterior. Además, la entidad anunció recientemente un plan de recompra de acciones de hasta 10.000 millones de euros entre 2025 y 2026.
¿Rebote o cambio de tendencia?
Pese a la magnitud del desplome, los analistas están divididos. Algunos lo interpretan como una reacción emocional del mercado que podría corregirse si se reducen las tensiones internacionales. Otros, sin embargo, alertan de que podemos estar ante un punto de inflexión en el ciclo alcista del sector financiero europeo.
Para los inversores a medio y largo plazo, Santander sigue siendo una compañía con fuerte capacidad de generación de caja y vocación de dividendo. Pero el corto plazo estará marcado por la volatilidad, la geopolítica y las decisiones regulatorias.