El banco central de México está considerando la posibilidad de recortar los tipos de interés en 50 puntos básicos en su próxima reunión de política monetaria, llevándolos hasta un 9%. Este análisis se basa en las actas de la última reunión, publicadas este jueves, donde se examinan los factores que influyeron en la reciente decisión de reducir los tipos en 50 puntos básicos, alcanzando el actual nivel del 9,5%.
Evaluación del panorama económico
Los directores del banco han destacado que se ha logrado un progreso notable en la lucha contra la inflación, que había sido exacerbada por los efectos de la pandemia y el conflicto en Ucrania. Se espera que la inflación continúe bajando como se había anticipado, y el banco ha señalado que «el panorama inflacionario luce más benigno que en los momentos más críticos del episodio inflacionario».
A pesar de estos avances, algunos miembros de la junta han manifestado la necesidad de asegurar que los progresos en el componente subyacente de la inflación se mantengan. Se ha expresado que alcanzar la meta del 3% impulsado solo por componentes no subyacentes podría ser considerado «un éxito efímero».
Es crucial adoptar un enfoque cauteloso en el manejo de la política monetaria ante un contexto lleno de riesgos y retos
En cuanto a la política arancelaria de la administración de Donald Trump, algunos miembros del banco han resaltado que la incertidumbre no debe influir en las decisiones, instando a permanecer enfocados y mantener una política coherente para alcanzar la convergencia de la inflación a la meta establecida. Se identificaron riesgos asociados a los posibles cambios en las políticas comerciales y migratorias de la nueva administración estadounidense, ya que podrían generar presiones adicionales sobre la inflación.
No debemos adelantarnos a los acontecimientos sin tener un conocimiento claro de la situación actual
Por lo tanto, es probable que en la próxima reunión se implemente un ajuste similar, dado que el contexto inflacionario sugiere que el ciclo de recortes a la tasa de referencia pueda continuar, aunque sin dejar de adoptar una postura restrictiva. Según algunos miembros, ya no es necesario mantener el grado de apretamiento monetario exigido por los choques globales, abriendo espacio para una nueva fase de política monetaria con ajustes más rápidos.