La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha tomado la decisión de rebajar la nota de solvencia como emisor en moneda extranjera a largo plazo de China, disminuyendo la calificación de ‘A+’ a ‘A’ con una perspectiva estable. Esta acción se produce en un contexto de incertidumbre económica, caracterizado por el empeoramiento de las previsiones de deuda y déficit en el país. Según Fitch, “la rebaja refleja nuestras expectativas de un continuo debilitamiento de las finanzas públicas de China y un rápido aumento de la deuda pública durante la transición económica del país”
Con la intención de impulsar el crecimiento en medio de una demanda interna moderada y presiones deflacionarias, se anticipa que Pekín desplegará un estímulo fiscal sostenido. Fitch señala que esta situación, asociada a una erosión estructural de la base impositiva, contribuirá a mantener elevados los déficits fiscales del país. La agencia advierte que la relación deuda pública/PIB de China seguirá una marcada tendencia al alza en los próximos años, impulsada por déficits elevados y la continua cristalización de pasivos contingentes.
Fitch también prevé una moderación en el crecimiento del PIB de China, que se situará en el 4,4% para este año en comparación con el 5% de 2024. Esto se debe a la persistencia de los problemas inmobiliarios y el consumo, así como a un aumento de los riesgos externos. En particular, la agencia destaca el impacto potencial sobre la demanda a medida que Estados Unidos aumenta los aranceles sobre productos chinos. A pesar de esto, subraya que China parece más resistente a estos aranceles en comparación con el primer mandato de Donald Trump, gracias a la diversificación de sus mercados de exportación. Sin embargo, se señala que el incremento de los aranceles “ha sido mucho más drástico”, lo que sugiere que China seguirá experimentando efectos negativos derivados de una desaceleración global provocada por estas políticas comerciales.