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Economía

Qué es el foro de Davos y quién asiste este 2024

Por Pablo Poyo

El Foro Económico Mundial reúne en la localidad alpina de Davos a algunas de las empresas más importantes y a los líderes mundiales más relevantes

El lunes comenzaba en la localidad suiza de Davos la reunión anual del Foro Económico Mundial, que se prolongará hasta el viernes 19. En este precioso lugar se darán cita algunas de las personalidades más selectas del planeta, con el objetivo de afrontar los problemas más acuciantes de la sociedad moderna.

Tomando decisiones desde 1971

El World Economic Forum (WEM) o Foro Económico Mundial (FEM) es una organización no gubernamental con sede en Cologny, Suiza, fundada por el profesor de economía Karl Schwab, que desarrolla diversos encuentros de debate y asambleas en todo el mundo. Además, la entidad se encarga de generar una serie de informes de investigación. En cada área involucra a sus miembros en iniciativas específicas.

La idea original de Schwab era introducir las prácticas de administración de los Estados Unidos en las empresas europeas. Con este fin, más de cuatrocientas compañías europeas fueron invitadas al evento. Es en 1987 cuando la reunión cambia de nombre, pasando del antiguo Foro Administrativo de Europa al actual Foro Económico Mundial.

La Declaración de Davos se firma en 1988, sellando el destino de la localidad suiza hasta nuestros días, pero un contexto de cambios económicos y políticos, con la desaparición de los últimos regímenes comunistas o la Caída del Muro de Berlín. Cada año, el Foro se centra en un tema en concreto, siendo el primero, el de 1988, "El nuevo estado de la economía mundial".

Desde entonces, la organización ha basado sus eventos en temas tan relevantes como "el impacto de la globalización" (1999), "Internet y la ingeniería genética" (2000) o "la cuarta Revolución Industrial" (2016). Este 2024, los principales líderes mundiales y las personalidades empresariales más importantes se han citado en Davos bajo el lema "Reconstruir la confianza", con el objetivo de "proporcionar el espacio crucial para dar un paso atrás y centrarse en los principios fundamentales que impulsan la confianza, incluyendo la transparencia, la coherencia y la rendición de cuentas", según cita la propia organización en su página web.

Actualmente, el Foro se financia con las contribuciones de unas mil empresas miembro. La empresa miembro típica es una empresa global con más de cinco mil millones de dólares de facturación, aunque esto último puede variar por industria y por región.

El Foro Económico Mundial define de la siguiente manera la situación a tratar en el evento anual de 2024:

Las personas, las sociedades y las empresas se enfrentan a la realidad de un mundo en transformación. Además de las conmociones que parecen no tener fin, la más reciente de las cuales es la trágica violencia en Oriente Medio, se están produciendo profundos cambios estructurales, desde la geoeconomía al cambio climático, pasando por la inteligencia artificial. Dado este nivel de incertidumbre y lo mucho que está en juego, existe una clara necesidad de pasar del diagnóstico de los retos a la búsqueda de soluciones.

Con la erosión de la confianza, las visiones a largo plazo pueden ser demasiado abstractas para unirse en torno a ellas, mientras que centrarse simplemente en las respuestas a los choques actuales dejará a todos vulnerables ante las transformaciones que se avecinan. Lo que se necesita son plataformas de diálogo nuevas y mejoradas, asociaciones más sólidas, marcos políticos ágiles y un despliegue eficaz de tecnologías que puedan generar beneficios prácticos y aplicables para las sociedades tanto a corto plazo como en horizontes estratégicos.

¿Quién asistirá a Davos?

La Reunión Anual 2024 acoge a más de 100 gobiernos de todo el mundo, a las principales organizaciones internacionales, a las 1000 empresas socias del Foro, así como a líderes de la sociedad civil, a los expertos más destacados, a la actual generación de jóvenes, a emprendedores sociales y a los medios de comunicación.

En total, en su edición de 2024, el ciclo de conferencias y reuniones reúne a más de 2.800 líderes de 120 países a la búsqueda del impulso del diálogo, la cooperación y las asociaciones sobre cuestiones globales como el crecimiento económico, la acción climática, la seguridad energética, la gobernanza tecnológica y el desarrollo humano, así como la situación geopolítica.

En cuanto a España, está edición cuenta con un nutrido grupo de representantes del Ibex 35. Entre ellos nos encontramos a Ana Botín, presidenta de Banco Santander, con la compañía de Héctor Grisi, consejero delegado de la entidad; José María Álvarez-Pallete, presidente y consejero delegado de Telefónica, e Ignacio Sánchez Galán, presidente y consejero delegado de Iberdrola.

Asimismo, también figuran entre los representantes de cotizadas españolas Carlos Torres, presidente de BBVA, y el máximo ejecutivo del banco, Onur Genc; Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol; Francisco Reynés, presidente y consejero delegado de Naturgy, o Rafael del Pino, presidente ejecutivo de Ferrovial.

Al margen del Ibex 35, asiste a la localidad alpina de Davos el consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, y el consejero delegado de Pepsico, el español Ramón Laguarta.

Por otra parte, Davos acoge esta semana a Nadia Calviño, que intervendrá el 18 de enero en un coloquio en calidad de presidenta del BEI, junto a Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE) y el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participa este miércoles por la tarde con un discurso que trata la situación internacional, desafíos como la IA y de la evolución de la economía española. Además, Sánchez se ha reunido este miércoles con el máximo ejecutivo de Siemens Energy, matriz de Gamesa, Christian Bruch, y posteriormente se ha visto con el consejero delegado de la farmacéutica Sanofi, Paul Hudson, para reunirse después con Bill Gates, cofundador de Microsoft y una de las mayores fortunas mundiales.

Completan la lista de representantes españoles José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, así como del ministro de Transformación Digital y Función Pública, José Luis Escrivá.

Otras figuras económicas relevantes en el ciclo son las de Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI); Ajay S. Banga, presidente del Banco Mundial; Ngozi Okonjo-Iweala, directora de la OMC, así como líderes empresariales como Satya Nadella (Microsoft), Sam Altman (OpenAI), Arvind Krishna (IBM), Roland Busch (Siemens), o Albert Bourla (Pfizer).

Otros invitados relevantes a mencionar son Sam Altman, CEO de OpenAI y creador de la célebre aplicación de inteligencia artificial ChatGPT, el presidente francés Emmanuel Macron o el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, que acude a la cumbre con la premisa de explicar su programa económico y posiblemente, recabar apoyos para la causa del país sudamericano.

Tampoco hay que pasar por alto la presencia de Volodímir Zelenski, que este martes comparecía ante los líderes mundiales para pedir que el mundo siga manteniendo la presión sobre Rusia. Según Zelenski, "cada reducción de la presión sobre el agresor añade años a la guerra y cada inversión en la confianza del país que se defiende la hará más corta".

Por si fuera poco, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha añadido que "Ucrania está más cerca de la OTAN que nunca", aunque también ha querido señalar que la contraofensiva ucraniana "no dio los resultados que se esperaban".

Las críticas a la organización

El mero hecho de que existan tanto esta organización como otros clubes aún más selectos como el Club Bilderberg, es motivo suficiente para algunas personas para protestar sobre ello. Y no se trata de algo anecdótico.

La diferencia radica en que las reuniones del grupo Bilderberg están pensadas exclusivamente para una élite muy concreta, lo cuál sus propios participantes no se esconden en reconocer. Sin embargo, el Foro Económico Mundial, que debería estar destinado a paliar las deficiencias económicas, tecnológicas y políticas del mundo, se ha convertido de igual modo en una reunión de charlatanes alejados de las clases populares.

Esto ha quedado reflejado en las protestas físicas como las del año 2000 en Melbourne, donde en una de las reuniones que organiza el Foro cada año, diez mil personas se reunieron para protestar contra la globalización y la pobreza. En el propio pueblo de Davos, desde 2014 la presencia de manifestantes se ha ido reduciendo debido a la extrema seguridad del complejo donde se reúnen los citados. Lo habitual hoy en día es que dichas protestas se produzcan en ciudades como Berna, Zúrich, Ginebra o Basilea.

Otra de las críticas a la organización se basa en la falta de igualdad de género, pues en el año 2001 solo el 15% de los invitados eran mujeres, y en 2020 el porcentaje apenas había subido hasta el 24%.

Por otro lado, las críticas de los habitantes de Suiza al gasto público que supone el evento anualmente, dieron sus frutos en 2021, cuando el gobierno helvético terminó por retirar la financiación que hasta entonces aportaba al club.

El diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung tampoco pasó por alto la falta de transparencia del grupo, ya que el Foro no desglosaba ni sus ingresos ni sus gastos. Por último, al igual que sucede en otros eventos donde acuden las grandes fortunas, es muy difícil no advertir que aunque en Davos se debate sobre el cambio climático, los participantes suelen utilizar para llegar una media de 1.300 aviones privados, lo que implica que su huella de carbono es realmente alta.

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