La aerolínea de Globalia se encuentra bajo las cuerdas por culpa de la nueva ola de Covid que asola el panorama internacional y por las estrictas políticas de restricción gubernamentales que afectan a la libertad de circulación. Estos factores obstaculizan la compra por parte de Iberia que sigue a la espera de saber las condiciones del rescate del gobierno de 475 millones para Air Europa.
En caso de que Iberia siga para adelante con la operación, además de asumir la deuda, deberá llegar a un acuerdo de socios con la SEPI, decisión que podría limitar la capacidad de decisión estratégica y obstaculizar una integración adecuada que permita lograr sinergias. Por ello la compañía dirigida por Luis Gallego quiere renegociar el precio de compra que inicialmente se fijó en 1.000 millones de euros.
Hay un sector de Iberia que no cree que la operación vaya a darse debido a la segunda ola del virus y la incertidumbre sobre cuando se volverá a reactivar la demanda de billetes. Las previsiones muestran que tras las pérdidas de más de 300 millones que acompañan a Air Europa, el precio de compra tendrá que ser mucho menor que el pactado en un principio.
El holding anglo-español IAG, que forman British Airways e Iberia, tuvo que recortar el 30% de su capacidad del último trimestre ante el desplome de reservas, suponiendo un total de 5.654 millones de euros en lo que va de año. Los ingresos de temporada alta cayeron un 83% tras un 50% de ocupación, y es gracias a los ERTES que todavía no han tenido que regular las plantillas.