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Directivos

Enrique Cerezo: "Llevamos más de 30 años combatiendo la piratería y aún sigue existiendo"

Por Redacción Capital

Por Miriam Puelles y Borja Carrascosa

Tal vez sea más popular su historia futbolística, como presidente del Atlético de Madrid. Sin embargo, para conocer bien a Enrique Cerezo, debemos saber su trayectoria cinematográfica. Ya en su etapa de estudios postobligatorios en Segovia trabajó como proyeccionista en el cine de la localidad castellanoleonesa. E incluso pensó en estudiar cine. Sin embargo, las posibilidades que ofertaba el sector en aquel entonces desequilibraron la balanza hacia el oficio, hacia un primer meritoriaje que pronto le permitió escalar por las tablas sindicales existentes de la época hasta que, en 1974, ya como asistente de cámara, se lanzó a la producción. Este fue el origen del gran imperio que hoy posee.

En concreto, Cerezo es dueño de casi el 80% del cine español. Aunque, cuando se le pregunta en su cita con Capital por su gran catálogo cinematográfico, quita peso a la operación. “Hace muchísimos años que decidimos empezar a comprar prácticamente todo lo que era cine español, y así hasta conseguir este bloque” que supera las 7.000 películas. Y añade: “Aún hoy seguimos comprando. Si no son todos, casi todos los días”.

Aunque si se le pregunta por la leyenda picaresca, al más puro estilo español, de que fue formando su potente archivo mediante la compra de películas de productoras que se encontraban en horas bajas económicamente hablando, Cerezo retrocede. “No, no. Productoras que estaban en malos momentos, no. Nosotros hemos comprado películas a empresas que estaban en buenos momentos, en malos momentos o que no existían porque no ejercían su labor de productora. Aquí no hay ninguna picaresca, todo se basa en la ley de la oferta y la demanda”.

Sea como fuere, con esas cifras que dispone parece imposible pensar que haya podido visualizar todos los largometrajes. No obstante, este empresario confirma haber visto “si no todos, casi todos” los títulos que tiene en posesión. Desde Viridiana a Las 13 Rosas o 1898: Los últimos de filipinas. Si piensa en algún largometraje patrio, es probable que sea de su colección. Y, si no lo es, posiblemente le gustaría incluirlo.

Ayudas y distribución

El problema reside en que, para Cerezo, el cine tiene un hándicap: la financiación y la distribución. Y ahí también entra en juego el Estado y el Gobierno, un organismo al cual le recomendaría “estar un poco más a la altura de las circunstancias” puesto que “en toda Europa, el cine tiene unas ayudas muy importantes, y, aunque nosotros las tengamos, creo que se necesita más para hacer mejores películas y hacer el buen cine que queremos hacer”.

Las cifras están sobre la mesa. Si bien es cierto que en cuestión de ocho años las ayudas públicas a la cinematografía han pasado de los 81,1 millones de euros en 2010 a los 109,5 millones de 2018, siguen quedando lejos de los países de nuestro entorno. En Francia, en el mismo 2018, el Centre National du Cinéma destinó 731,9 millones a la financiación de productos cinematográficos y audiovisuales. Unos datos que, en el caso de Italia, entre ayudas directas e indirectas, derivaron en 570,6 millones.

¿Y cómo poder acceder a ellas? A base de puntos. El Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), adscrito al Ministerio de Cultura, cambió en 2015 los requisitos en favor del valor artístico, el plan de financiación y viabilidad del proyecto o la solvencia del propio productor en el año 2015, después de que un reportaje del diario El País destapase que varios productores y distribuidores acordaron con algunas salas de distribución inflar el número de espectadores para poder acceder a dichas ayudas. Hasta entonces, la forma de poder apoyarse en el dinero público residía en el número de espectadores que acudían a los cines (400.000 euros a partir de los 30.000 espectadores y 1,2 millones de euros cuando se sobrepasaban los 600.000).

En este punto vuelve a entrar Enrique Cerezo en el discurso, ya que en aquel entonces el retorno del dinero invertido por cada película tardaba en ingresarse alrededor de dos o tres años. Pero también, porque fue uno de los nombres investigados por dicha trama. ¿Estuvo tentado a ello? Lo niega repetidamente.

“No, nunca”, exclama con seguridad. “Y te puedo decir que no conozco a ninguno”, destaca el propietario de la distribuidora Mercury Films, quien reitera que “nunca he tenido ningún problema con ninguna película. Hemos hecho películas buenas, malas y regulares”, desvela, pero, pese a “todas las variaciones que han tenido las leyes del Cine en España, afortunadamente yo nunca he tenido ningún problema”.

La piratería audiovisual, un negocio de 31.000 millones

Y eso que, durante décadas, ha tenido que luchar contra la piratería. Sin ir más lejos, en 2010 las descargas ilegales supusieron un total de 10.774,5 millones de euros, por las que la industria cinematográfica perdió 1.543,3 millones. Datos que, cinco años antes, en 2005, representaba un valor de 523 millones de euros.

Pero que el pensamiento de que las plataformas de streaming han acabado con dicha lacra no engañe: entre 2015 y 2020, pese a una disminución acumulada del 17% en el acceso a contenido ilícitos, el valor de dichos contenidos ha sumado 30.904 millones de euros y el perjuicio para el sector ha alcanzado los 2.437 millones en esos cinco años, según el Observatorio de la Piratería y Hábitos de Contenidos Digitales. Por eso, Cerezo todavía duda con dicho tema.

Llevamos más de 30 años combatiendo la piratería y todavía sigue existiendo. Antes era más complicado, pero hoy con dar a dos teclas de un ordenador puedes piratear una película. Esta es una lucha interminable y a veces pienso que no se va a acabar nunca”, reconoce este empresario cinematográfico que afirma que ya “ni demandamos, porque nos resulta más costoso el trabajo del abogado que lo que luego podamos sacar de las sentencias”.

Una filosofía que se puede entender con cierto tinte pasivo, pero que realmente Enrique Cerezo ha combatido con la creación de FilxOlé, la primera plataforma de contenidos audiovisuales española que surge de la necesidad de mostrar su amplio catálogo en un momento en el que las plataformas de “streaming” ya son el día a día de los consumidores. Y, desde que en 2017 comenzaron a trabajar en el proyecto, ya son más de 3.000 los largometrajes que dispone en a merced de sus suscriptores. ¿La valoración?

“A nosotros nos viene muy bien, porque el que quiere ver cine español, indiscutiblemente tiene que venir a FlixOlé. Pero no sólo tiene cine español. También tiene un amplio catálogo de cine italiano y todo el catálogo de RKO, con más de 1.000 películas de cine clásico americano. Es una plataforma muy ágil y muy fácil de ver, en la que su amplio catálogo es su gran ventaja”.

Un gran cúmulo de obras audiovisuales que quizás haya visualizado en algún zapping por La 2. Cerezo firmó con RTVE un acuerdo comercial muy relevante con la cadena pública, por el que se comprometía a emitir en prime time, a través del programa Historias de nuestro cine, 739 películas españolas durante tres años por 11.085.000 euros, tal y como informó el diario El Mundo. Una firma que causó gran controversia por la abultada cifra del acuerdo, pero con la que Cerezo se siente orgulloso.

“No hay precios desorbitados, lo que sí que hubo fue un volumen importante de películas que afortunadamente muchas vieron la luz con gran agrado”, apunta el empresario. Y no le falta razón. La primera fue el clásico Bienvenido Mr. Marshall, de Berlanga, que cosechó una media de 631.000 personas y un 3,2% de share. Es decir, cinco décimas más que la media anual que acumuló la cadena. Y hoy se mantiene. Por poner un ejemplo, el pasado 11 de junio, la exhibición de La Vaquilla sumó un 4,9% de cuota de pantalla y fue seguida por parte de 640.000 espectadores.

Y Cerezo añade: “Si a mí me compró más la televisión española es porque era el que más películas tenía, pero afortunadamente, al que tenía cinco películas, también le compraron”. Ahora los tiempos han cambiado.

Si bien es cierto que la pequeña pantalla continúa siendo una fuente de ingresos para Mercury Films, también es verdad que la inclusión de las plataformas de streaming en el parqué audiovisual han ampliado las posibilidades. Y más, si cabe, en un momento en el que las salas de exhibición tradicionales están viviendo una reconversión ante los nuevos hábitos de consumo.

La Covid-19 y la vuelta a las salas de cine

En concreto, el pasado 2020 se registraron unas pérdidas en taquilla de 446 millones de euros, es decir, un 72% menos que en el ejercicio de 2019. ¿Cómo le ha afectado esto a la distribuidora de Enrique Cerezo?

Hemos pasado de producir 45 películas al año a 12. De hecho, teníamos pensado haber rodado La piel del tambor, de Arturo Pérez Reverte, y la vamos a intentar producir ahora. No porque tengamos problemas económicos, sino por los problemas que han derivado de la pandemia. Queremos estar seguros con el trabajo de los actores y de todo el equipo”, subraya el también presidente del Atlético de Madrid, quien argumenta que “todo el mundo ha sufrido como en España la bajada del público en las salas, pero también creo que la bajada de espectadores no es un problema”.

Este se muestra optimista y considera que “a partir de ahora la gente regresará a las salas” porque “se está viendo más cine que nunca”. Por eso considera que la situación se puede revertir. “Las compañías tienen la culpa de que se vea más cine que antes. Y es indiscutible que se han enriquecido durante la pandemia, pero vamos a ver cuando acabe todo si volvemos a los mismos niveles. Lo normal es que suba el cine y las otras se mantengan”. Aunque los movimientos empresariales al respecto no dejen de cesar.

El más sonado las la compra del gigante estadounidense Metro Goldwyn Mayer (MGM) por parte de Amazon, por valor de unos 9.000 millones de euros. No obstante, hay otras tantas más, como la fusión entre Warner y Discovery. La cuestión es: en vista presente realidad, ¿estaría dispuesto Enrique Cerezo a vender su catálogo a un gigante norteamericano?

Ni me lo han pedido ni nos han ofrecido nada”, señala éste. “Lo que sí está claro es que ahora hay unas diez plataformas y dentro de unos años, si se continúan fusionando, habrá menos porque el público no puede pagar por tener todas contratadas”. Sea como fuere, él ve con optimismo su futuro; como también lo discierne en la ruta futbolística que parece seguir el Atlético de Madrid, equipo que preside desde 2003.

“El Atlético de Madrid nunca debe crecer a costa del endeudamiento”

El año 2014 fue clave para el Club Atlético de Madrid, gracias a la conquista de la primera Liga en dieciocho años (la anterior fue la del “Doblete”, en 1996) y la final de Champions League contra el Real Madrid, que se llevó el equipo blanco en el tiempo de prolongación. Este hito situó a los rojiblancos en el selecto grupo de los grandes clubes europeos, una posición en la que se ha consolidado en los últimos años y que se ha reforzado este ejercicio con la consecución de su decimoprimera Liga. El crecimiento de la entidad ha sido exponencial, tanto en términos presupuestarios como en el de trofeos sumados, y el modelo bien podría replicarse en el mundo de la empresa.

Cerezo explica que “el Atleti intenta seguir creciendo todos los años, pero indiscutiblemente ese crecimiento nunca tiene que ser a costa del endeudamiento. Tenemos una norma que es no gastar más de lo que ingresas. A veces hay que hacerlo -endeudarse-, pero con la seguridad de que el resultado va a ser bueno. Nuestra filosofía es ir poco a poco hasta llegar donde hemos llegado ahora mismo”.

Este modelo empresarial ha llevado al club rojiblanco a mantener una situación patrimonial “completamente controlada”, argumenta Cerezo, muy distinta de aquella que provocó la intervención judicial de la entidad, el descenso a Segunda División y una “sequía” de 14 años sin títulos. El presidente del Atlético apunta que “no sólo se compran jugadores, también en nuestro caso tenemos la construcción del estadio y todo esto hay que acumularlo, centralizarlo y hacer un gran trabajo de organización como se ha hecho para pagarlo en 20 a 25 años y que no nos enteremos prácticamente de que vamos a tener deudas”.

Un futuro que se presenta optimista, pero sobre el que Cerezo, con el valor futbolístico por bandera, matiza: “Vamos a seguir trabajando deportivamente para conseguir todos los títulos que queremos, pero hasta que no llegue el último minuto nunca vas a saber si lo vas a conseguir o no”. Habrá que esperar, como siempre, al pitido final, y a la primera Champions de la historia del club: el objetivo que le reclaman todos los aficionados.

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