Jofre Cullell, ciclista catalán de BTT de 22 años, se enfrenta este verano a sus primeros Juegos Olímpicos. Cullell comenta para Capital cómo afronta Tokio 2020, su preparación física y mental en una temporada marcada por la pandemia y nos da consejos para correr en mountain bike.
- ¿Qué sintió cuando se hizo oficial su participación en los Juegos de Tokio 2020?, ¿le da presión representar a su país?
La verdad es que me puse muy contento, porque durante el mes anterior estaba luchando todavía por conseguir la plaza con otros corredores. Cuando se publicó, me sentí ilusionado. Me quité un peso de encima enorme. Ahora solo toca disfrutar, prepararlo lo mejor posible e intentar dar el máximo de mí. Al principio, cuando lo publicaron, sí que tenía un poco de presión, pero cada vez estoy más confiado. Con toda la gente que me rodea lo llevo mucho mejor y con muchas más ganas de dar guerra y hacerlo bien.
- Para el preolímpico estuvo en el circuito que disputará en Tokio, ¿se encuentra cómodo en este circuito?
El circuito me gusta, es divertido. Es muy técnico y explosivo. Se me puede dar bastante bien. Estamos entrenando para que se nos dé lo mejor posible. Habrá bastante humedad y grados, con el entrenador hemos empezado a prepararlo con entrenamientos en calor, que, la verdad, lo odio bastante. Sin embargo, prefiero pasar calor y humedad que tormenta. Hago entrenamientos de humedad en una habitación cerrada para acostumbrar el cuerpo para cuando vaya a Tokio.
- Con el estallido de la pandemia, y, sobre todo, en los meses de confinamiento, ¿notó una bajada de rendimiento?
Las primeras semanas estaba motivado, pero cuando ya llevábamos meses costaba más. En la época del confinamiento, en la que se podía salir unas horas, los primeros días noté que costaba un poco más, pero no tardé en coger el ritmo habitual y mejoraba el rendimiento. El problema es que no teníamos ni carreras ni calendario claro, así es muy difícil preparar algo bien. Al volver, la primera carrera fue muy extraña competirla sin público. Dependiendo del país, lo permitían, pero en la mayoría no se podía.
- Es miembro de becas pódium, ¿qué oportunidades y beneficios dan al deportista joven?
Nos dan ayuda cada mes para destinarla a competiciones o material que podamos necesitar para mejorar nuestro rendimiento, además de en los viajes. Por ejemplo, si quieres ir a correr una carrera a Estados Unidos puedes destinarla al viaje o a formarte como mejor corredor.
- ¿Descendió el número de patrocinadores por la crisis pandémica?
Por mi parte, este año cambié de equipo. El equipo del año pasado no siguió, muchos se jubilaron de la competición profesional y decidieron no seguir. Sí que, con la pandemia, a pesar de la crisis, la cuestión de apoyos, marcas o patrocinadores va tirando bien, se podría decir.
- ¿El material de Mountain Bike es muy caro?
En mi caso, el material me lo proporciona todo el equipo. Sí que es caro, depende también de la marca o la bici que lleves. La bici que llevo yo, por ejemplo, vale 10.000 €, aunque hay bicis de 2.000 € o 4.000 €. Cuando vas subiendo el nivel, todo cuenta.
- En los circuitos os enfrentáis a los llamados ‘rockgardens’, entre otros, ¿qué consejo daría para atravesarlos?
Lo primero es mirarlo y conocerlo bien. Si no estás seguro, observa a otros corredores por donde pasan y ya cogerás confianza para probarlo. Debes tener técnica, pero es peor ponerte nervioso, no pienses en que te vas a caer o no vas a lograrlo. A veces, es mejor no pensar tanto y ser más decidido. Como pienses mal de ti mismo, a la mínima, fallas. Hay que practicar técnica en casa antes de ir a competiciones para coger ritmo, además de correr con gente distinta. Si haces eso, cuando llegues a un circuito de Copa del Mundo, tampoco te va a parecer tan difícil.
- Ser medallista de Copas del Mundo y llegar a unos Juegos Olímpicos puede provocar que suba su fama, ¿está concienciado de ello?
Sí, la verdad que cuando publicaron mi plaza en Tokio 2020 estuve las primeras semanas con las redes previstas. Al principio estuve un poco estresado, ya me estoy más o menos acostumbrando. Estoy contento, supongo que eso es una buena señal, aunque de primeras me agobiaba, pero estoy muy feliz con la situación.