En una reciente sesión de control al Gobierno, el portavoz del Partido Popular (PP) en el Congreso, Miguel Tellado, lanzó duras acusaciones hacia el Ejecutivo, señalando que ha «instrumentalizado» a Telefónica con la entrada de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en su accionariado y los últimos nombramientos en la dirección de la empresa. Esta declaración provocó una pronta respuesta de la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Tellado acusó al Gobierno de no haber mostrado interés en «proteger un activo estratégico» del país, al mismo tiempo que cuestionó los vínculos personales de algunos de los nuevos directivos de Telefónica, sugiriendo que tienen conexiones políticas con el actual Gobierno. Mencionó, entre otros, al presidente de la compañía, Marc Murtra, quien supuestamente es un «amigo de Begoña Gómez» y al vicepresidente, Carlos Ocaña, ligado al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.
El portavoz del PP describió la situación como un «escándalo sin precedentes»
Por su parte, Montero defendió la legitimidad de las decisiones del Gobierno y acusó al PP de proyectar sus propios comportamientos en su crítica. «Cree el ladrón que todos son de su condición», sentenció, sugiriendo que el PP, en caso de haber estado en el poder, habría utilizado la situación en beneficio de sus propios intereses, colocando a «sus amiguetes» en posiciones clave.
La vicepresidenta también enfatizó que Telefónica es una empresa estratégica que realiza «importantes inversiones» a nivel mundial y posee activos que requieren protección. En su cierre, reafirmó la importancia de la compañía en el ámbito económico nacional, rechazando así las insinuaciones del portavoz del PP.