Las declaraciones de Thomas Schäfer, CEO de Volkswagen, han disparado los rumores sobre la desaparición de la marca SEAT de forma directa
En pleno apogeo del Salón del Automóvil de Múnich 2023, el CEO de Volkswagen, Thomas Schäfer, daba una noticia que dejaba helados tanto a los presentes en el evento como a muchos españoles a través de las redes sociales: "El futuro de SEAT es Cupra". Las palabras del alemán han sido interpretadas como la defunción instantánea de la marca española.
Ante el griterío formado en Internet, el propio consejero ha tenido que salir a matizar sus declaraciones, afirmando que sus palabras "han sido malinterpretadas", y que SEAT seguirá fabricando como hasta ahora. Sin embargo, es evidente que la marca ibérica afronta un futuro negro. Sus dos únicas opciones serán el cambio de modelo o la desaparición.
El futuro de SEAT en el mercado
La electrificación del mercado del automóvil podría tener que ver con la desaparición de SEAT, aunque desde Volkswagen apuntan también al tema económico. Ya en otoño, el propio Schäfer dejaba claro en el Salón del Automóvil de Los Ángeles que "SEAT no seguirá siendo un fabricante tradicional". Además, Schäfer habló sobre el devenir de la marca española, que según él no iba a morir, pero "su futuro estaría en el campo de la movilidad para atraer a gente joven".
Se trata de una hoja de ruta fijada desde la matriz alemana sobre la que advierten desde hace tiempo representantes sindicales de la compañía con sede en Martorell (Barcelona), debido a que los modelos de Cupra obtienen mayor rentabilidad que los de Seat, y los nuevos lanzamientos se centran en la marca de líneas deportivas.
En cualquier caso, desde la marca inciden en que "Seat es más fuerte que nunca", porque ahora que el abastecimiento de semiconductores ha empezado a normalizarse, las ventas en lo que va de año han crecido un 18%, alcanzando los 199.000 coches vendidos.
Lo que sí han dejado claro tanto Schäfer como los representantes de SEAT es que la automovilística española dejará de fabricar coches para finales de la década. En 2030 veremos el final de la firma como fabricante de vehículos, que se habrá actualizado en base al nuevo modelo de negocio que desea Volkswagen. Sin embargo, la marca española no morirá del todo.
Simplemente, dejará de fabricar coches. En el punto de mira se encuentran las soluciones de movilidad (eléctrica) personal, en auge en Europa. Y más concretamente los vehículos eléctricos del tipo patinetes, motos e incluso microcoches. Modelos tan icónicos como el SEAT Ibiza o el SEAT León se marcharán en algo menos de una década, pero hasta entonces seguirán comercializándose con normalidad.
Antes de dar por finalizada la fabricación de vehículos bajo el nombre SEAT, se sabe que la empresa alemana tiene intención de continuar con la comercialización de modelos híbridos enchufables y de bajo consumo, además de actualizar los míticos Ibiza, Arona y León. Con la inminente caída de SEAT, el grupo alemán estudiará este año si los nuevos Cupra entran o no a competir en el mercado estadounidense, lo que podría ocurrir a partir de 2025.
En 2022, por culpa de la escasez de chips, SEAT priorizó la producción de los modelos Cupra debido a su mayor margen de beneficios. Por ello, la marca deportiva incrementó las ventas un 92,7% en tasa interanual, alcanzando los 152.900 vehículos. Eso supuso el 39,6% de las ventas de Seat SA, mientras que la marca Seat sufrió un duro revés, ya que las ventas cayeron un 40,5% interanual, hasta las 232.700 unidades.
A pesar de ello, en el primer semestre de 2023, SEAT sigue teniendo al menos dos coches entre los diez modelos más vendidos en España, y otro más entre los doce primeros. El Ibiza, con 30.500 unidades vendidas se sitúa en tercera posición, justo por delante del León, que alcanza las 25.700. En el duodécimo puesto está también el Arona, con 14.000 unidades vendidas.
El legado de SEAT en España
La noticia de la "desaparición" de SEAT ha corrido como la pólvora en todo el mundo. La información es especialmente delicada en nuestro país, ya que muchas personas veían al último gran fabricante de vehículos españoles como una insignia que ahora, está a punto de decir adiós.
SEAT, que en realidad es el acrónimo de Sociedad Española de Automóviles Turismo, fue fundada en 1950 por el desaparecido Instituto Nacional de Industria. El objetivo por aquel entonces era motorizar la España de la posguerra mediante la fabricación de los automóviles italianos Fiat bajo licencia.
Para su constitución se creó una sociedad con un capital de 600 millones de pesetas, de la que el INI contaba con un 51% de las acciones, la banca española un 42% y la empresa privada Fiat, principal fabricante de automóviles de Italia, el 7%.
La producción de vehículos comenzó en la Zona Franca de Barcelona, en 1953. El SEAT 1400 fue el primer vehículo producido, derivado del italiano Fiat 1400. En 1957 comenzó a comercializarse el que probablemente fue el coche más icónico de la historia de España, el famoso SEAT 600. El 600, basado en la licencia del Fiat 600, supuso la mayor revolución en las carreteras españolas hasta entonces. Con un precio inicial de 65.000 pesetas (390 euros) que fue reduciéndose con el paso de los años, adquirir uno de estos vehículos costaba la friolera de ocho veces el salario medio de la época.
La bajada de los precios permitió la "democratización" de los conducción entre los ciudadanos, que pudieron adquirir en masa este automóvil, producido hasta 1973. En total, se vendieron casi 800.000 unidades del famoso 600. El milagro económico español que se produjo durante la etapa del desarrollismo franquista, posibilitó que las clases populares se sumergieran de lleno en la sociedad de consumo de masas que aún llega hasta nuestros días.
Durante los años 80, la marca afronta deudas cercanas a las 23.000 millones de pesetas, momento que aprovecha Volkswagen para hacerse con el control del 51% de las acciones de la compañía, en 1986. Previamente, en 1984, la empresa española había lanzado otro de los modelos más exitosos de su historia, el SEAT Ibiza. Posteriormente, han ido llegando otros modelos que se han convertido en un clásico de de nuestras carreteras, como el Toledo, el León, el Córdoba, el Alhambra, el Arosa o el Altea.
Símbolo de la última época industrial de España, la marca está abocada a dejar de comercializar sus vehículos para finales de 2030. Las polémicas decisiones llegadas desde Alemania dan carpetazo a una firma histórica, que aunque no desaparecerá como marca, ya no podrá ser vista en las carreteras españolas en un par de décadas.