Talgo ha entrado en las fases finales de negociación con el operador alemán de trenes y autobuses Flix, conocido en España como Flixbus, para formalizar un pedido de 63 trenes intercity 230. Este acuerdo permitiría a Flix aumentar su presencia en la red ferroviaria alemana. Fuentes del sector han confirmado a Europa Press que las partes están finalizando los últimos detalles de la operación, que se anticipa que podría culminar en un plazo breve.
Informaciones recientes procedentes de Alemania indican que la entrega de los nuevos trenes españoles está programada para el año 2028. Este nuevo negocio complementa los trabajos que Talgo ya realiza al fabricar 79 unidades intercity 230 de alta velocidad (denominadas ICE-L para Deutsche Bahn) por un costo cercano a 2.000 millones de euros. Estas unidades se incluyen en dos pedidos anteriores: uno de 23 trenes en 2019, valorado en 550 millones de euros, y otro de 56 unidades en 2023 por 1.400 millones de euros. Sin embargo, la producción ha experimentado retrasos debido a problemas de capacidad industrial en Talgo.
La intención original de Flix era utilizar estos trenes a partir de 2023 para reemplazar unidades viejas
, pero el cronograma se ajustó a 2024 y luego se extendió a mediados de 2025 debido a la necesidad de completar los procedimientos de pruebas y homologación. Según ‘El Economista’, esta operación podría alcanzar un valor próximo a 1.000 millones de euros.
Desde Sabadell, se considera que la confirmación de este acuerdo tendría un impacto positivo en la cartera de pedidos de Talgo, incrementándola en un 25%. Sin embargo, se menciona que no se espera un impacto notable en bolsa debido a que las miradas están centradas en la entrada de Jainaga (Sidenor) y el consorcio vasco en el accionariado, en el que actualmente 27,8% es propiedad de Trilantic.
Ante las consultas sobre estas negociaciones, Flix ha decidido no realizar comentarios. En relación a la posibilidad de operar trenes en España, un portavoz de la compañía comentó que no están en sus planes, enfatizando que su enfoque principal sigue siendo el autobús de larga distancia, un ámbito que ellos consideran ya saturado de competencia en el país. Según sus declaraciones, España presenta los precios más elevados del continente y se infringe regularmente el reglamento europeo sobre cabotaje, lo cual limitaría sus oportunidades para ofrecer rutas nacionales conectando regiones actualmente poco comunicadas.