Bodegas Pandora ha logrado imprimir una huella personal fundamentada en un modelo de producción de vino basado en el respecto por la tierra y el medio ambiente
Rosa Zarza lleva años dedicada en cuerpo y alma al vino. Su labor en Bodegas Pandora habla por ella misma, delatando que lo suyo es vocación. Rosa se esfuerza en controlar todo el proceso de elaboración, que va desde la cepa a la recogida de la uva hasta la copa.
Su vinculación con el mundo de la ingeniería agrícola y la enología es casi tan intensa como su pasión por la velocidad y los coches deportivos. Para ella, el mundo no tiene fronteras. Francia le enseñó la técnica. Argentina, la pasión y en España demuestra su capacidad de crear equipos de trabajo.
La huella personal que ha logrado imprimir a Bodegas Pandora es evidente: estamos ante un modelo de producción de vino basado en el respecto por la tierra y el medio ambiente, pero también a otro entorno igualmente cercano: el humano. La importancia de las emociones se traduce en un vino de Rueda muy particular, donde tradición y modernidad se dan la mano para generar emociones.
La mejor explicación de este trabajo son sus vinos. Sus Blancos de Sauvignon Blanc sobre lías o sus Tintos de Tinta de Toro son referentes para los que buscan algo distinto. Pero debemos ser más atrevidos. Pocos vinos vamos a encontrar en la D.O. Rueda como su Pandora OVO Verdejo. Simplemente algo diferente. Poco más de 400 botellas lacradas a mano, para guardar el tesoro de una tierra pedregosa, muy generosa en cantos rodados. Su delicado color dorado se convierte en una explosión de matices desde el primer sorbo. Estamos ante un verdejo diferente, poderoso y atrevido, que no deja indiferente. Si gusta y se puede pagar, hay un admirador para toda la vida. ¡Así es la vida!