Lunes, 31 de Marzo de 2025

Gastronomía

Navarra y Zamora unidas por el vino y la música

Por Redacción Capital

En el marco de La Manduca de Azagra, restaurante navarro asentado en Madrid desde hace 10 años, se presentaron los vinos Bucrana amparados por la D.O. Toro (Zamora). El nombre de Bucrana tiene su origen en el término arquitectónico bucráneo, un motivo ornamental que representa una cabeza de toro y que en muchas culturas clásicas se representaba como símbolo de fuerza y resistencia. Características que se identifican plenamente con el clima, la tierra y las gentes de Toro.

La Bodega toresana, anteriormente llamada Orot (toro escrito al revés) perteneciente al grupo vitivinícola Borno Bodegas & Viñedos, decidió hace unos años apostar por dar un giro a su oferta y a su imagen y ha dado sus frutos en los vinos Bucrana.

Tomaron la palabra el Director Comercial y Marketing, Juan Luis García y el Director Técnico y enólogo Víctor Fernández.

Se empezó a trabajar en el proyecto Bucrana en el año 2019 y ha sido en septiembre 2024 cuando ya se han lanzado al mercado los tres nuevos vinos.

Los tres vinos están elaborados con la variedad Tinta de Toro (Tempranillo). Cada uno de ellos se emparejaron con diferentes platos y con piezas musicales que salieron del violín tocado por Manuel Uríos Hernández, haciendo buenas sus propias palabras “la música clásica siempre cuenta algo, terrenal o espiritual”. Así fue, cada una de las piezas elegidas armonizaban con el correspondiente vino.

Bucrana Crianza 2020

En palabras del enólogo, elegir el momento de la recogida de la uva es fundamental. Color rojo picota, reborde bermellón y muy brillante y limpio. En nariz, aromas a fruta negra, mora, ciruelas y en boca ese alarga los aromas percibidos en nariz, pero con un pequeño fondo de madera, (ha permanecido seis meses en barrica) aunque “no nos interesa que la madera esté muy presente”, sí que se perciben sabores a pan tostado, pimientas…Es un vino elegante, con cuerpo, sedoso y, en definitiva, armonizado.

Es cierto, un gran vino.

Este crianza 2020 toreó con una ensalada de tomate muy sabroso, chistorra y los puerros baby, tan de moda últimamente, tiernos y un aliño muy natural. EL AOVE navarro estuvo presente con la Marca Abbae. Las notas musicales fueron de La Melodía de Thais.

Bucrana Crianza 2021

Con un año de diferencia, este crianza es bastante diferente a su hermano 2020. Primavera muy poco lluviosa al igual que los meses de Agosto y Septiembre , lo que supuso que los frutos fueran más pequeños, y aunque en general es parecido al 2020, el color es un rojo más parecido a cereza que a picota, muy brillante y todas las notas en nariz son como el 2020, pero en boca, aunque la entrada es potente, es un vino elegante, que es compatible con ser más joven, más alegre, porque este año de diferencia se nota. Tiene un beber muy, muy agradable y responde perfectamente a su origen toresano.

Este Crianza 2021 marcó el intermedio de la comida que acompañó a pimientos rojos de cristal asados, cortados en tiritas y aliñados y a unas pochas (¿de Sangüesa?) estofadas, que nunca defraudan en este restaurante, con un opcional acompañamiento de guindillas verdes que picaban bastante y que sorprendían a los que esperaban unas piparras dulces. Tchaikovsky nos acompañó con su concierto para violín.

Bucrana TAU 2019

Este vino se elaboró a partir de una añada excepcional. Un invierno corto, pero frío. Una primavera moderada en lluvias con temperaturas adecuadas a la estación, un verano caluroso con una sequía más o menos normal y justo antes de la vendimia hubo lluvia moderada. Como resultado; fue una vendimia excepcional en cuanto a la calidad de los frutos, aunque no muy productiva. Quince meses de barrica nueva, prioritariamente francesa, y ha dado lugar a un vino complejo, no comprensible para los que se inician en el mundo del vino. Rojo picota intenso, muy brillante, aromas a frutas en compota, y su permanencia en barrica se encuentra el cuero, a puros y en boca es potente, estructurado, pero elegante, responde a la esencia de Toro. Tiene un largo postgusto. En palabras del enólogo “queremos vinos elegantes y a la vez con la energía de la tierra que proceden”.

Realmente es un gran vino.

Este señor vino fue el perfecto acompañante de unos chuletones de vaca vieja espectaculares en calidad y en el punto de brasa. Sarasate y sus Aires Bohemios a ritmo de violín dieron paso a dos sublimes postres la torrija caramelizada, que estaba buenísima, con helado y el coulant de chocolate en su punto.

En definitiva, un perfecto concierto de gastronomía, vino y música en el que ningún instrumento desafinó.

El fin de fiesta lo puso las notas musicales de la Primavera de Vivaldi, como adelanto a lo que en muy pocos días llegará y que salieron del violín de Manuel Uríos Hernández.

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