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Lifestyle, Viajes

La hospitalidad es un lenguaje

Una sorpresa entre olivos

Por Pedro Madera

Curva a la derecha, un paso hormigonado con prisa y luego una empinada cuesta nos lleva hacia un horizonte diferente. De repente, la senda marcada por cientos, o miles de olivos, se abre para marcar las siluetas de un edificio diferente. Estamos llegando al Cortijo de El Marques https://www.cortijodelmarques.com/, un hotel rural en la campiña granadina, que puede ser un buen referente del nuevo turismo rural de lujo en España.

La personalidad de este lugar se debe en gran parte a sus propietarios. Los dueños son la austriaca, Silvia y su marido holandés, Eilko. Trabajaban anteriormente como profesionales en el mundo del marketing y financiero respectivamente. Después de unas carreras que les llevó a Hong Kong, Londres y Ámsterdam, aterrizaron en Madrid con la idea de establecerse definitivamente en España.

Compraron la propiedad hace 13 años cuando todavía vivían en Madrid. Con cierta ironía cuentan como en realidad, estaban buscando una casa de fin de semana en la sierra cerca de Madrid, pero cuando se daban cuenta que su segunda residencia podría ser lo que parecía un pueblo entero en Andalucía cambiaron de idea.

El mismo camino que hoy lleva a sus clientes, les llevo a su gran aventura personal. Enamorados de la zona y del carácter histórico del cortijo, se pusieron manos a la obra para continuar la rehabilitación de las edificaciones presentes. La experiencia tuvo mucho de reto.

Actualmente, el hotel cuenta con 15 habitaciones, todas tan distintas que se sienten obligados a venderlas una por una con descripciones detalladas y fotos preciosas en su página web, porque cada una tiene algo diferente que contar. Todas las habitaciones son muy amplias con una superficie que promedia 50 metros cuadrados. La decoración es clásica y todas están dotadas con muebles antiguos, sin olvidar la comodidad necesaria para un hotel de calidad de hoy en día.

La proyección internacional se nota desde un primer momento. La clientela actual les llega de todo el mundo y el hotel cuenta con una ocupación muy alta durante toda su temporada de marzo hasta noviembre. Muchos clientes utilizan el Cortijo como base para hacer excursiones en la zona. A la Alhambra y el Albayzín en la ciudad de Granada, pero también para practicar senderismo en la zona o visitar ciudades pequeñas y pueblos menos conocidos.

Una excursión por la mañana se puede combinar fácilmente con un rato al lado de la piscina por la tarde, con un buen libro y la selección de vinos a los que son muy buenos aficionados sus propietarios. En pocos lugares vamos a encontrar una selección de referencias tan atrevidas y adecuadas a la cocina local… Vinos de la Costa Tropical, secretos de una pequeña bodega cercana a Ronda con compañeros de viajes de excelentes Burdeos o vinos de Mosela. Una selección ecléctica hecha personalmente por Eilko que ha tenido el vino como su afición durante casi toda su vida. Muchas referencias en la carta, todas las regiones importantes españoles están representadas y también muchas regiones y uvas menos conocidas. La vida global no es muy amiga de las fronteras.

Otra atracción importante es el restaurante del hotel. Para garantizar la intimidad y tranquilidad del ambiente, el restaurante sólo está abierto para los huéspedes. El nivel de la

cocina sorprende a muchos de sus clientes. Se trabaja con un menú fijo diario, y se basa en recetas e ingredientes locales, pero con un toque moderno y sofisticado. Para acompañar esa excelente comida está la carta de vinos con sus más de 150 referencias. Además, la carta incluye muchos vinos extranjeros e incluso vinos que normalmente no están disponibles en España.

Así que hoy en día, el Cortijo del Marqués está compuesto de espacios únicos conservando el sabor original de la finca. Las murallas históricas albergan ahora 15 habitaciones suites, que están nombradas y amuebladas de acuerdo con su uso original. Por ejemplo, alrededor del “Patio de los Naranjos”, uno pasa la noche en la suite “El Granero", o “Los Aljibes” relajándose en una enorme bañera rodeado de 4 tinajas donde antes se guardaba el vino. En la habitación “La Carpintería”, o en los antiguos pesebres de caballos en un muro de “La Cuadra”. También sorprende la suite “El Palomar” donde los paneles de nidos dividen ambientes de salón, dormitorio y baño. Qué espectáculo dormir bajo el entramado de madera del techo. O darse un baño de película en la bañera de patas.

Aquí todo es bonito, armonioso y con clase. Las casas suelen ser el espejo de los dueños y aquí se nota. De acuerdo con las habituales bañeras vintage de lujosas dimensiones, el mármol de los baños en algunas de las habitaciones proviene de la cercana cantera de Loja. No hay televisión en las habitaciones, pero tampoco se hacen necesarias. Y simplemente no habrían encajado en las habitaciones, que están amuebladas con cariño con elegantes antigüedades y cómodas camas.

Para no caer en el síndrome del aislado, conviene saber que estamos a media hora del centro de Granada y como la autovía pasa a 4 kilómetros del Cortijo, es fácil y rápido escaparse del ajetreo del centro histórico bonito de Granada al campo tranquilo. Las vistas de El Cortijo se pueden disfrutar de unas vistas muy especiales, por ejemplo, desde la zona de la piscina se ve la rocosa Sierra de Arana con sus 2.000 metros y la más cercana, Sierra de Pozuelo. Más cerca aún están los cerros ondulantes con sus campos de cereales y desde luego los omnipresentes olivos.

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