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Lifestyle

Hansen (FER): “El modelo directivo actual se parece mucho al que desarrolla un jugador de rugby” 

Por María Nogales

“Las empresas ven que los valores del rugby son importantes para ellas y viceversa” 

Respeto, integridad, fortaleza, responsabilidad, pasión, esfuerzo o compañerismo. Estos son algunos de los valores que enseña un deporte como el rugby y que, en un momento en el que la cultura de empresa cobra cada vez más sentido a nivel mundial, son perfectamente extrapolables al mundo empresarial.  

Capital habla sobre la actualidad de este deporte en España y sobre su futuro y desarrollo con Juan Carlos Martín, Hansen, nuevo presidente de la Federación Española de Rugby (FER) y alto ejecutivo del Grupo Santander.  

¿Qué valores son los que enseña un deporte como el rugby?  

El rugby tiene dos características fundamentales. La primera de ellas es que es un deporte duro y que exige resiliencia. La segunda, que es un deporte de equipo. El hecho de que exija resiliencia, tanto física, como mental, y de que sea un deporte de equipo, te prepara de verdad para la vida, porque al final, la vida es así. Siempre se habla de que el rugby es un modo de vida y es verdad que, al ser el deporte de equipo por excelencia, con la diversidad que tiene y el que sea tan físico, te prepara para la vida real.  

¿Y cómo podemos trasladar estos valores al mundo empresarial? 

Aunque esté muy manido, se habla de que, para ser un buen directivo, se debe ser una buena persona y que se preocupe por la sociedad. El modelo directivo actual se parece mucho al de un jugador de rugby. Es decir, una persona que trabaja en equipo, que piensa en su equipo, con humildad, respeto y compromiso y, estos valores que te enseña el rugby son perfectamente extrapolables al mundo de la empresa.  

En el rugby no se busca tanto el llevar el nombre en la camiseta, sino el número que representas. En el rugby, cuando lo observas, tienes que mirar a los 15 jugadores a la vez para que se produzca una jugada. Pues esto pasa igual en las empresas. Es decir, hasta que llegas a ejecutar un proyecto o una acción, por detrás hay mucha gente trabajando, ya sea en el back, en el middle o en el front. pero hay miles de procesos funcionando para que esto ocurra, tal y como pasa en el rugby.  

¿Qué hacen desde la Federación para que cada vez más niños practiquen este deporte? 

Hay que tener en cuenta que, desde que llegamos a la Federación hace aproximadamente ocho meses, ha habido tres fases diferentes. La primera fue una crisis reputacional importante por la organización del Mundial, por lo que lo primero que tuvimos que hacer fue reconstruir la reputación de la Federación y asegurar que los patrocinadores que teníamos no se fuesen. También tuvimos que recuperar todas las relaciones institucionales relacionadas con el rugby y, por supuesto, llevar a cabo una auditoría y cerrar un presupuesto, observando cuál era el problema.  

Nuestro objetivo desde que llegamos ha sido el de unir a todo el rugby español, es decir, a todos los stakeholders y, a partir de aquí, hemos presentado un plan que empieza por cosas que afectan a los niños.  

Por ejemplo, una de ellas es que hemos conseguido que cada domingo se televise un partido de rugby, pagado por la Federación. También hemos abierto una oficina de apoyo a los clubes, sedes territoriales, revisando siempre todas las normas de seguridad, para que los padres también puedan estar tranquilos. En resumen, lo que más afecta a los niños tiene que ver con los planes de desarrollo dentro del rugby, con los que esperamos que cada vez haya más. Queremos que ese camino siga hacia adelante.  

En cuanto a las niñas, hemos estrenado el equipo femenino Sub-20 para que puedan ser competitivas cuando lleguen a la selección absoluta. Estamos invirtiendo en diferentes cosas para que el camino del jugador esté más controlado.  

¿Se está haciendo cantera en este sentido? 

Sí, esto es una parte fundamental de nuestro deporte. Es cierto que hemos pasado unos años en los que ha habido un parón muy fuerte por el Covid, pero el rugby sigue funcionando con muchos jugadores. Ahora que podemos volver a disfrutar de este deporte en el que se juntan tantas personas, vamos a continuar el camino.  

Lo que queremos es que estén todos los mimbres para que esto crezca y eclosione, para que los niños conozcan el deporte, lo vean por televisión, tengan la formación y quieran unirse. Nuestro objetivo es multiplicar las cifras por dos en cinco años.  

En su currículum aparecen tanto la palabra ‘economía’, como ‘rugby’. ¿Cómo le ha ayudado su conocimiento económico a crecer en un deporte como el rugby? 

Siempre he aplicado mis conocimientos económicos al rugby y viceversa. Cuando estoy en una sesión de trabajo, estoy pensando en rugby y cuando estoy en algo de rugby, estoy pensando en lo relacionado con el negocio. Al final están muy unidos. Siempre he sido un defensor de que el rugby es importante para la sociedad por los valores que transmite. Es de los pocos deportes importantes a nivel mundial en el que los españoles no somos todavía una buena referencia y todavía no estamos en primera línea, pero confío en que esto cambie en los próximos años.  

Para mí, la visión de negocio y empresa se debe aplicar siempre en el mundo del deporte, porque el concepto es el mismo. Aunque siempre, respetando y entendiendo que un deporte se mueve por otro tipo de leitmotiv, pero ya sabemos que nada grande se hace sin una gran pasión. Esto va de mover pasiones, motivar y comunicar, y esto ocurre igual en las empresas. Por ejemplo, si consigues que tus empleados trabajen con las mismas ganas que las que ponen en sus aficiones personales, las empresas tendrían un éxito increíble. El rugby y el negocio son ‘masas comunicantes’.  

En su vida empresarial, ¿lleva a cabo también un tercer tiempo? (Establecer vínculos fuera de la oficina, etc.) 

Siempre que se puede, sí. Me parece que es muy importante que los que trabajamos juntos tengamos un sentido de qué es lo que hacemos y para qué y que se produzcan buenos momentos. Es verdad que el trabajo es el trabajo, pero me parece muy importante que exista y se produzca ese ‘tercer tiempo’ en las empresas. Yo, por ejemplo, en el ámbito empresarial, hago más bien un ‘primer tiempo’ y cada miércoles desayuno con diez empleados distintos. Esto es muy positivo para hablar de cuestiones no necesariamente relacionadas con el trabajo, para hacer nexos de unión entre la plantilla y desarrollar ese espíritu de pertenencia a la empresa.  

¿Cuál es el panorama del rugby a nivel nacional?  

El rugby español, a nivel masculino, tiene que estructurarse mejor. Hay demasiado salto entre una liga y otra y muy poco espacio para el alto rendimiento y la Selección Española. Por tanto, nos encontramos con que un mismo fin de semana puede haber un partido de la Selección, uno de Liga y uno de la competición europea, y esto no puede seguir así. 

En rugby femenino tenemos todavía muy poca masa crítica y bastantes diferencias, porque hay zonas donde está más asentado y otras donde aún está empezando.  

La complejidad de España es que tenemos 17 comunidades autónomas, todas muy diferentes, y es muy difícil tener una forma estructurada para este deporte. Por tanto, nos vemos obligados a tener muchos planes pequeños separados, que dependen de las territoriales y de cómo trabajan los clubes en cada comunidad. Nuestra labor es que los demás vean a la Federación Española como socia y no como un ente que únicamente regula. Hay muchos temas que mejorar, tanto la estructura, como las ligas, los equipos o la situación entre hombres y mujeres.  

Y en materia de igualdad, ¿cómo está avanzando el rugby?  

El rugby es un deporte muy diverso e igualitario. Al final, nosotros lo primero que hicimos fue revisar las dietas que tenían las mujeres, para que fueran iguales que las de los hombres, pero también las condiciones de viaje y demás. Para ello, hemos nombrado a nuestra vicepresidenta, para que controle y ayude al desarrollo del rugby femenino.  

Es verdad que todavía hay muchas diferencias, existen 37.000 fichas de hombres y 3.000 fichas de mujeres en rugby, aproximadamente. Confiamos en que esta tendencia vaya cambiando, ya que el porcentaje de mujeres que juegan al rugby está incrementándose. Esto también se debe a que el rugby masculino lleva 100 años existiendo y el femenino, apenas 30.  

Por ejemplo, las mujeres están entrando poco a poco en las directivas y ya hay veteranas, empezamos a ver mujeres jugadoras que son madres de jugadoras actuales, y eso es un ejemplo de que se está avanzando. Somos un deporte diverso e integrado.  

¿Qué mejoras espera conseguir durante su mandato como presidente de la Federación de Rugby? ¿Cuáles son sus objetivos? 

Yo no pienso en dejar una Federación ordenada, mi objetivo es el rugby español, pero para que se produzca esa consecuencia, debo mejorar muchas cuestiones de la propia Federación. Obviamente, hay que meter metodología, procesos, músculo y tener las ideas claras. Al final lo que queremos es que el rugby español tenga lo que se merece, porque es un deporte importante, relevante, porque es bueno para la sociedad y por tanto debe ser respetado y creído.  

El rugby ahora mismo es el gran desconocido y tenemos que mejorarlo. Todavía, a pesar del daño reputacional que ha tenido, sigue teniendo una gran reputación como deporte por los valores que representa. Por eso, uno de nuestros objetivos es estar dentro de seis años con el buque insignia, que es el España Masculino 2027, clasificado para el Mundial y ganando algún partido, con toda la estructura del resto de áreas desarrollándose, para que algún día converjan y que sea un deporte que se multiplique en número de fichas, respetado y reconocido.  

Y a nivel deportivo, de cara al europeo y al Mundial de Rugby de 2027, ¿cuáles son vuestros objetivos? 

Hay que tener en cuenta que el europeo es dentro de dos años. Este año nosotros hemos perdido en semifinales contra Portugal en un partido muy igualado, pero es algo entendible, porque estamos en un periodo de transición en el que estamos cambiando de ciclo, por lo que no tenemos que preocuparnos por tener el mejor equipo ahora, sino por tener el más sostenible.

Por ello, no podemos pretender que se nos vea como a otros equipos que ya están preparándose para el Mundial, porque nosotros estamos en un periodo de cambio. Además, hay muy buenos jugadores españoles que están jugando en ligas extranjeras y que tienen diferentes compromisos a los que no pueden renunciar para venir a jugar con España.  

Es decir, todavía no es el momento para España, pero una vez que pasemos esta Copa de Europa y el Mundial de finales de año, y una vez que tengamos una buena estructura deportiva, empezaremos a trabajar para llegar a una clasificación para el Mundial. No vale de nada ir a un Mundial si no tenemos los principios de organización básicos bien estructurados. 

Nuestro objetivo es que esto sea sostenible, porque el hecho de llegar al Mundial no es solo por jugarlo, sino porque esto te da un gran impulso, es una palanca de transformación con la que consigues una repercusión mediática y esto conlleva que haya más niños que lo sigan, más empresas interesadas, etc. Pero para eso, debe haber una gran estructura.  

Han conseguido varios patrocinadores muy importantes a nivel nacional. ¿Qué supone para vosotros que estas empresas brinden su apoyo a un deporte como el rugby?  

En primer lugar, demuestra que el rugby es un deporte que resulta interesante a las empresas. En segundo lugar, las empresas ven que los valores del rugby son importantes para ellas y viceversa, por lo que estamos encantados con nuestros patrocinadores. Aun así, hay que hacer más trabajo porque quedan muchas oportunidades todavía, como pueden ser a nivel de productos, eventos, etc. Otro de nuestros objetivos es justo ese, que somos una Federación que va a convertirse en una gestora de eventos, porque para nosotros la transformación del rugby español no puede entenderse sin nuestras empresas patrocinadoras.  

Con vistas a futuro, ¿dónde cree que estará el rugby español en 10 años?  

Tier 1, lo que quiere decir que podremos dar una sorpresa a cualquiera y podremos ser competitivos. No seremos, ni de lejos, líderes como pueden ser Nueva Zelanda o Inglaterra, no tendremos muchísimo que hacer, pero en 10 años estaremos pensando en la siguiente fase, como puede ser que seamos competitivos e incluso ‘dar un susto’, como ha ocurrido con Argentina, que ha conseguido ser la selección número cuatro del mundo y tiene opciones de optar al campeonato del mundo con 280.000 fichas. 

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