La tradición que destila el mundo del vino no siempre concuerda con el modo de hacer las cosas de las empresas que trabajan en el sector. Un buen vino siempre va a ser un buen vino, pero los negocios a su alrededor avanzan para ofrecer algo más, una experiencia que recordar.
En ese proceso se encuentra Lavinia, uno de los líderes europeos en la venta de vinos. Su integración en Ulysse Cazabonne, una distribuidora de vinos con sede en Burdeos, marca un antes y un después. La propia Lavinia tiene en su ADN la innovación, un enfoque propio para comercializar y distribuir vinos que se centra en la dimensión cultural de este producto.
Cuando Thierry Servant fundó Lavinia en 1999, la riqueza y el rigor en la selección de sus vinos eran sus señas de identidad, que se mantienen hoy en día. Los caldos más famosos del mundo están en sus cinco boutiques, que se ubican en Francia, Suiza y España.
Con el paso de los años y los avances tecnológicos y sociales, Lavinia inició un nuevo camino que llevó estas experiencias eminentemente físicas hasta el mundo digital. O, dicho de otro modo, creó nuevas plataformas y herramientas de comercio electrónico que llevaron el carácter de Lavinia a cualquier lugar del mundo.
Esta es la cualidad diferencial que Ulysse Cazabonne observa en Lavinia. La visión del grupo francés es consolidar la posición de Lavinia como punto de acceso a los grandes vinos del mundo a través de herramientas digitales. Esa oferta la completan las tiendas, donde los clientes pueden disfrutar de otros aspectos, como el asesoramiento personalizado o la degustación.
El porqué de la compra de Lavinia, además de su posicionamiento, tiene que ver con el camino que ha ido desarrollando la marca. En concreto, hablamos de un concepto de experiencias enológicas que, como ya hemos dicho, en los últimos años se ha centrado en potenciar los canales digitales. El acto de compra requiere de un vínculo como el que se puede experimentar en dichos canales y, por supuesto, en las tiendas.
Para el grupo Ulysse Cazabonne, supone una oportunidad para consolidar sus redes de distribución a través de una marca que ya cuenta con la calidad y la experiencia entre sus valores claves. A partir de esta integración, la estrategia pasa por aprovechar las sinergias e impulsar el crecimiento comercial, gracias a que Lavinia cuenta con un portfolio de actividades que amplía el que tiene Ulysse Cazabonne.
No obstante, entre ambas partes hay una serie de valores compartidos que dan sentido a esta operación y la facilitaron, dado que Lavinia es una compañía atractiva para el mercado. El primero, la confianza en equipos apasionados por el vino y en conexión directa con productores franceses y extranjeros. Después, tanto Ulysse Cazabonne como Lavinia tienen en su haber la experiencia para seleccionar vinos con prestigio, pero también originales y de gran calidad. Por último, la calidad en el servicio es una cuestión innegociable, así como el stock de grandes vinos, que los clientes aprecian como un valor seguro.
Lo que viene ahora
Ulysse Cazabonne lleva desarrollando su actividad casi cincuenta años, lo que para Charlotte Servant y Matthieu Le Priol, dueños de Lavinia, resulta una garantía. La compañía con sede en Margaux cuenta con una red de socios estables en cerca de 75 países y ha contribuido a que los vinos de Burdeos sean lo que son hoy.
Le Priol, director general de Lavinia, cree que la experiencia de Ulysse Cazabonne "permitirá a Lavinia seguir brillando y mantendrá el espíritu del proyecto de la familia Servant". En este sentido, el director general de la compañía alaba "los valores compartidos" y el "ADN común en el sector del vino", que impulsan el proyecto, más allá de la coherencia económica y comercial que promueven esta operación.
En la denominada como 'capital del vino', Ulysse Cazabonne ha dedicado décadas a la construcción y preservación de un patrimonio de grandes vinos que se encuentran entre los más prestigiosos de la región. Estas botellas son tesoros que se conservan con gran rigor en un moderno almacén perfectamente equipado, situado en el corazón del viñedo. Muestra de ese respeto por el producto, el almacén de Ulysse Cazaboone puede considerarse una reserva del patrimonio vitivinícola y sirve como testimonio del enfoque cultural de la compañía, compartido con Lavinia.
Eso ha convencido a los dueños de Lavinia para emprender una nueva etapa en su aventura familiar, que ahora se integra dentro de una de las distribuidoras con más caché de Burdeos.
Ulysse Cazabonne justifica la operación del siguiente modo: "La red Lavinia, con la diversidad de su oferta, combinada con el profundo conocimiento de sus clientes individuales refleja nuestra visión y nuestra voluntad de difundir la cultura de los grandes vinos en todo el mundo”. Asimismo, habla de la adquisición como una oportunidad "evidente" para poder seguir desarrollando la distribución de los grandes vinos de Burdeos y del mundo
