“La destrucción de empleo por el avance tecnológico se ha visto históricamente compensada por la aparición de nuevos puestos de trabajo”
De un tiempo a esta parte, varios de nuestros clientes, grandes empresas, están decidiendo ubicar dentro del departamento de Personas la función de Sostenibilidad. Ello tiene sentido si atendemos a su finalidad: “Asegurar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras ni renunciar a la protección del medioambiente, el crecimiento económico y el desarrollo social”. En las organizaciones, sostenibilidad significa, en resumen, evitar que la actividad genere un impacto negativo externo -ambiental o social- al tiempo que fomente todo lo posible un impacto positivo interno -en las personas y su bienestar-.
También es una decisión coherente con lo que propugna la Unión Europea en su reciente publicación ‘Industry 5.0 Human-Centric, Sustainable and Resilient’, que ha evolucionado el concepto previo de Manufacturing 4.0 -ya asumido e implantado extensamente-, para ir más allá. El documento pone la investigación y la innovación “al servicio de la transición hacia una industria europea sostenible, centrada en el ser humano […] que sitúa el bienestar del trabajador en el centro del proceso de producción, al tiempo que busca proporcionar prosperidad más allá del empleo y del crecimiento, con respeto a los límites de producción del planeta”.
En paralelo, asistimos a un gran impulso a los criterios ESG -Environmental, Social, Governance-, que hace avanzar a las organizaciones hacia la sostenibilidad y a garantizar que sus actividades sean amigables con el medio ambiente, los derechos sociales y la buena gobernanza corporativa. Todo ello necesita de un potente liderazgo interno, de un champion que juegue ese difícil papel de impulsor y dinamizador de lo transversal, de aquello que afecta al conjunto y no solo a una parte de la organización.
El área de Personas puede jugar ese papel clave, abanderar junto al CEO esa causa y levantar la voz sobre su trascendencia -cada vez más valorada por accionistas e inversores, clientes, administraciones públicas y sociedad en general-, que cruza toda la organización y representa el interés general (aunque tendría, eso sí, que adquirir algunas competencias técnicas en el apartado medioambiental).
Mucho de lo propugnado por los criterios ESG está asociado al factor humano y las prácticas de buen gobierno corporativo, al bienestar social y el respeto a las personas, la gestión adecuada del talento y su desarrollo y las decisiones justas y meritocráticas en materia de personas. Asegurar que las políticas, los programas y las decisiones de la organización sean respetuosos con estos postulados, que terminan por identificar la cultura corporativa, alcanza una relevancia estratégica.
Por otro lado, la temida sustitución de un promedio global del 24% del trabajo humano por la inteligencia artificial y ChatGPT -según Goldman Sachs- va a suponer un tensionamiento en cada vez más organizaciones y actividades. De hecho, el citado documento sobre ‘Industria 5.0’ expresa la necesidad de conjugar la convivencia de esa IA, cada vez más presente y eficaz, con la contribución insustituible del factor humano, sobre todo en aquellos atributos que le son privativos, como la creatividad, la inspiración o la gestión emocional.
Afortunadamente, la destrucción de empleo por el avance tecnológico se ha visto históricamente compensada por la aparición de nuevos puestos de trabajo, como recuerdan los analistas del banco, además de por otros elementos favorables como el ahorro de costes o la mejora de productividad, que terminan impulsando el crecimiento económico.
Visto todo ello, la realidad es que los profesionales de Recursos Humanos están en el centro de este importantísimo debate. Ya sea la eliminación de empleos o la creación de nuevos, las prácticas de buen gobierno corporativo, el respeto a los aspectos sociales o la gestión cada vez más exigente del talento en unas organizaciones más sostenibles, todos son desafíos para una función que tendrá que estar a la altura.
La oportunidad está ahí, solo necesita de un paso al frente del área de Personas, legitimada por su propia esencia para ejercer un rol ampliado, cada vez más estratégico y clave para el futuro.