Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Opinión

Redacción Capital

Modelando el progreso

Por Francisco García Paramio, doctor Ingeniero de Telecomunicaciones

Tenemos la sensación de que tempus fugit, y con él todo lo que evoluciona a su paso. Este hecho nos genera una cierta sensación de desazón, de bloqueo o de descontrol. Al menos ese sentimiento se asienta en las mentes acostumbradas a trabajar de manera cartesiana. 

El progreso, más allá de interesadas definiciones políticas, es el motor principal de las mejoras que nuestro modelo de convivencia necesita desde todos los puntos de vista: tecnológico, humanístico, económico y social. Una de las bases del progreso es la generación de conocimiento y el conocimiento es la ignición de las ideas y las nuevas soluciones ante cualquier problemática que se plantee. 

La actividad industrial, primaria, manufacturera, secundaria, de servicios o del cuarto sector, deberían de generar constantemente demanda de soluciones tecnológicas que permitan solventar problemas, optimizar procesos y acelerar el desarrollo y el cumplimiento de los objetivos que en cada momento se plantean. Sólo el acompasamiento exacto entre necesidades, objetivos, investigación, desarrollo e innovación, desbloquea y resuelve las necesidades planteadas.

La ingeniería en el ámbito de la tecnología permite llegar a nuevos desarrollos y soluciones que, a la par, impulsan el verdadero progreso. ¿Ponemos un ejemplo? Fabricante de materiales en aeronáutica busca solución con determinado comportamiento físico: mejoramos la fibra de carbono y avanzamos sobre el concepto de grafenos

Pero podemos invertir el ciclo. En muchísimas ocasiones, la búsqueda de soluciones tecnológicas cuyo objetivo es resolver determinadas cuestiones (como vimos en el párrafo anterior) nos lleva más allá: el avance tecnológico conseguido resuelve el problema planteado inicialmente; pero, además, abre un sinfín de posibilidades para la aplicación de nuestra solución en muchísimos más campos y muy diferentes a los inicialmente enunciados.

Vamos con el ejemplo: las redes de telefonía móvil (me autocorrijo: las redes inalámbricas) necesitan mejorar los algoritmos de compresión y codificación para conseguir mejor aprovechamiento del ancho de banda y del espectro radioeléctrico asignado; de ese modo aumentan su capacidad para la prestación de servicios.

¿Qué ocurre? Que aparejada a esta solución que resuelve la necesidad primaria, se nos abre un camino de mejora de otras muchas cuestiones que inicialmente no se habían planteado. Y no solo de mejora: se abre ventana a nuevos servicios y prestaciones casi inesperadas.

¿Qué puede ocurrir? Que lo obtenido colateralmente no se ajuste 100% a lo que los usuarios demandan en ese momento. Es cuestión de aparcar la solución o de generar demanda mediante técnicas más o menos complejas. Pero, créanme: en la mayoría de los casos, más pronto que tarde, se produce acoplamiento entre oferta y demanda, aunque en muchas ocasiones no le encontremos mucho sentido al matrimonio entre ambas magnitudes.

Progreso tecnológico

¿Otro ejemplo? Todos sabemos llamar usando nuestro teléfono móvil de manera “convencional” ¿verdad? Resulta ser que cuando se desarrollan redes inalámbricas (móviles) con capacidad suficiente para la gestión de grandes caudales de datos y de parques de terminales móviles (de nuevo me autocorrijo: teléfonos inteligentes o smartphones) que crecen con tendencia cuasi-infinita, comienzan a aparecer como setas aplicaciones de mensajería de texto (Whatsapp por ejemplo) que permiten hacer llamadas de voz sin utilizar la telefonía móvil convencional. Al principio la demanda era escasa y el funcionamiento mediocre; pero ¿que ha pasado en los últimos tiempos? 

En mi razonamiento hasta aquí me he ceñido a algunos ejemplos concretos en temas que nos resultan cercanos. Abran su imaginación y se darán cuenta de que las dos direcciones que he compartido con Ustedes se dan en todos los ámbitos de la ciencia, el conocimiento y la tecnología. Y eso detona el progreso del bueno. 

Lo que les planteo precisa de un mayor y detallado desarrollo que me gustaría compartir con ustedes ahora que me han permitido formar parte de su curiosidad: ¿Cómo gestionamos ambos circuitos? ¿Todo ello es influenciable por la economía y la gestión? ¿Qué impacto causa a nivel de crecimiento, desarrollo y bienestar? ¿Consigue todo esto aunar personas, sociedad, empresas y gobernantes?  Demos un paso más: ¿hacia dónde caminamos? 

Únete a nuestra Newsletter

A través de nuestra Newsletter con Capital te hacemos llegar lo más importante que ocurre en el mundo de la #economía, los #negocios, las #empresas, etc… Desde las últimas noticias hasta un resumen con toda la información más relevante al final del día, con toda comodidad.