Sin duda, el año 2024 ha sido el año de la Inteligencia Artificial (IA). Y si me preguntáis, aunque la IA se usa en la mayoría de los sectores, siempre he pensado que uno donde más impacto iba a generar era en el sector de la salud.
Tengo claro que la esperanza de vía va a seguir aumentando y esto no sólo se deberá a los hábitos más saludables que adoptamos. Sin duda, una de las razones, serán los avances en medicina que vamos a ver gracias al uso de las nuevas tecnologías.
Imagina entrar en una consulta médica en la que el doctor no te pregunta “¿qué te pasa?” sino que, con solo mirarte, ya sabe más de ti que tú mismo. No, no estamos hablando de ciencia ficción. Gracias a la IA, la medicina está dando pasos de gigante y revolucionando el sector de la salud como nunca antes.
Hablemos primero de lo básico: ¿qué puede hacer la IA en la salud? Desde diagnosticar enfermedades raras hasta sugerir tratamientos personalizados, la IA está presente en cada rincón del hospital moderno. ¿El secreto? Los datos. Y cuando decimos datos, nos referimos a montones de ellos. Historias clínicas, imágenes médicas, análisis genéticos… Toda esta información, procesada por sistemas inteligentes, permite detectar patrones y predecir problemas antes de que se conviertan en crisis.
Este es uno de los principales retos que nos encontramos. Los sistemas de salud no disponen de una estructuración de los datos tan buena como quisiéramos. Ese es el trabajo principal. Porque sin datos de calidad, nada se puede conseguir.
¿Recuerdas al mítico doctor House, ese genio que descifraba enfermedades imposibles? Pues ahora existe su equivalente digital: la IA diagnóstica. Por ejemplo, herramientas como IBM Watson Health analizan miles de datos clínicos en segundos para ofrecer diagnósticos más rápidos y certeros. Esto no solo ahorra tiempo, sino que reduce errores humanos. Y ojo, que no se trata solo de enfermedades raras: la IA ya se usa para detectar cáncer de mama en mamografías, con una precisión que supera la de muchos radiólogos.
“Esta tecnología ayuda a los profesionales a disponer de más tiempo para lo que es tan esencial: la relación entre el médico y el paciente”
Pero algo muy importante que hay que señalar es que no se trata de prescindir de los facultativos. Se trata de ahorrarles tiempo en las tareas que son repetitivas o que les pueden ayudar a disponer más tiempo para lo que es tan esencial: la relación entre el médico y el paciente.
Si los robots ya están en las fábricas, ¿por qué no en los quirófanos? Cirujanos de todo el mundo cuentan con aliados como el sistema Da Vinci, una herramienta quirúrgica asistida por IA que permite realizar operaciones mínimamente invasivas con una precisión milimétrica. ¿El resultado? Menos tiempo en el hospital, menos cicatrices y una recuperación más rápida.
La medicina personalizada es otra revolución en marcha. Aquí la IA juega un papel clave analizando el perfil genético de cada paciente para diseñar tratamientos únicos. En oncología, por ejemplo, esto significa encontrar medicamentos específicos para combatir un tumor en función de las mutaciones genéticas. Es como un traje a medida, pero en versión médica.
La Covid-19 fue un desafío global, pero también un campo de pruebas para la tecnología. Sistemas de IA ayudaron a rastrear la propagación del virus, a desarrollar vacunas en tiempo récord y hasta a predecir picos de contagio. En Corea del Sur, incluso utilizaron cámaras con IA para monitorizar el uso de mascarillas en lugares públicos.
Por supuesto, no todo es perfecto. La IA también genera debates éticos: ¿quién es responsable si un sistema comete un error? ¿Qué pasa con nuestra privacidad cuando los datos médicos están en juego? Estas preguntas no tienen respuestas fáciles, pero es vital plantearlas mientras seguimos avanzando.
Si algo queda claro, es que la IA no va a sustituir a los médicos, pero sí los hará más efectivos. Desde dispositivos que monitorizan nuestra salud en tiempo real hasta terapias genéticas diseñadas por algoritmos, el futuro de la medicina promete ser más personalizado, accesible y eficiente.