Domingo, 30 de Marzo de 2025

Opinión

José María Baños
Fundador y director general de Letslaw

Patentes en la salud: ventajas e inconvenientes del modelo actual

La innovación en el sector salud es un motor crucial para el desarrollo de nuevas tecnologías y tratamientos que mejoran la calidad de vida de millones de personas. En este contexto, las patentes juegan un papel fundamental al proporcionar a los inventores derechos exclusivos sobre sus creaciones, incentivando así la inversión en investigación y desarrollo. Sin embargo, este sistema también ha sido objeto de críticas, especialmente cuando se trata del acceso a medicamentos esenciales.

Las patentes, las cuales se encuentran reguladas en España en la Ley 24/2015, de 24 de julio, de Patentes, otorgan a los titulares derechos exclusivos para explotar sus invenciones durante un período determinado, siendo de 20 años improrrogables según el artículo 58 de la mencionada normativa. Este monopolio temporal es crucial para recuperar las inversiones realizadas en investigación y desarrollo, especialmente en el sector farmacéutico, donde los costos son elevados y los riesgos significativos.

El artículo 4 de la Ley de Patentes destaca la importancia de la novedad y la actividad inventiva como requisitos para la concesión de una patente. La novedad y la actividad inventiva son dos de los pilares fundamentales para la concesión de una patente. Una invención se considera nueva si no está comprendida en el estado de la técnica, es decir, si no ha sido divulgada al público antes de la fecha de presentación de la solicitud de patente.

La actividad inventiva, por su parte, implica que la invención no debe ser obvia para un experto en la materia, considerando el estado de la técnica existente. Estas condiciones aseguran que las patentes se concedan únicamente a invenciones que realmente aporten algo novedoso y no sean simplemente una combinación obvia de conocimientos ya existentes.

No obstante, no podemos ignorar las críticas que el sistema de patentes ha recibido, especialmente en lo que respecta al acceso a medicamentos esenciales. Esto es debido a que la protección de patentes puede llevar a que los medicamentos tengan precios elevados, haciendo que tratamientos esenciales sean inaccesibles para poblaciones vulnerables. Un ejemplo notable es el caso de los medicamentos antirretrovirales para el tratamiento del VIH, donde las patentes han sido vistas por un sector de la población como un obstáculo para el acceso en regiones con alta prevalencia de la enfermedad.

“Las patentes no solo protegen a los inventores, también fomentan un entorno en el que las empresas compiten para desarrollar mejores productos y servicios”

Para abordar estos desafíos, es fundamental encontrar un equilibrio entre la protección de la innovación y el acceso a los tratamientos. La normativa internacional permite a los países implementar medidas como las licencias obligatorias en situaciones de emergencia sanitaria. Estas licencias permiten a los gobiernos autorizar la producción de medicamentos genéricos sin el consentimiento del titular de la patente, garantizando así el acceso a tratamientos críticos.

En España, el artículo 95 de la Ley de Patentes contempla la posibilidad de otorgar licencias obligatorias por motivos de interés público, lo que incluye la protección de la salud pública. Esta disposición es un ejemplo de cómo la legislación puede adaptarse para enfrentar situaciones excepcionales sin desincentivar la innovación.

El futuro de las patentes en el sector salud dependerá de la capacidad de los legisladores, la industria y la sociedad para colaborar en la creación de un sistema que equilibre los intereses de todos los actores involucrados. La colaboración internacional y la flexibilidad en la aplicación de las normas de patentes serán esenciales para enfrentar desafíos globales como las pandemias.

Además, es importante considerar el papel de las patentes en la promoción de la competencia y la diversificación del mercado. Las patentes no solo protegen a los inventores, sino que también fomentan un entorno donde las empresas compiten para desarrollar mejores productos y servicios. Esta competencia puede llevar a innovaciones más rápidas y eficientes, beneficiando al consumidor y al sistema de salud en general.

Las patentes son una herramienta vital para la innovación en el sector de la salud y es fundamental poder proteger de forma adecuada los desarrollos, ya que estas invenciones pueden suponer una gran inversión en términos humanos, económicos y temporales. Sin embargo, es crucial que su aplicación no se convierta en una barrera para el acceso a tratamientos esenciales y que el desarrollo de nuevas patentes sea acorde a las necesidades sociales.

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