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Opinión

Vicente E. Boria Esbert

Redes No Terrestres (NTNs) para Comunicaciones Móviles 5G y 6G

Gracias al uso integrado de las NTNs con las redes terrestres, será posible ofrecer conectividad de banda ancha en áreas con peor cobertura, como zonas rurales o industriales” 

La telefonía móvil, soportada por redes de comunicaciones terrestres, se populariza en la década de los años noventa y principios de los 2000, incrementando sus funcionalidades (integración de cámaras, videojuegos, posicionamiento y navegación, así como reproductores multimedia) gracias al desarrollo de la tecnología de tercera generación o 3G. En la década del 2010, las nuevas redes 4G ofrecen, a través de los nuevos teléfonos inteligentes (smartphones), servicios de navegación por internet y aplicaciones de mensajería instantánea. 

Recientemente, con el despliegue de la tecnología 5G, los nuevos sistemas de comunicaciones inalámbricas permiten mayor velocidad de conexión, menor latencia (o retardos en el acceso a los servicios ofrecidos) y un incremento exponencial en el número de personas (más de 7.000 millones) y dispositivos interconectados entre sí. 

Ya se está desarrollando una nueva generación, la 6G, cuyo despliegue tendrá lugar en 2030 y que ofrecerá ventajas a numerosos sectores económicos e industriales (como automoción y medicina) mediante el uso de técnicas de inteligencia artificial (IA), realidad extendida y eficiencia energética. En resumen, vamos a estar conectados a todo, todo el día y en cualquier circunstancia (anything, anytime, anywhere). 

Con el objeto de satisfacer todas estas demandas (ofreciendo servicios con garantías de calidad y de continuidad espacio-temporal), los sistemas inalámbricos 5G y 6G se basan en el uso integrado de las tradicionales redes de comunicación terrestre con el segmento no-terrestre (o Non-Terrestrial Networks, NTNs). Las NTNs se definen como redes que proporcionan servicios de comunicaciones a través de plataformas espaciales (satélites) y/o medios aéreos (tales como dirigibles o drones), facilitando plena conectividad a todos los usuarios ‘terrestres’ (incluyendo barcos y aviones). 

Las comunicaciones por satélite se remontan a los orígenes de la carrera espacial, permitiendo la retransmisión en directo de la llegada del hombre a la luna (julio de 1969) a 650 millones de personas (¡la quinta parte de la población mundial de aquel momento!). Desde entonces, los grandes satélites en órbita circular geoestacionaria ofrecen servicios de telecomunicación (TV y, recientemente, internet de banda ancha) con una amplia cobertura, incluso de ámbito continental. 

A su vez, hay satélites de menor tamaño operando en órbitas medias y bajas, que permiten mejores conexiones (en cuanto a retardo y velocidad de acceso) con áreas geográficas más pequeñas. Sin embargo, al ser no estacionarios (su posición varía con respecto a la superficie de la Tierra), deben operar en flotas o constelaciones de centenares, e incluso miles, de satélites para garantizar cobertura global y continuidad de los servicios ofertados.   

Gracias al uso integrado de las NTNs con las redes terrestres, será posible ofrecer conectividad de banda ancha en áreas con peor cobertura (como zonas rurales o industriales -explotaciones mineras o plataformas eólicas y marítimas- más aisladas), reduciendo la brecha digital e impulsando el impacto socio-económico de los sistemas 5G y 6G. 

Se proporcionarán enlaces alternativos (o de reserva) para evitar interrupciones en la provisión de servicios, garantizando la conectividad de los equipos de salvamento y seguridad ciudadana en situaciones de emergencias. La incorporación eficiente de las NTNs en los sistemas de 5G y 6G permitirá el correcto funcionamiento de las actuales (y futuras) redes de sensores (Internet of Things, IoT), que captan y distribuyen datos en áreas geográficas cada vez más amplias, para diversas aplicaciones: automoción y transportes (gestión de flotas y seguimiento de mercancías), energía (vigilancia de infraestructuras críticas), agricultura y ganadería (producción más eficiente). 

En la actualidad, ya existen operadores comerciales de satélites y constelaciones, que colaboran (y se asocian) con los proveedores de equipos y comunicaciones móviles para ofrecer servicios avanzados de 5G y 6G. Y, en los próximos años, se espera un despliegue (bajo demanda) de plataformas aéreas no tripuladas (en alturas de entre centenares de metros y hasta los 20 km), que complementen a las citadas NTNs y redes terrestres en el soporte de los futuros sistemas de comunicaciones móviles. 

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