“El hecho de que sean las autonomías las que gestionan el turismo impide que se haga una promoción conjunta de toda la riqueza que tiene España”
España tradicionalmente se ha situado entre los tres primeros países del mundo en recepción de turistas. Nuestro principal atractivo ha sido siempre el sol y la playa. En los años sesenta del siglo pasado España salió a la escena internacional, promocionando estos recursos, y atrajo el interés mundial como destino vacacional.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y, a pesar del incremento notable del turismo rural y que en el contexto europeo ha crecido de forma muy importante, España no despliega una acción específica dirigida a potenciarlo y promocionarlo.
El medio rural concentra la oferta de turismo de naturaleza y de patrimonio histórico y cultural, así como los centros de producción de alimentos y materias primas, que presentan una propuesta gastronómica de primer nivel.
El medio rural español ocupa la mayor parte de nuestro territorio, el 85% de nuestro país son pueblos y ciudades de pequeño tamaño. En esta superficie vive aproximadamente el 15% de la población, cerca de cinco millones de personas.
Necesitamos revitalizar el medio rural, que se ha dado en llamar la España Vaciada, que es un termino que no me convence nada, porque los pueblos están llenos de atractivos y lo que hace falta es revitalizarlos, ponerlos en valor. Las personas que viven en los pueblos, aunque son pocas, acreditan que no están vacíos.
Ahora bien, es imprescindible desarrollar una estrategia integral que permita impulsar el desarrollo de los pueblos. Tiene que atender a los diferentes flancos que pueden conseguir que las personas se queden a vivir en los pueblos o que decidan irse a vivir a ellos. Necesitamos que la cultura de vivir en un pueblo se convierta en un valor diferencial. Francia ha trabajado mucho este concepto y ha conseguido que se perciba el mundo rural como un lugar privilegiado en el que vivir.
Además de impulsar este concepto hacen falta medidas reales y eficaces que permitan acceder a todos los servicios en igualdad de condiciones que en las ciudades. Conseguir una conectividad plena, acceso a vivienda, educación, sanidad y prestaciones sociales en las que un vecino del medio rural no se sienta en desventaja con respecto a un ciudadano del medio urbano.
Es necesario movilizar la economía poniendo el foco en los recursos endógenos que son muchos y no se pueden deslocalizar. Entre ellos, el turismo, hacer un esfuerzo por cohesionar y coordinar la oferta turística que tienen las comunidades autónomas de interior. Existen bienes del patrimonio histórico y natural de enorme valor e interés que no se potencian lo suficiente.
El hecho de que sean las autonomías las que gestionan el turismo impide que se haga una promoción conjunta de toda la riqueza que tiene España y que sería muy atractiva para muchos países, como, por ejemplo, los asiáticos. El medio rural permite también potenciar otros recursos turísticos como la caza y la pesca, o el avistamiento de avifauna y otras especies, que tienen turistas de nicho en todo el mundo con alto poder adquisitivo.
Seria necesaria una buena coordinación entre Administraciones Públicas, que se sentaran en torno al mismo objetivo, promoviendo el turismo en el medio rural. Históricamente, solo en torno a las ciudades patrimonio de la humanidad se ha desarrollado una acción coordinada pero tampoco sus resultados son demasiado relevantes.
Las líneas de incentivos económicos para que los jóvenes emprendan en este sector jugarían un papel fundamental. Nuestro país tiene aún mucho que decir en turismo rural, podría liderar la oferta internacional además de resolver un problema muy importante como es revitalizar el 80% del territorio nacional.