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Opinión

Redacción Capital

Consejos para invertir en tokens respaldados por activos 

“Hace no tanto firmábamos cheques, fuera al portador o en blanco, que eran tokens de papel” 

Según un estudio de la reconocida firma de inversión corporativa Cambridge Associates, que monitorizó 81.000 inversiones de 8.100 fondos privados, en la última década el capital privado ha devuelto una rentabilidad media del 13,2% frente al 6,57% de los mercados cotizados.   

Hasta ahora, este importante dato relativo al capital privado era relevante únicamente para expertos en finanzas e inversión. Es verdad que, desde la creación en Holanda de la primera Bolsa de valores moderna en el siglo XV hasta la actualidad, la expansión de las bolsas nos ha permitido aumentar la transparencia y el acceso al capital.  En contrapartida, estas ventajas están limitadas a las empresas que se pueden permitir costear el proceso de salida a Bolsa. 

Las Bolsas de capital privado, incluyendo las de renta fija, extienden los beneficios de los mercados hacia parte del sector privado. No obstante, el acceso está restringido según las características de los activos (en el caso de la deuda) y por el tamaño financiero tanto en el caso del capital privado como en el de la deuda.  

Afortunadamente, esto está cambiando gracias a la tokenización. Un activo tokenizado está registrado en una blockchain (popularizada por ser la tecnología de Bitcoin) y dicho registro funciona como una representación del activo en el mundo digital. Hace no tanto firmábamos cheques, fuera al portador o en blanco. Estos cheques eran representaciones, o tokens, de papel que simbolizaban el derecho a cobrar un dinero.  

Un token digital funciona de manera similar, representando no sólo derechos de cobro sino también acciones de empresas y otros activos, como por ejemplo propiedades inmobiliarias. La ventaja de un activo tokenizado es que dicha representación digital del activo puede transmitirse de forma instantánea, segura y sin intermediarios.  

Además, gracias a las plataformas que incorporan la capacidad de programar en la blockchain (la primera plataforma y la más conocida es Ethereum), los tokens pueden programarse para reproducir las condiciones de un contrato, lo cual es particularmente útil en el caso de los activos crediticios. Por estas y otras razones, están surgiendo las primeras plataformas de activos tokenizados para facilitar su compra-venta, incluyendo Bolsas de valores tokenizados. 

¿Qué tener en cuenta antes de invertir en activos tokenizados? 

Los activos tokenizados pueden analizarse desde tres prismas: el activo subyacente, el marco jurídico y la tecnología. Desde el punto de vista del subyacente, nada difiere de las indagaciones que se realizan hoy en día antes de invertir, relativas fundamentalmente a la rentabilidad esperable y a la naturaleza de los riesgos asociados a la inversión. 

Desde el punto de vista jurídico, la Unión Europea aprobó recientemente la regulación para tecnología financiera distribuida conocida como Pilot Regime, que consiste fundamentalmente en una serie de exenciones que permiten operar legalmente negocios basados en el comercio de valores tokenizados. La UE espera con ello permitir al sector financiero europeo mantener una posición de liderazgo global y, durante los próximos seis años, poder aprender en profundidad cómo facilitar la adopción a gran escala de lo que la Comisión Europea llama “la economía tokenizada”.  

Si bien el Pilot Regime proporciona exenciones a los operadores de mercados, las garantías para inversores se mantienen, así como la supervisión de la CNMV. Por lo tanto, desde el punto de vista inversor también en este aspecto se mantienen las condiciones anteriores. 

Lo que más cambia es el aspecto tecnológico. Mediante el uso de una clave privada, la tecnología blockchain permite a los inversores custodiar personalmente sus activos en un monedero criptográfico. Ello conlleva necesariamente aplicar buenas prácticas de seguridad, pues la pérdida de la clave privada impide definitivamente el acceso a los tokens.  

Es recomendable utilizar carteras frías para criptomonedas. La gran mayoría ya son compatibles con los tokens configurables a través de contrato inteligente, utilizados para representar activos. Las carteras frías líder son Trezor y Ledger. Para los que quieran una solución más sencilla, pueden utilizar un gestor de contraseñas en el que almacenar sus claves privadas.  

En este caso, las buenas prácticas giran en torno al uso del gestor de contraseñas. Es fundamental seleccionar una clave maestra que no vayamos a olvidar y conviene no acceder al gestor navegando a sus servidores, sino desde la aplicación instalada directamente en nuestro navegador y/o teléfono. Gestores habitualmente utilizados para esto son Bitwarden (software libre gratuito) y LastPass. 

No obstante, los proveedores de custodia de criptomonedas ofrecen excelentes servicios, aplicando criptografía avanzada para asegurar los activos y usando intuitivas interfaces de usuario. 

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