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Empresas, Revista Capital

Ana Carrasco (Malababa): “Emprender es algo heroico en España, no hay ni una facilidad” 

Por Redacción Capital

Capital habla con Ana Carrasco, fundadora de la firma Malababa junto a su marido Jaime Lara. Una historia llena de anécdotas y mucho instinto que comenzó por un hobby

Malababa es una marca de diseño de accesorios fabricados éticamente en España que utiliza materiales de calidad y técnicas tradicionales y artesanas de producción local, para crear un lujo honesto y sencillo. Un concepto de diseño de producto propio en el que se combinan materiales naturales, texturas y colores con los más altos estándares de calidad, durabilidad y funcionalidad. Su modelo de producción se basa en el aprovechamiento de los recursos naturales, reduciendo el impacto medioambiental

Capital habla con Ana Carrasco, fundadora de la firma en el año 2000 junto a su marido Jaime Lara. Una historia llena de anécdotas y mucho instinto que comenzó por un hobby. 

Estudió farmacia y su marido, ADE. ¿Qué les empujó a fundar una firma de complementos? 

La realidad es que nunca fue un proyecto real, todo empezó como un hobby. Jaime, mi marido, es el auténtico emprendedor. Fue él el que tuvo el ojo de ver que las cosas que hacía para mí por hobby, conectaban con la gente y gustaban mucho. 

Empecé haciendo bolsos de tela, después di el salto con zapateros artesanales para diseñar unas sandalias y con el diseño de pendientes, rompiendo otros pendientes. Ese verano fue tal el éxito, con tantas peticiones, que a la vuelta ya lo hacía de forma natural. 

Fue curioso, porque en aquella época nadie de mi entorno sabía cómo comenzar un proyecto, no teníamos nadie cercano que fuera emprendedor. Fue algo que salió por instinto, jamás imaginé que de un hobby fuera a nacer un proyecto así. 

¿Por qué el nombre de Malababa? 

Queríamos un nombre divertido, que no tuviera mucho peso, que jugara con la ironía. Es verdad que, en Baleares, Valencia o Cataluña, Malababa tiene una connotación peyorativa, pero aquí decir ‘qué mala baba tienes’ está casi en desuso o se utiliza de forma infantil. Nos gustaba mucho cómo sonaba, más que fonéticamente, cuando lo vimos escrito por un amigo nuestro. 

Comenzaron como mayoristas, con presencia en 250 puntos de venta en todo el mundo. ¿Cómo fueron los inicios? 

Yo hacía unos bolsos de tela que eran todos diferentes, no había ninguno igual. Curiosamente, llegó a oídos de una persona que trabajaba en la Embajada de Japón, que después me enteré de que era un comprador importantísimo. Vino a ver la colección y quiso comprar todos. A raíz de esto, empezamos a vender en tiendas que visitábamos, a ir a ferias nacionales en las cuales todo fue muy bien y también a ferias internacionales. Ahí fue cuando dijimos “wow, parece que lo que hacemos es especial y gusta”. 

La primera feria internacional a la que fuimos tuvimos tal éxito que no éramos capaces ni de comprar la materia prima que suponía fabricar lo que habíamos vendido. La moda en España en ese momento estaba más orientada a pasarela y no accesorios, que estaban más infravalorados. Funcionábamos por instinto, más que por cabeza. 

El momento más importante fue cuando nos salió Barney’s (almacenes de lujo americanos), que nos hizo un pedido que nos sobrepasó a todos los niveles. De hecho, nos llamaron para asegurarse si podíamos fabricarlo, ya que eran conscientes de que no éramos ese volumen de empresa. A raíz de vender en Barney’s, nos salió el mundo entero: Opening Ceremony, Le Bon Marché, etc. Esto fue en el 2007, justo antes de la crisis mundial. 

Tuvimos unos años fantásticos, pero, cuando llegó la crisis, todos estos almacenes cambiaron las políticas de compras y ahí fue cuando decidimos empezar a abrir nuestras tiendas. La primera, en la calle Lagasca, en el barrio de Salamanca en 2010. Continuamos con Salesas, y Barcelona. En ese momento, cada seis meses abríamos una tienda. Hasta que llegó la crisis a España en 2012. Frenamos ritmo, recalculamos y empezamos con la digitalización a tope. Y, por último, hace cinco años abrimos la flagship de Serrano. 

Malababa

“Nunca hemos querido ser exclusivos, pero sí especiales y honestos” 

¿Cuáles son los valores diferenciales de Malababa con respecto a otras firmas?  

Malababa es diseño basado en artesanía hecha en España y el origen de todas las colecciones es el color. Este color en piel no lo encuentras en ninguna otra marca. Lo desarrollamos para nosotros. La producción la hacemos íntegra en España y compramos todo a empresas europeas. Nuestra legislación es la más restrictiva para temas sanitarios, de cómo se generan las industrias y cómo se utilizan todos los desperdicios de productos químicos.  

Por lo tanto, en el momento en el que contratas a una empresa europea, te estás garantizando que, tanto en frontera, como lo que se hace aquí, está mejor hecho. Esto es clave. Nunca hemos querido ser exclusivos, pero sí especiales y honestos. Por lo tanto, llenos de valor. 

¿Cuáles son sus fuentes de inspiración a la hora de diseñar las colecciones? 

Más que buscar una temática, empezamos por el color. El color nos traslada a un momento, a una época artística, a algún recuerdo. 

¿Cómo han afrontado las últimas crisis? 

La crisis que estamos viviendo ahora está afectando muchísimo. Hemos tenido que subir precios, porque todos los costes han subido de forma increíble. Por ejemplo, el precio de las cajas que usamos se ha duplicado. El pienso es más caro, nosotros nos basamos en la industria cárnica y, en este sentido, es muy importante recalcar que solo trabajamos piel del animal en el que se haya consumido la carne antes, hasta los pitones. No compramos pieles de animales que se crían solo para obtener piel. Es parte de los valores de Malababa. 

En cuanto a la pandemia, fuimos rápidos y sin miedo. Si de algo me sirvió haber estudiado farmacia, fue durante la Covid-19. Me di cuenta de que se iba a alargar más de lo que se hablaba en un principio. Por eso, nos planteamos un escenario más serio y decidimos cerrar 3 tiendas rentable de forma definitiva en 15 días. Empezamos a teletrabajar todos y cambiamos toda la dinámica de trabajo. Con todo lo duro que fue nos sentimos rejuvenecidos. 

¿Cómo afronta los fracasos? 

Cómo he comentado antes, actuando de forma rápida y sin miedo. 

El emprendedor encuentra en nuestro país muchas dificultades para poner en marcha un negocio. ¿Cómo ha sido vuestro caso? 

No es que haya muchas trabas, es que no hay ni una facilidad. Nadie sabe lo que es generar de cero un euro. Es hasta heroico. 

Me llaman a veces para dar charlas, más que de diseño, sobre cómo arrancar el negocio, el 360. Lo que no tiene sentido es que no haya ni una sola persona, cuando vas a un organismo oficial, que haya emprendido. No entienden nada de lo que dices, ni del riesgo que estás asumiendo para ti y para tu familia. 

¿Qué consejos daría a aquellas personas que quieran emprender un negocio? 

Lo primero, muchísima capacidad de trabajo, y no arrancar sin recursos. Y, por supuesto, la clave es contar con un buen equipo. 

¿Cuál es su máxima cuando vienen malos tiempos?  

Trabajar e ir a por todas. Ser valiente, tomar decisiones duras y asumir que es una etapa mala que pasará. 

¿Cómo definiría su visión de futuro en una frase? 

Continuar con un crecimiento seguro y sereno, siendo excelentes en todos los procesos de toda la cadena. 

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