El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, José Sevilla, comparecieron ayer ante los medios de comunicación en un encuentro previo a la junta de accionistas de la compañía hoy en Valencia. El gran tema que planeaba en el ambiente eran las consecuencias sobre su plan estratégico del retraso en la subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). Bankia había anunciado unos beneficios en función de la previsible subida de tipos; la subida se retrasa y el banco lo estaba pagando ayer en Bolsa siendo el valor más castigado del Ibex 35.
El consejero delegado del banco, José Sevilla, incidía en diciembre en una jornada del sector bancario en el IESE en que “no es bueno que los tipos estén en los niveles en los que han estado por un largo periodo de tiempo. Genera distorsiones”. Pese a ello, en el banco no esperan que el contratiempo les pase una factura excesiva: se comprometen a cumplir los objetivos previstos. “Estamos dejándonos la piel para conseguirlo”, señalaba Goirigolzarri.
Goirigolzarri y Sevilla están satisfechos con la evolución del banco. Los factores que dependen de ellos van bien. El año pasado consiguieron 120.000 clientes nuevos y este curso ha arrancado de modo positivo para alcanzar los 150.000. Entre enero y febrero se han sumado 27.000. Estos datos sirven también para analizar la integración con el banco BMN. Goirigolzarri tiene una amplia experiencia en integraciones y asegura que es la primera vez que ve que no se pierden clientes y se gana cuota de mercado en un proceso de este tipo.
La buena marcha del negocio da argumentos al presidente para mantener que no prevé que su entidad participe en ninguna fusión, y pide al nuevo Gobierno “que tenga claro el proceso de privatización de Bankia”. Que vuelva al sector privado es “bueno para los españoles”, afirmó. Goirigolzarri quiere claramente que Bankia sea uno de los protagonistas del futuro sector bancario español. De momento está haciendo bien su trabajo para cumplirlo. Al mismo tiempo, resaltó el gran problema de la banca en España. En muchos casos, la rentabilidad sobre fondos propios está por debajo del coste de capital, y eso es “poco sostenible en el tiempo”. Por eso admitió que se hable de las operaciones paneuropeas que se están citando, aunque “la lógica del mercado apunta más a consolidaciones internas que a operaciones paneuropeas. Son más rápidas”. La rentabilidad y la digitalización son los dos grandes retos de la banca, según Goirigolzarri, junto con la imagen y la reputación: “Que la sociedad nos considere útiles y quera que existamos”. Aspira a convertirse en el banco favorito de los españoles.
Sobre el efecto de la marcha de la economía española en sus productos, Goirigolzarri afirmó que ve “una demanda potente en consumo, en hipotecas y en la financiación de circulante de empresas”. A largo plazo, la demanda es bastante menor desde hace tiempo, algo que atribuye a que las empresas se han desapalancado y tienen más liquidez.