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Empresas, Revista Capital

Belarmino García: “Aquellos que critican a los empresarios deberían convertirse en emprendedores”

Por Redacción Capital

Capital rememora el primer número de la revista, de octubre de 2000, con una entrevista a Belarmino García, CEO de Amena y protagonista destacado en las páginas de nuestra publicación en aquellas fechas

En aquel número uno, hace casi 23 años, García ya anticipaba algunas de las tendencias e ideas del futuro que hoy en día son una realidad. 

Es un placer para nosotros que, casi 23 años después de aquella entrevista, pueda usted volver a compartir con los lectores de Capital su visión sobre el futuro. En aquel número afirmaba que el teléfono móvil iba a revolucionar los sistemas de pago. ¿Qué ha pasado en estos años? 

Los primeros seis años de este siglo fueron una época dorada de innovación en las telecomunicaciones móviles. Durante ese tiempo, se produjeron eventos que fueron un preludio de los servicios de internet móvil que se desarrollarían en la siguiente década. Uno de estos servicios fue el sistema de pago móvil. 

A principios de la década de 2000, la conectividad a internet móvil estaba en sus albores. Sin embargo, en España, los operadores móviles trabajaron en colaboración con entidades financieras para lanzar un sistema pionero de pago móvil llamado Mobipay. Este sistema permitía a los usuarios asociar su número de teléfono móvil a una cuenta bancaria y realizar transacciones a través de SMS. 

Mobipay se utilizó principalmente para pequeñas compras, como el pago de estacionamientos, máquinas expendedoras o transporte público. Aunque generó interés y se implantó en algunos lugares y establecimientos, no tuvo una adopción masiva en España. Algunos actores del mercado lo vieron como una amenaza a sus propios sistemas de pago, lo que probablemente contribuyó a su falta de tracción.  

Un caso similar ocurrió con SimPay, un sistema de pago desarrollado por un consorcio de operadores móviles europeos lanzado en 2003. SimPay buscaba establecer un estándar de pagos móviles en toda Europa, pero tampoco logró una adopción generalizada en España ni en el resto de Europa.  

Aunque Mobipay y SimPay no se convirtieron en estándares ampliamente aceptados, sentaron las bases para futuros avances en la industria de los pagos móviles. Con la popularización de los smartphones, surgió una nueva era en los pagos móviles. Aplicaciones como Bizum en España permiten a los usuarios realizar transacciones de forma rápida y segura asociando su número de teléfono a una cuenta bancaria.  

En 2014, empresas como Apple, Google y Samsung lanzaron sus propias billeteras móviles: Apple Pay, Google Pay y Samsung Pay. Estas aplicaciones permitieron a los usuarios almacenar de manera segura su información de pago y realizar compras tanto en tiendas físicas como en comercio online a través de sus dispositivos móviles. Estas billeteras móviles han tenido un impacto significativo en el mercado y se han extendido ampliamente.  

Aunque algunos incumbentes se mostraron reticentes frente a esta ola de innovación en los pagos digitales, no pudieron detener su crecimiento. En la actualidad, los pagos digitales continúan expandiéndose impulsados por el aumento de las compras online y los cambios en los hábitos de pago de los consumidores, que cada vez adoptan más los medios digitales para realizar compras. 

Los ciclos de innovación y adopción de nuevas tecnologías son cada vez más cortos, ¿cómo cree que va a evolucionar la tecnología de aquí al 2030? 

Predecir los avances tecnológicos hasta 2030 en las telecomunicaciones móviles es un desafío inmenso debido a la rapidez e imprevisibilidad de dichos avances. Sin embargo, basándome en las tendencias actuales, se pueden anticipar algunos avances en éste campo.  

La implantación del estándar 5G seguirá progresando, brindando conexiones más rápidas y menor latencia. Esto impulsará nuevas aplicaciones basadas en Internet de las cosas (IoT), realidad virtual y aumentada. Los objetos cotidianos se volverán inteligentes y se conectarán entre sí, creando una experiencia digital integrada en nuestra vida diaria.  

Los robots quirúrgicos permitirán que los cirujanos controlen con precisión cada movimiento del robot a cientos de kilómetros de distancia, posibilitando intervenciones quirúrgicas mínimamente invasivas y muy precisas. Los coches autónomos se comunicarán entre sí y con la infraestructura vial, mejorando la seguridad y el transporte inteligente.  

La integración de sistemas de datos en ropa, electrodomésticos y mobiliario urbano será posible gracias al 5G, mejorando la salud, el hogar inteligente y la infraestructura urbana. La Inteligencia Artificial (IA) se integrará más en los dispositivos móviles, ofreciendo una experiencia de usuario personalizada y asistentes virtuales más inteligentes.  

La seguridad y privacidad de los datos serán preocupaciones importantes. Se espera que la tecnología móvil evolucione a través de seguridad biométrica, autenticación multifactor y encriptación de extremo a extremo para proteger la información de los usuarios. 

“Las ‘telecos’ españolas desaprovechamos la oportunidad de liderar el mercado de internet móvil a principios de siglo” 

La captación de clientes fue una obsesión durante su etapa en Amena, ¿qué es lo que ha cambiado entre aquella época y ahora? 

El mercado de telefonía móvil ha experimentado un cambio significativo en su fase de desarrollo. A finales de 1998, en España había 6,5 millones de clientes de telefonía móvil, aproximadamente el 16% de la población. La entrada de Amena, el 25 de enero de 1999 hizo que todo cambiase. Ese año, el mercado alcanzó los 15 millones de clientes, representando una penetración del 37% de la población. En 2006, España contaba con 45,6 millones de líneas de telefonía móvil, superando el 100% de la población. 

España pasó de tener un mercado menos desarrollado a liderar la penetración del servicio en Europa. Este crecimiento fue impulsado por la competencia y precios más asequibles, lo que democratizó el acceso al servicio de telefonía móvil. Durante este período, la captación de clientes se convirtió en una prioridad para los nuevos actores del mercado. De ahí ese enfoque en la captación de clientes.  

Con el tiempo, los consumidores se volvieron más expertos en los servicios móviles, gracias a su experiencia, a la competencia y a la entrada de nuevos operadores.  

Hablamos del 2000, cuando Capital costaba 250 pesetas y los teléfonos móviles se regalaban. ¿Cuáles han sido los factores del cambio del sector de las telecomunicaciones en España? 

En los años 2000 se creía que el crecimiento de los operadores móviles se basaría en los ingresos por servicios de datos. Se veía potencial en los servicios móviles que los operadores podrían desarrollar sobre su propia infraestructura.  

Faltaban años para los smartphones y muchos servicios actuales en forma de App tuvieron sus inicios en aquellos años, aunque en terminales más simples. Es una lástima que las compañías de telecomunicaciones no aprovecháramos esa oportunidad para liderar el mercado de Internet móvil.  

Actualmente los operadores compiten en características de red y precios, más allá de contenidos como el fútbol que aún logran fidelizar a algunos clientes, mientras otras compañías usan sus redes para ofrecer sus servicios. Esto ha generado flujos de caja decrecientes en un mercado aburrido, como suele ocurrir en mercados maduros. 

Actualmente, cuatro grandes operadores controlan la mayor parte del mercado y existe un proceso de consolidación en el sector. ¿Cómo cree que evolucionarán las telecomunicaciones en España en los próximos dos años? 

En España, Orange y MasMóvil se encuentran en proceso de consolidación, pendiente de aprobación de Bruselas. Si se completa, se creará la mayor compañía de telecomunicaciones en España. No obstante, la consolidación en Europa sigue siendo un desafío para las empresas y reguladores. En contraste, en EEUU solo hay tres grandes operadores que gestionan servicios para 300 millones de clientes, mientras que en Europa hay más de 100 operadores compitiendo por una cantidad similar de clientes. Esta situación se repite si nos comparamos con muchos países asiáticos.  

Esta fragmentación del mercado en Europa podría dificultar las inversiones necesarias para implantar las redes de fibra óptica y 5G, fundamentales para el crecimiento económico de la región.  

Hace 23 años existían dudas sobre si tenía que ser la inversión pública o la privada la que desarrollara las redes. ¿Cuáles son las claves para rentabilizar estas inversiones? 

Las infraestructuras para servicios de telecomunicaciones deben ser financiadas por inversión privada. Sin embargo, para brindar cobertura al 100% de la población, incluyendo áreas remotas de inversión con pérdidas, se requiere inversión pública.  

El enfoque de las soluciones para el acceso es crucial. En lugar de debatir la necesidad de dar cobertura de fibra óptica sin importar su coste, deberíamos centrarnos en qué tecnología existente o próxima a introducirse en el mercado puede satisfacer las necesidades de los servicios de telecomunicaciones en esas áreas a un coste razonable. Esto reduciría las necesidades de inversión globales al tiempo que se atienden las necesidades de los usuarios.  

¿Cómo ha cambiado su vida desde octubre de 2000, como responsable de Amena, hasta hoy? 

Después de una carrera profesional de 40 años, decidí adelantar mi jubilación para dedicarme a otras facetas de mi vida. Quería viajar, disfrutar de mis hobbies y pasar más tiempo con mi familia, especialmente acompañando a mis padres en su época dorada. 

Sin embargo, estoy colaborando en proyectos donde puedo aplicar alguna de mis tres pasiones profesionales: innovación, tecnología y gestión de personas. Colaboro con una escuela de negocios; ayudo a emprendedores y pymes de un modo desinteresado; antes acompañé a mi hijo en su proceso de emprendimiento en Zeerca y he publicado el libro ‘El poder de la pasión’. Estas oportunidades me permiten seguir contribuyendo y compartiendo mis conocimientos mientras me mantengo actualizado.  

La jubilación no es el fin, sino el comienzo de una nueva etapa llena de posibilidades y enriquecimiento personal. Estoy agradecido por haber tenido una carrera profesional apasionante y emocionado por explorar nuevos aspectos de mi vida y disfrutar de nuevas experiencias.

“La jubilación no es el fin, sino el comienzo de una nueva etapa llena de posibilidades y enriquecimiento personal” 

¿Cree que hace 23 años se valoraba más la figura del empresario que en la actualidad? 

En España se tiene una actitud cicatera hacia los empresarios, enfocándose más en su posible afán de lucro que en la riqueza y empleo que generan. Invitaría a aquellos que critican a los empresarios a convertirse en emprendedores y comprender los desafíos y sacrificios que se afrontan. 

Aunque la imagen del empresario ha mejorado debido al aumento del número de emprendedores en España, es importante seguir cambiando la percepción y reconocer su importancia en el desarrollo económico del país. Los empresarios desempeñan un papel fundamental en la generación de riqueza y oportunidades para la sociedad.  

Casi 23 años después, ¿nos podría dar una recomendación para mejorar la competitividad de economía española? 

La mejora de la competitividad de la economía española requiere abordar diversos aspectos críticos a diferentes niveles. En un momento de cambio acelerado, impulsado por la llegada de la IV Revolución Industrial, es crucial invertir en educación y en formación de los empleados actuales. Esta inversión no se limita solo a adquirir conocimientos, sino también en el desarrollo de habilidades críticas para enfrentar los nuevos desafíos planteados por esta revolución.  

Una de las prioridades es adaptar la oferta de conocimientos de los futuros trabajadores a los puestos de trabajo actualmente demandados y no cubiertos. La formación profesional y universitaria debe alinearse con las necesidades del mercado laboral, asegurando que los jóvenes adquieren las habilidades necesarias para cada tipo de empleo.  

Además, es fundamental facilitar la creación de nuevas empresas y atraer inversiones extranjeras. Para lograrlo, se deben implantar políticas que fomenten el emprendimiento, reducir la burocracia en la creación de empresas, garantizar su  seguridad jurídica y establecer incentivos fiscales y financieros para atraer inversiones.  

Promover la internacionalización de las pymes y mejorar su capacidad exportadora también contribuirá a fortalecer la competitividad económica, al tiempo que se  diversifican los sectores industriales para disminuir la dependencia de los sectores predominantes en la actualidad.  

Por último, es necesario fomentar la innovación y la adopción de nuevas tecnologías, así como apoyar la investigación y el desarrollo (I+D), facilitando la transferencia de conocimientos entre universidades y empresas, y respaldando la creación y el crecimiento de startup tecnológicas. idas requieren una acción coordinada entre gobierno, empresas, instituciones educativas y trabajadores. Solo a través de esta colaboración se podrán obtener resultados significativos y avanzar hacia una economía más competitiva, preparada para los desafíos y oportunidades que nos plantea el futuro. 

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