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Empresas, Revista Capital

Álvarez-Gascón (GMV): “Muchos más directivos deberían situar la innovación en su estrategia competitiva” 

Por Borja Carrascosa

“Los sectores que atiendan importantes desafíos de la humanidad, como la sostenibilidad, tienen gran potencial de crecimiento” 

“La actividad innovadora es natural para GMV, tenemos pasión por los retos” 

“Las tecnologías cuánticas darán pie a nuevas industrias” 

Transformación digital, revolución tecnológica, disrupción del tejido productivo… La amalgama de ‘cajones de sastre’ que ofrece el mercado puede llegar a abrumar a las empresas, sometidas a una fuerte presión por atender una demanda cada vez más especializada en un entorno competitivo que cambia cada minuto. En este contexto en permanente evolución, empresas fuertemente diversificadas como GMV ofrecen una propuesta de valor que arroja luz sobre algunos de los grandes desafíos de nuestra era. Analizamos este paradigma con el director general de la división Secure-e Solutions de la compañía, Luis Fernando Álvarez-Gascón. 

¿Cree que España es un país innovador en el ámbito tecnológico? ¿Qué cree que nos hace falta? 

Claramente, España tiene un déficit innovador, como lo muestra nuestra posición 29 entre las 132 economías del Global Innovation Index. Somos los decimoctavos entre 39 economías europeas, una posición que se alinea con nuestro nivel de desarrollo (renta per cápita), según ese mismo índice. Deberíamos aspirar a mejorar tanto en renta como en desempeño innovador. 

Por otro lado, de las 2.500 empresas que más invierten en I+D a nivel mundial, solamente 12 de ellas son españolas. Tenemos una escasez de inversión en I+D+i, particularmente, desde el sector privado. En España, comparativamente con países a la cabeza de estos índices, son pocas las empresas que innovan, y poca escala entre las que lo hacen. Esto es, en parte, reflejo de nuestro tejido productivo, con un número reducido de grandes empresas de perfil industrial y con insuficiente participación de sectores de alto contenido tecnológico. 

Creo que tampoco podemos dejar de lado la baja consideración que merecen los intangibles en nuestro país. Necesitamos transformar nuestro tejido productivo en la dirección que señalan estas deficiencias. Muchos más directivos deberían situar la innovación en el núcleo de su estrategia competitiva. El reto tiene su foco en el sector privado, pero cabe reclamar políticas públicas que impulsen decididamente ese cambio. 

El mundo se desarrolla con un modelo de crecimiento cada vez más cortoplacista, principalmente guiado por la tecnología. La IA parece la ‘estrella’ de 2023, ¿qué tendencias veremos en 2024? 

Lo cierto es que el concepto de sostenibilidad ha calado en amplias capas de la sociedad y es una prioridad estratégica en muchas empresas. Personalmente, veo la tecnología más como una herramienta para resolver los retos planteados que como el origen de nuestros problemas. Hay que usarla adecuadamente, claro. 

La revolución digital que estamos viviendo se acelera continuamente por la irrupción de nuevas tecnologías. Una disrupción real, pero no exenta de expectativas desproporcionadas, o ‘hypes’, en determinados momentos. La estrella de la IA ha brillado con fuerza en 2023, no sé si ‘calienta’ tanto por ahora como se afirma en términos prácticos, pero sin duda su destello seguirá presente en los próximos años mientras va desplegando su enorme potencial. 

Por otro lado, la nube no ha alcanzado aún la implantación que tendrá en los próximos años y por eso seguirá siendo tendencia, aunque no resulte tan novedosa. Sobre ella, veremos el despliegue de numerosos espacios de datos, muchos de ellos sectoriales, que constituirán la base para el desarrollo de la IA. Seguiremos avanzando en las tecnologías cuánticas y seguramente veremos algún hito significativo en 2024… Pero estamos lejos de que se consoliden como una tendencia amplia. 

La ciberseguridad será sin duda una de las prioridades en muchas organizaciones, en parte por el crecimiento de los ataques, pero también por un importante impulso regulatorio en Europa (directiva NIS2, Cyber Resilience Act, AI Act, Cyber Solidarity Act). 

¿Qué sector económico es el que, en su opinión, mejor explota y explotará los beneficios de la tecnología digital? 

En cada sector encontramos empresas que podrían considerarse referentes en el uso de estas tecnologías, y muchas otras con desempeño mejorable. Si nos ceñimos a esa comparativa sectorial, es obvio que el sector tecnológico genera y captura mucho valor derivado de la tecnología digital. En segundo lugar, el sector financiero es el más intensivo en el uso de estas tecnologías y probablemente siga siendo así. 

A más largo plazo, el sector salud podrá beneficiarse ampliamente de las tecnologías digitales, combinada con la otra gran revolución tecnológica en el ámbito biotecnológico (con sinergias entre los dos campos, por cierto). Esto nos lleva a señalar que no debemos constreñirnos a los beneficios de las tecnologías digitales, si bien su carácter exponencial y transversal las hace más destacables. 

¿Cree que la tecnología ha hecho aflorar sectores emergentes? ¿Cuáles cree que serán los que más crecerán en los próximos años? 

La tecnología ha creado nuevos sectores, a lo largo de la historia, y a ritmo acelerado en los últimos siglos y décadas. De los fabricantes de ánforas a los de microchips. Y a medida que las tecnologías van encontrando nuevas aplicaciones, surgirán sectores o subsectores productivos ligados a ellas. De esta misma forma, por ejemplo, las tecnologías cuánticas darán pie a nuevas industrias. 

Predecir el futuro siempre es arriesgado, pero en general aquellos sectores que atiendan importantes desafíos de la humanidad, como la sostenibilidad, tienen gran potencial de crecimiento. Por supuesto, el sector tecnológico como herramienta transversal a todos los sectores. También, los sectores involucrados en las nuevas formas de producción, distribución y consumo de energía o en la producción agroalimentaria inteligente. 

Asimismo, toda actividad involucrada en atender los desafíos de salud a los que nos enfrentamos, con una población cada vez más envejecida y con una cronicidad que consume más del 50% de los recursos. Más allá de identificar nuevos sectores emergentes, podríamos hablar de una transformación de todos los sectores en general, en los que solo las empresas que culminen con éxito su transformación sobrevivirán. 

¿Por qué es importante la computación cuántica para el desarrollo empresarial? 

En el anverso de la moneda encontramos el proporcionar una potencia de cálculo muy superior a los ordenadores convencionales, o al menos particularmente adecuada para resolver determinado tipo de problemas, como los de optimización (inversiones, logística), o aquellos vinculados a modelos de la naturaleza, como la investigación de nuevos materiales. También podría impulsar algoritmos de inteligencia artificial. 

En el reverso, se encuentra el que esa gran potencia de cálculo pudiera enfocarse para acceder a datos cifrados con la criptografía tradicional. Esta posibilidad está lejos de estar demostrada experimentalmente, pero es un riesgo para manejar a largo plazo, si consideramos la posibilidad de que el atacante capture los datos hoy y pueda descifrarlos dentro de unos años (bastantes, probablemente). En todo caso, ya se está trabajando para conjurar este riesgo con nueva criptografía.  

¿Qué aplicaciones prácticas tiene la computación cuántica en el día a día de las empresas? 

Actualmente la computación cuántica está dando sus primeros pasos y resulta incierto el momento en que será accesible de forma masiva y práctica para la mayoría de las empresas. En este momento hay un número limitado de ellas que la están aplicando ya para responder al tipo de problemas que mencionaba anteriormente. Se trata de empresas líderes en innovación en sus respectivos sectores, que cuentan con los recursos adecuados para recorrer esta etapa inicial y cosechar los primeros resultados. 

¿Cuáles cree que serán las claves de la aportación de valor del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y qué papel juega GMV en su implementación?  

El PRTR es una oportunidad histórica para dar un impulso decisivo a la transformación de nuestra economía. Por diseño, en los dos grandes ejes de digitalización y sostenibilidad. Es un plan sin precedentes que, en su ejecución, está tropezando con algunas dificultades bastante predecibles, porque la Administración no tenía una maquinaria preparada para abordar algo de tal magnitud y, a mi juicio, los plazos que se marcaron desde Bruselas fueron demasiado exigentes para la ambición del plan. 

Desde las empresas, pero también desde la propia Administración, se están sufriendo demasiadas trabas administrativas. En todo caso, tengo una lectura positiva del impulso innovador que se ha introducido en una amplia base empresarial, y de nuevos mecanismos de cooperación, sobre todo sectorial, que se están impulsando a través de los PERTEs, entre otros programas. 

GMV ha estado involucrada en el PRTR desde su concepción, mediante nuestra participación en asociaciones empresariales como vehículo para cooperar con la Administración. Ya en ejecución, hemos accedido de forma competitiva a una cantidad relevante de fondos para proyectos innovadores en tecnologías como la IA, la computación cuántica y la ciberseguridad. Además, estamos participando en numerosos proyectos para la modernización de servicios públicos. 

¿Cómo se percibe la innovación dentro de GMV? 

Se percibe como algo tan importante que nos identifica, formando parte de nuestra esencia e imagen corporativa, considerándola tan necesaria como para dedicar un porcentaje atípico (en España) de nuestra facturación a la inversión en I+D+i. Es un pilar competitivo fundamental para nosotros que, a su vez, se sustenta en el talento. 

Por otro lado, desde nuestro nacimiento como spin-off universitario, toda nuestra trayectoria ha estado vinculada a la innovación por la tipología de proyectos que hemos desarrollado con los clientes. Tanto es así, que la actividad innovadora es totalmente natural para nosotros. Tenemos pasión por los retos. 

¿Cuál cree que es el factor diferencial que marca el crecimiento de GMV? 

Como decía, innovación y talento son dos pilares fundamentales para nuestra forma de competir. Por otro lado, estamos internacionalizados prácticamente desde nuestro nacimiento y siempre hemos tenido esa ambición de progresar en mercados internacionales, apalancando los dos factores mencionados. Nuestro crecimiento ha sido esencialmente orgánico, financiado a través de la reinversión de beneficios. La estabilidad de la organización, alrededor de un proyecto a largo plazo, también ha sido un factor muy positivo para un crecimiento consistente. 

¿Cómo juega GMV la ‘batalla’ por captar y retener el talento? 

Intentamos ofrecer un proyecto profesional atractivo por su contenido, por el entorno de trabajo, por la posibilidad de evolucionar en diferentes direcciones, en un contexto internacional. En algunos ámbitos podemos presumir de ser un líder mundial, o un centro de excelencia reconocido, lo cual es un reclamo para determinados colectivos de talento. 

Nos gusta hablar más de fidelización que de retención. Lo cierto es que cuando esa propuesta que acabo de describir se consolida en la experiencia de cada persona, y éstas se encuentran bien consideradas y cuidadas, su inclinación natural será la de continuar. La experiencia personal a nivel de equipos es crucial a este respecto. 

Como director general de Secure-e Solutions de GMV, ¿qué desafíos afronta? 

Todo lo que conseguimos es el resultado de un trabajo en equipo. Conformar y hacer crecer ese equipo es una tarea prioritaria que, en el caso de GMV, tiene además una vocación de proyección a largo plazo y que cuenta con una cultura y valores propios. Todo ello, en medio de una dura competición por el talento.  

Nuestra razón de ser es aportar valor a nuestros clientes, y tenemos que hacerlo de forma competitiva. Mantenernos posicionados como un actor innovador, en un mercado tan sometido a la disrupción tecnológica supone un desafío permanente. Y un atractivo, también. Construir una organización que aprende y cambia es nuestro desafío diario, a la vez. Y que permanece enfocada en sus clientes, con una indiscutible vocación de servicio.   

¿Cuál quiere que sea su huella en la compañía? 

Después de más de treinta y seis años en GMV, y habiendo asumido diferentes responsabilidades, me gustaría pensar que he contribuido a que la compañía sea lo que es actualmente. Lógicamente, un directivo tiene que contrastar su responsabilidad en la tarea afrontada con los resultados obtenidos. 

Pero más allá de esos indicadores convencionales, querría haber aportado en la construcción de un equipo que, en el futuro, deje pequeños los resultados que hemos obtenido hasta ahora. Que sepa evolucionar el proyecto GMV en direcciones que no soy capaz de imaginar. 

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