A medida que avanza la pandemia del Covid-19, su impacto obviamente se ha ido notando en todas las regiones, en todas las industrias y en todos los aspectos de la vida. No obstante, algunos de los efectos secundarios de la pandemia todavía tienen la capacidad de sorprender
La consultora McKinsey ha analizado algunas de estas consecuencias inesperadas para las empresas, que afectan tanto a las preferencias del consumidor como a la salud mental.
1. Aumento de las reseñas de productos
Durante los primeros meses de 2020 hubo "una auténtica explosión en la cantidad de calificaciones en línea que los consumidores otorgan a los productos y servicios", afirma la consultora. Ejemplo de ello es que, cuando los confinamientos obligatorios hicieron que los consumidores se quedasen en casa, el comercio electrónico de Estados Unidos experimentó un crecimiento de diez años en el primer trimestre de 2020.
Al mismo tiempo, las calificaciones y reseñas de productos aumentaron hasta un 80 % en los primeros meses de 2020 de lo que lo habían hecho el año anterior. "Los viejos mecanismos de valor de la marca, una mayor inversión publicitaria y las grandes promociones son simplemente menos efectivas en una época en la que los consumidores tienen acceso a tanta información de primera mano", apunta McKinsey. Ante esto, "las empresas pueden responder de seis formas, como adoptar herramientas tecnológicas para analizar reseñas y utilizar los comentarios de los consumidores para rediseñar los productos", sugiere la consultora.
2. ¿El final del trabajo en banca?
La investigación de McKinsey anterior a COVID-19 sugiere que la cantidad de personas en casi todas las funciones de las sucursales bancarias disminuirá durante la próxima década. La pandemia mundial aceleró estas tendencias bancarias y de la fuerza laboral, por lo que es más importante que los bancos se concentren ahora en mejorar y volver a capacitar a gran escala.
3. Problemas de salud mental
De los enormes desafíos de salud creados por COVID-19, quizás el menos comprendido es su impacto en la salud mental global. McKinsey entrevistó a Garen Staglin, presidente y cofundador de One Mind, una organización sin fines de lucro cuya misión es acelerar la investigación de la salud del cerebro y la promoción de la salud mental. "Los directores ejecutivos y otros altos ejecutivos deben comprometerse personalmente con los programas corporativos de salud conductual si quieren tener éxito", apunta Staglin. "Estos líderes deben enfocarse en reducir el estigma de las enfermedades mentales y en cultivar una cultura corporativa que conduzca al bienestar mental".
4. China cambia sus preferencias automovilísticas
Los consumidores chinos han cambiado sus preferencias de vehículos y sus hábitos de compra de automóviles a raíz del COVID-19. La encuesta más reciente de McKinsey a aproximadamente 2.400 consumidores de automóviles en 19 ciudades chinas muestra una disminución de la lealtad a la marca, una marcada preferencia por intercambiar entre los consumidores con vehículos menos costosos y un aumento significativo en el uso de canales digitales durante el proceso de compra de vehículos. Si bien las ventas generales de vehículos cayeron en China en 2020, las ventas de vehículos de nueva energía (NEV) crecieron en un 22%. Asimismo, la encuesta revela que el 63% de los consumidores chinos están dispuestos a comprar NEV, frente al 20% en 2017.