Más de un millón de coches eléctricos circulan hoy por toda Europa. Aparentemente, una de las principales causas de este progreso han sido las ayudas repartidas por los diferentes gobiernos europeos, tanto para la compra como para la mejora de las infraestructuras. Sin embargo, actualmente en España, pese a las subvenciones y la apuesta de algunos bancos por los préstamos eco, el vehículo eléctrico no acaba de integrarse entre la sociedad. Según un estudio elaborado por el comparador financiero HelpMyCash.com, estos aún son más caros y cuentan con una infraestructura y una autonomía insuficiente como para poder competir con el coche de combustión.
El precio, el freno de mano del coche eléctrico
La gran importancia que conlleva el respeto por el medio ambiente es uno de los pocos factores que hoy incentivan la compra de un coche eléctrico. Y es que el ecologismo cuenta con un fuerte contrapeso: el alto coste de los vehículos no contaminantes.
Actualmente, según el citado informe sobre el coche eléctrico de HelpMyCash.com, no encontramos en el mercado ningún automóvil de este tipo con un precio inferior a los 20.000 euros, siendo los de coste ligeramente superior de pequeñas dimensiones y con una autonomía inferior a los 100km. Y el precio parte de los 35.000 euros de media si buscamos un vehículo para toda la familia.
Además de su elevado coste y de la baja autonomía que presentan, la escasez de los puntos de recarga es otro de sus grandes hándicaps. El pasado diciembre se registraron en España un total de 3.800 de estos puntos repartidos entre las grandes capitales. Sin embargo, la clave no figura únicamente en los instalados en el espacio público, sino también en los privados de cada propietario, pues la recarga completa de un vehículo eléctrico puede durar hasta ocho horas, un tiempo demasiado elevado si necesitamos recargar a mitad de un trayecto.
El Plan MOVES, una ayuda todavía insuficiente
Con la intención de reducir los dos principales problemas que presentan estos vehículos, el pasado 15 de febrero el actual Gobierno decidió aprobar por Real Decreto el Plan MOVES; con un presupuesto de 45 millones de euros y con el objetivo de incentivar la compra de coches sostenibles y mejorar las infraestructuras para este tipo de automóviles. De este modo, este plan pretende repartir 5.500 euros por compra, más 1.000 euros extra concedidos por el concesionario. Es decir, la rebaja podría alcanzar los 6.500 euros por la adquisición de un vehículo eléctrico o de un híbrido enchufable.
Pese a este reciente impulso económico por parte del Estado, el vehículo eco todavía tiene un coste más elevado que los automóviles de combustión. Para comprobarlo, HelpMyCash.com ha realizado una comparativa tomando como ejemplos dos modelos semejantes en cuanto a diseño y estilo: el Nissan Leaf (el segundo eléctrico más comprado) y el SEAT León (el automóvil de combustión más vendido en 2018).
El primero de ellos presenta un precio de salida de 31.300 euros, que con las diferentes ayudas reduciría su coste a los 24.800 euros. Sin embargo, el precio base del SEAT León asciende a 19.270 euros, 5.530 euros menos que el Nissan Leaf, pese a las ayudas al vehículo no contaminante.
El Plan MOVES, a la cola de las ayudas europeas
Pese a los 45 millones invertidos en el desarrollo del vehículo no contaminante, España se encuentra a la cola en la concesión de ayudas a la movilidad sostenible. Actualmente, países como Francia e Italia están ofreciendo subvenciones de hasta 6.000 euros, mientras que Alemania destina un máximo de 4.000 euros por vehículo.
Entonces, ¿cómo se puede decir que en España las rebajas en el precio de los automóviles son menores que en el resto de Europa? Esto ocurre porque el dinero total que el Gobierno de España destina a este fin es menor que el asignado por la mayoría de los gobiernos de la Unión Europea. Además, de esos 45 millones únicamente entre el 20% y el 50% se destinarán a incentivar la compra, así que solo un máximo de 4.090 compradores podría optar a estas ayudas.
Por ejemplo, Alemania aprobó en 2016 destinar más de 1.000 millones de euros a subvenciones para vehículos eléctricos hasta el 2019, una cantidad mucho más alta que la otorgada por España desde el año 2015, con un importe aproximado de unos 75 millones de euros. Así, en nuestro país son menos las personas que se pueden beneficiar de estas ayudas, hecho que explica que, durante el 2018, en España únicamente el 0,32% de los vehículos matriculados fuesen eléctricos, frente a otros países como Noruega donde ya alcanzan el 40% (según el Real Automóvil Club de España).
El préstamo sostenible, una pequeña ayuda a la financiación del coche eléctrico
Como complemento a las subvenciones otorgadas por el Estado, algunos bancos han decidido introducir en sus carteras créditos sostenibles con los que poder pagar a plazos este tipo de vehículos, que además son los créditos coche más baratos. Según datos del estudio elaborado por HelpMyCash.com, el coste de financiar un coche eléctrico es de media un 30% más barato que el de financiar un coche diésel o gasolina. Y es que el interés medio del crédito coche eco se sitúa en un 4,72% TIN, frente al 6,21% TIN del préstamo para automóviles tradicionales.
Estos datos nos muestran como contratando un crédito de 30.000 euros a un 6,21% TIN y a devolver en cinco años, el precio que pagaríamos por él ascendería a los 34.975,20 euros. En cambio, con un préstamo sostenible a un tipo de interés del 4,72%, el importe total a pagar sería de 33.618 euros, casi 1.400 euros más barato. Sin embargo, el mayor precio medio de los vehículos eléctricos provoca que, aunque la financiación sea más barata, la compra a plazos salga más cara.
Por todo ello, desde HelpMyCash.com concluyen que en España aún queda mucho camino por recorrer en cuanto a medidas para incentivar la compra y el uso del coche eléctrico. Palabras que refuerza el presidente de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE), Salvador Ejarque, en una entrevista realizada por dicho comparador financiero en la que afirma que “es mejor que haya ayudas, pero tal y como están montadas, no provocan una acción realmente captadora para que la ciudadanía migre a la movilidad eléctrica”. Así, el futuro del vehículo eléctrico en nuestro país es todavía muy incierto y, aunque desde el Ministerio de Transición Ecológica se quiera poner fin a los coches de combustible antes del año 2040, solo el tiempo aclarará si España será capaz de cumplir ese objetivo.