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Revista Capital

Hipercompetitividad, low-cost y la importancia del sector tecnológico en la economía española 

Por María Nogales

Víctor Calvo Sotelo (DigitalES): “El sector tecnológico cada vez ofrece más servicios por menos precio” 

Luis Pardo (Ametic): “Aún estamos lejos de la consolidación del sector de las telecomunicaciones” 

Javier Arenzana (KPMG): “Probablemente, el segmento hipersensible a precio continúe creciendo a corto plazo” 

El sector tecnológico vive inmerso en una profunda transformación prácticamente desde el inicio de sus tiempos, guiado, precisamente, por la innovación a la que debe su inmenso potencial de desarrollo. Ahora, las diferentes herramientas que han ido apareciendo sobre el tablero de juego han hecho que la adaptación del propio mercado viva una auténtica revolución. 

Para conocer los puntos clave de un sector tan amplio como el tecnológico, Capital conversa con el director general de la Asociación Española para la Digitalización (DigitalES), Víctor Calvo Sotelo; con el director general de la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica (Ametic), Luis Pardo; con el socio responsable de Telecomunicaciones de KPMG en España, Javier Arenzana, y con fuentes de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital). 

La importancia del sector para la economía española 

El sector digital contribuye exponencialmente al crecimiento de la economía española. En concreto, su aportación al Producto Interior Bruto (PIB) de España supuso el 22,6% el pasado ejercicio, es decir, casi una cuarta parte de la riqueza nacional, lo que equivale a un aumento del 1,3% con respecto al año anterior, según el Barómetro de la Economía Digital elaborado por Ametic. ¿Y en qué se traduce esto? En que cada euro invertido en el sector TIC aporta a la economía global 2,6 euros. 

Al respeto, el director general de DigitalES, Víctor Calvo Sotelo, sostiene que este aumento del 1,3% se debe a que, cada vez más, todo el tejido empresarial español está adoptando las tecnologías y se está digitalizando, y este es un proceso en el que se va a continuar. “La aportación del sector TIC al PIB español no va a hacer más que crecer en los próximos años. Y esta es una condición necesaria para poder seguir compitiendo. Es la digitalización de todo el sector empresarial y eso lleva al incremento de su peso en el PIB”, señala Calvo Sotelo.  

“Hay una necesidad de consolidación, pero debe verse acompañada por una política institucional que así lo entienda” 

Víctor Calvo Sotelo (DigitalES)

Por otro lado, el sector TIC alcanzó en 2022 un volumen total de negocio de 122.066 millones de euros, con un crecimiento del 5,1% respecto a la del año anterior, según Ametic. Atendiendo a este dato por ámbitos tecnológicos, las tecnologías de la información suponen casi la mitad de la facturación total del sector (48,9%); seguidas por el ámbito de las comunicaciones (24,4%); los contenidos digitales (13,9%) y las telecomunicaciones y electrónica (12,9%).  

Al hilo, el director general de la asociación, Luis Pardo, expone que también es importante destacar que en el sector privado cada vez hay más empresas cuya actividad corresponde al sector TIC. Son ya 38.209 compañías inscritas en la Seguridad Social las que se dedican a la tecnología en España, es decir, un 4,6% más con respecto al año anterior. “Estas compañías aportan más innovación, empleo y riqueza a la totalidad del tejido productivo”, apunta Pardo. Teniendo en cuenta los últimos datos que se conocen, la facturación de las empresas de servicios digitales creció a un ritmo interanual del 18,8% en julio. 

Víctor Calvo Sotelo (DigitalES)

De igual forma, prosigue Pardo, la Administración también ha mejorado su inversión en digitalización, lo que, a su vez, revierte en mejoras para empresas y ciudadanos. En concreto, la inversión en Tecnologías de la Información y la Comunicación por parte de las Administraciones Públicas en España alcanzó en 2022 la cifra récord de 5.979 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 12,9% con respecto al ejercicio anterior. 

Para entender lo que supone un sector como este en una economía como la nuestra, también hay que hablar de lo que aporta en términos de empleo. El sector TIC cubrió un total de 626.326 empleos en el pasado año, una cifra que representa un crecimiento del 8,2% con respecto al anterior año. En este sentido, según explican desde VASS, siete de cada 10 empresas del sector esperan aumentar su cifra de empleados en noviembre de 2023. 

Los efectos de la inflación 

Las tensiones inflacionistas de los últimos tiempos también han afectado a un sector tan amplio y que demanda una cantidad tan ingente de energía como el tecnológico. En el caso de este sector, tal y como señalan desde Qualoom, la inflación afecta principalmente a los productos y servicios tecnológicos; a los costes de investigación; a los desarrollos y avances; a la competencia en el mercado; a los precios de los componentes; a los dispositivos electrónicos y a las telecomunicaciones, entre otros. 

En este sentido, Calvo Sotelo (DigitalES) reconoce que uno de los principales aspectos a los que ha afectado la subida de los precios ha sido en los costes energéticos, “que no deja de ser un capítulo importante en los operadores”. 

“Muchas operadoras, centradas en la guerra de precios, han reducido sus márgenes y, en consecuencia, su capacidad de inversión” 

Luis Pardo (Ametic)

Aun así, hace hincapié en que la característica fundamental de este sector es que sigue siendo un sector que cada vez ofrece más servicios por menos precio. Es decir, “somos un sector claramente deflacionario, incluso en un entorno difícil como el de ahora”, señala. Así, continúa, el sector de la tecnología y las telecomunicaciones, en ese sentido, ayuda a la digitalización del país, cada vez ofreciendo mejores servicios, con redes más completas y potentes. 

Pero la inflación no solo ha impactado en la energía, sino también en otras partidas relevantes, como los costes de personal interno y externo o los equipos de cliente, según destaca el socio responsable de Telecomunicaciones de KPMG en España, Javier Arenzana. 

En palabras de Luis Pardo (Ametic), a pesar de que, como muestra el Barómetro de la Económica Digital, la facturación del sector creció un 5,6% con respecto al año previo, igual de cierto es que se redujo la demanda de ciertos productos debido a la inflación y otros factores. Por ejemplo, se vendieron un 7% menos de móviles en España y un 6,5% menos en el mundo. 

Luis Pardo (Ametic)

Al hilo, resalta que el sector ha dado signos de resiliencia en 2022 con un crecimiento en la facturación, el número de empresas y en materia de empleo y que, por ende, la opinión de Ametic es favorable a que el crecimiento continúe este 2023 y en 2024, “apoyado por tendencias de inversión que siguen confirmándose tanto en el sector público, como privado”. 

Sin embargo, el socio de KPMG reconoce que los ingresos del sector continuarán planos o en ligero descenso, impactados, especialmente, por la caída de la renta disponible en los hogares y por la presión del low-cost, “mientras que los márgenes continuarán estrechándose a medida que incremente el porcentaje de ingresos de los operadores por venta de equipos o servicios de valor añadido”. 

La competencia del sector y las low-cost 

Las operadoras low-cost o de bajo coste llegaron al mercado de las telecomunicaciones para quedarse, y cada vez le van ganando más terreno a las operadoras tradicionales. Según el estudio Telco: Mobile and Fixed broadband connectivity, elaborado por la consultora Oliver Wyman, el 41% de los españoles que cambie de compañía de teléfono móvil en el próximo año dejará una operadora tradicional por una de bajo coste. 

Un dato más que revelador que demuestra que España está en línea con la intención de abandonar una operadora tradicional por una low-cost con países como Italia (46%), pero por encima del que se registra en el mercado francés (35%), en el de Reino Unido (32%) y en el de Alemania (28%). 

Y esto, como argumenta Calvo Sotelo, es una característica muy acusada en España, pero también en Europa entera, y va en la línea de que tenemos un sector hiper competitivo en Europa. En parte, por la legislación, y también por la propia actuación de las autoridades de competencia. 

“Quizás una de las cuestiones que se tienen que revisar sobre el sector, como ha dicho el propio comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Thierry Breton, es si estamos prestando solo atención a la competencia y a los costes y estamos descuidando tener un sector en Europa fuerte que sea capaz de asumir los retos de la década de los 2000”, afirma el director general de DigitalES. 

Y es que la Comisión Europea (CE) se ha fijado una serie de objetivos en el marco de la Década Digital 2030. Estos objetivos concretos, que los Estados miembros de la UE deben alcanzar de aquí a 2030, son conseguir un entorno digital inclusivo y centrado en el ser humano; contar con unas infraestructuras digitales más seguras, accesibles y sostenibles; establecer un mayor empleo de capacidades digitales en las empresas; brindar unos servicios públicos en línea para todos y alcanzar una resiliencia colectiva reforzada.  

Sobre esto, el director general de DigitalES resalta que, para conseguir estos objetivos tan ambiciosos, se necesita de unos operadores fuertes, con volumen y con capacidad de actuación y, en este sentido, “la hipercompetitividad del sector es una de las cuestiones que habría que replantearse”.  

A su vez, el socio responsable de Telecomunicaciones de KPMG en España aclara que el marco regulatorio español y la abundancia de infraestructura han propiciado un mercado en el que operadores asset light -aquellos cuya estrategia de expansión o crecimiento implica poca inversión al estar basada en modelos de gestión o de franquicia y no en propiedad- pueden lanzar ofertas completas fijo-móvil a muy bajo precio, atractivas para un gran segmento de hogares. “Probablemente. el segmento hipersensible a precio continue creciendo a corto plazo”. 

Y es que, desde el punto de vista de los consumidores, el precio es el factor más determinante a la hora de decidir cambiar de proveedor de servicios móviles y de banda ancha, según la consultora Oliver Wyman. En el caso de España, el segundo elemento que más influye a la hora de realizar un cambio de operador móvil es el rendimiento (velocidad y calidad de la red) y la cantidad de datos, mientras que en la banda ancha fija la atención al cliente es otro factor de peso. 

Entonces, ¿cómo deben competir las operadoras tradicionales con respecto a las compañías de bajo coste? Según Luis Pardo (Ametic), una operadora tradicional debe tener claro cuál es su target de cliente.  

De hecho, prosigue, debe plantearse si competir contra la operadora low-cost para defender un terreno o por el contrario para conquistar nuevos terrenos. “Hemos visto algunas que ya han creado una segunda marca, lo que llaman multimarca, y cada una va con un princing y un target de cliente diferente. El marketing y la comunicación digital, así como los servicios de atención, son palancas diferenciadoras”, apunta Pardo. 

Por su parte, Calvo Sotelo (DigitalES), señala que las grandes operadoras son las que hacen grandes inversiones en redes y son las que han conseguido que seamos capaces de atravesar una pandemia como la de la Covid-19 y que todos hayamos podido estar conectados a la red gracias a las inversiones del sector. “Por eso hay una proposición de valor, que es la certeza, la seguridad que dan con sus inversiones a las redes”.  

Javier Arenzana (KPMG)

Así, “las operadoras premium deben justificar el mayor precio de sus ofertas con un mayor rango de servicios asociados a la conectividad y una experiencia de cliente excepcional, tanto en la contratación de servicios”, afirma Javier Arenzana (KPMG). 

En relación con lo anterior, también cabe replantearse hacia dónde avanza el sector, teniendo en cuenta las diferentes fusiones que se han acometido en los últimos tiempos. Y es que, en este 2023, las operadoras de telecomunicaciones han tenido que afrontar un año marcado por la fusión de Orange y MásMóvil, aún pendiente de la aprobación de Bruselas. 

En este sentido, ¿hablamos de una consolidación del sector? Bajo la opinión del director general de Ametic, “aún estamos de lejos, ya que en Europa hay unos 100 operadores activos y en EEUU son tres”. 

Sin embargo, sostiene que es importante esta pregunta, porque la explosión de los datos, de Internet of Things (Internet de las Cosas o Iot) y de la inteligencia artificial (IA) va a requerir redes muy robustas. Es decir, muchas operadoras, centradas en la guerra de precios, han reducido sus márgenes y, en consecuencia, su capacidad de inversión. “Será la mayor consolidación del sector la que permita invertir en las infraestructuras estratégicas del futuro”, apunta Pardo.  

La previsión del socio de KPMG gira en torno a la consolidación del sector, y es que, según él, “a medida que se completa el ciclo de despliegue de la fibra, el sector seguirá consolidando el número de operadoras locales”.  

Algo en lo que también coincide la Asociación Española para la Digitalización (DigitalES), que siempre ha abogado por una consolidación del sector, pero a nivel europeo. “Si queremos un sector con empresas fuertes, capaces de asumir las inversiones necesarias, es necesario avanzar en esa consolidación a nivel europeo”, apunta su director general.  

Pero, para eso, explica, se necesita también la colaboración de las autoridades y, especialmente, de la Comisión Europea. “Hay una necesidad de consolidación en el sector, pero tiene que verse acompañada por una política institucional que así lo entienda”, sostiene Calvo Sotelo. 

En materia de regulación, recientemente entraron en vigor las modificaciones de la Ley General de Telecomunicaciones en España, con el objetivo de proporcionar una mayor seguridad jurídica y flexibilidad a los operadores, así como una mejora de los derechos de los usuarios y un refuerzo en las competencias de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT).  

“Los ingresos del sector continuarán planos o en ligero descenso, impactados por la caída de renta disponible en los hogares y por la presión del low-cost” 

Javier Arenzana (KPMG)

Por citar algunas novedades, comenta el director general de Ametic, se establece una nueva clasificación de los servicios de comunicaciones electrónicas. Con respecto al usuario final, se crea un sistema de alertas públicas y se le otorga el derecho de no recibir llamadas comerciales que no desea. 

Porque el sector regula los derechos de los consumidores en su propia ley sectorial, pero esta ley, como sostiene Calvo Sotelo (DigitalES), avanza en esos derechos y también lo hace en una parte fundamental, que es la simplificación administrativa necesaria para el despliegue de nuevas redes.  

“De hecho, hay una parte que es de transposición de directiva europea, pero la propia directiva europea se había inspirado en reformas que ya habíamos hecho en España. En ese sentido, España ha sido pionera en ir adaptando sus procesos administrativos al despliegue de redes y ese carácter pionero también es el que ha hecho posible que España cuente con las mejores redes de Europa en la actualidad”, apunta el director general de DigitalES. 

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