La publicación británica ‘The Economist’ considera que “algunas de las subidas" del salario mínimo que se han producido en el sur de Europa parecen "excesivas” y cita el incremento del 22,3% en España para este año, “a pesar del desempleo en doble dígito” que existe entre la población activa española.
Así lo expone la revista en su número correspondiente a la última semana de agosto, en el que analiza el desempleo en el sur de Europa.
‘The Economist’ observa que el incremento en el paro en el sur de Europa que se produjo durante los años más duros de la crisis se ha revertido desde 2015, en línea con una tendencia de recuperación económica, de manera que en la zona euro se han creado ocho millones de puestos de trabajo. También destaca que cerca de dos tercios de personas entre 55 y 64 años en la zona euro están trabajando, frente a menos de la mitad que lo estaban en 2007.
Sin embargo, considera que la recuperación del mercado laboral en el sur de Europa aún está lejos de producirse, puesto que el desempleo en Grecia, Italia y España se encuentra por encima de los niveles precrisis y el paro juvenil se mantiene por encima del 30%.
La publicación cree que parte de la explicación para esta situación está en el “anémico” crecimiento económico. Para el caso de España, aunque destaca su “impresionante” recuperación económica, expone que todavía hay un millón de parados más que en 2008. Señala que los servicios de empleo ayudan a encontrar trabajo a pocos parados y el abandono escolar en España es mayor que en otros lugares.
Según ‘The Economist’, el trasfondo del elevado desempleo en el sur europeo es la proporción “relativamente elevada” de trabajadores que entran y salen de empleos temporales por el “elevado” coste por despido para los contratos fijos.
Las reformas emprendidas por muchos países para reducir la indemnización por despido han tenido distintos resultados, a juicio de la revista, que señala que en España y Portugal “han ayudado a restablecer la competitividad”. Un riesgo apuntado por el semanario es que haya un “retroceso” en estas reformas.
También se refiere a los incrementos del salario mínimo para decir que “algunas de las subidas (del salario mínimo) parecen excesivas” y cita el caso de España, en el que el SMI aumentó un 22,3%, añadiendo que esta subida se produjo “a pesar del desempleo en doble dígito”.
Concluye que con la economía global desacelerándose, “el fantasma del paro vuelve”.