La realidad virtual (RV), conocida por crear un entorno simulado que sumerge al usuario en una experiencia completamente virtual, tiene sus raíces en los simuladores de vuelo de la década de 1920. Evolucionó significativamente en la década de 1960 con el Sensorama, uno de los primeros dispositivos que ofrecía una experiencia inmersiva multisensorial. A su vez, la realidad aumentada (RA), que superpone información digital al mundo real, tuvo uno de sus primeros antecedentes en el sistema HUD (Head-Up Display) desarrollado en los años 60 para la aviación militar. La realidad mixta (RM), un término más reciente, combina elementos de ambos mundos, ofreciendo una interacción sin precedentes entre objetos virtuales y reales. Este concepto ha sido fundamental para el desarrollo de dispositivos como los Vision Pro de Apple, que permiten una experiencia inmersiva sin desvincular completamente al usuario del entorno físico.
La tecnología real
Las técnicas utilizadas en RV y RA varían significativamente. La RV requiere dispositivos como cascos o gafas equipados con pantallas y sistemas de audio para sumergir al usuario en un entorno completamente digital. Por otro lado, la RA utiliza cámaras y pantallas para superponer información digital al mundo real, permitiendo la interacción con ambos entornos.
Los dispositivos de realidad mixta, como los Vision Pro, incorporan tecnologías avanzadas de seguimiento ocular y gestual, procesamiento de imágenes y sonido espacial, para crear una experiencia de computación espacial donde la interacción digital y física se fusionan de manera fluida.
La cara y la cruz de esta realidad
La realidad aumentada, al combinar elementos digitales con el mundo real, ofrece aplicaciones prácticas en campos como la medicina, la ingeniería y el turismo. No obstante, la dependencia de la tecnología de visualización y procesamiento puede limitar su precisión y capacidad de respuesta en tiempo real.
La realidad virtual permite experiencias completamente inmersivas, ideales para entrenamiento, educación, y entretenimiento. Sin embargo, su naturaleza aislante puede ser una limitación, y ciertos riesgos físicos, para aplicaciones que requieren interacción con el entorno real.
Por otro lado, la realidad mixta, y específicamente la computación espacial introducida por los Vision Pro de Apple, promete superar muchas de estas limitaciones al ofrecer una interacción natural e intuitiva con información digital integrada sin problemas en nuestro entorno. Sin embargo, el alto coste y las demandas de procesamiento representan desafíos significativos.
El futuro ya es una realidad
Con la introducción de dispositivos como los Vision Pro, Apple está marcando el camino hacia un futuro donde la computación espacial será central en nuestra interacción con la tecnología. Este futuro contempla una integración aún más profunda de la RA y RV en el día a día, con aplicaciones que van desde la telepresencia mejorada hasta experiencias de entretenimiento inmersivas y herramientas educativas interactivas.
Los Vision Pro de Apple son un ejemplo claro de cómo las grandes corporaciones están invirtiendo en el futuro de la interacción de los humanos con la tecnología. Con más de 5.000 patentes y casi 150.000 millones de dólares invertidos, estos dispositivos representan un salto cualitativo en la experiencia de usuario, integrando lo mejor de la realidad aumentada, realidad virtual y realidad mixta. La elección de Apple por denominarlos visores de computación espacial en lugar de las gafas subraya la amplitud de sus capacidades y la visión de la compañía de ir más allá de las experiencias inmersivas convencionales, buscando una simbiosis entre el usuario, el dispositivo, y el entorno.
La realidad aumentada, la realidad virtual y la computación espacial están definiendo el futuro de nuestra interacción con la tecnología. Dispositivos como los Vision Pro de Apple no sólo reflejan el estado actual de estas tecnologías, sino que también apuntan hacia un futuro donde la integración de lo digital y lo físico será indistinguible, ofreciendo experiencias cada vez más ricas e inmersivas.
