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Directivos

Con nombre propio: Iñaki Núñez

Por Redacción Capital

Por Mónica Maldonado

Vitoria (1953). Empresario cinematográfico, inicia su trayectoria profesional con la creación de la distribuidora Araba Films. Produce y distribuye películas de éxito como Instinto Básico, La novena puerta, Marujas asesinas y El viejo que leía novelas de amor. Además, abre varias salas de cine: Mikeldi (País Vasco) y Conde Duque (Madrid).

Es en el año 1999 cuando su pasión por el vino, le lleva a fundar su propia bodega, Pago de Cirsus, en la localidad navarra de Ablitas, de la cual fue propietario hasta 2014. Uno de los pocos vinos de denominación de Pago (D.O. PAGO), que hay en España. Rápidamente se posicionó en los mercados internacionales como un referente de calidad, obteniendo más de 70 medallas de oro en los certámenes más importantes del mundo, y la bodega es elegida como una de las 100 mejores del mundo por la Asociación de Escritores y Periodistas del Vino.

Hace dos años lanzó al mercado su último vino, Tinto Iñaki Núñez Selección Privada, que ha sido puntuado con 94 puntos en la guía de la prestigiosa revista inglesa Decanter. Además de los vinos, quiso elaborar un Brut Crémant francés, eligió para ello la región de la Provenza, al sur de Francia. Su último éxito: Tedeum Brut ganador de la medalla de oro en el certamen Mundus Vini de Alemania 2021.

El cine y vino son dos negocios muy distintos, pero fascinantes en ambos casos. ¿Se siente afortunado de poder dedicar su carrera profesional a sus dos pasiones?

Me siento tremendamente afortunado por ello.  Como ya se sabe, hay una gran mayoría de personas que no está contenta con su empleo ni con la labor que desarrolla. Para mí, ir a trabajar siempre ha sido muy ilusionante, poder crear y hacer cosas nuevas en estos dos mundos que son tan creativos, es un privilegio. Las dos profesiones me han satisfecho mucho.

Se puede decir que los éxitos han sido muchos. ¿Ha habido algún fracaso? ¿Qué ha aprendido de los malos momentos? 

De los éxitos se disfruta, pero no se aprende nada. El éxito es muchas veces hueco, es efímero y realmente las conclusiones que se sacan no van más allá de lo que inicialmente uno ha planificado. Cuando se inicia un proyecto, la intención es que salga bien. Evidentemente, hay elementos del mercado imprevistos que pueden surgir con los cuales no has contado y que pueden hacer que aquello que se había planificado para que estuviera bien hecho y fuera un éxito, termina siendo un fracaso. De los fracasos se aprende mucho. Le das muchas vueltas y te preguntas en qué te has equivocado, qué ha pasado con el mercado, si era el momento de lanzarlo o nos habremos precipitado, te preguntas si el marketing fue inapropiado… Efectivamente es de los fracasos donde uno aprende y además el fracaso es una buena cura de humildad.

La pandemia ha golpeado fuertemente al sector de la cultura, siendo uno de los más castigados. ¿Cómo ha vivido la situación en sus salas de cine? ¿Cuál han sido los principales problemas que han tenido?

Como muchísimos negocios, el cine se ha visto muy afectado, teniendo que recurrir a ERTE, ERE o cierres. Es una situación desastrosa. En el cine la crisis es globalizada, por tanto, las películas que se estrenan por parte de las multinacionales americanas, que acapara el 70% de los espectadores que van a las salas, son estrenos globales a nivel mundial que se producen simultáneamente. Y es aquí donde hemos tenido el principal problema. Al estar Estados Unidos cerrado por la pandemia, no se han estrenado apenas películas americanas, y aunque hemos abierto las salas tras el confinamiento, hemos estado prácticamente sin producto americano, solamente con producto europeo. Tampoco las distribuidoras independientes han querido arriesgar sus grandes películas y solo han sacado las medianas. Lo estamos pasando todavía muy mal, ya que hasta que el resto de países, tanto europeos como de EEUU, no abran al 100% sus cines no se va a normalizar la situación. El avance en la vacunación nos hace tener cierto optimismo al respecto.

Tras el confinamiento, ¿qué medidas ha tenido que adoptar para que los espectadores continúen disfrutando del cine en sus salas?

Las medidas que hemos tomado son las máximas medidas de seguridad. En España, yo no tengo conocimiento de que ningún cine haya adoptado unas medidas tan extremas frente a la Covid-19 como nosotros. Hemos implementado un sistema revolucionario que se utiliza en las naves espaciales de la nasa, para que sean espacios libres de virus, con el nivel de esterilización de un quirófano. La hemos utilizado para que los espectadores en nuestro cine se sientan completamente seguros. Nadie se puede contagiar, aunque respire el aerosol de otra persona, difícil por la distancia de seguridad y la mascarilla, pero, aunque sucediera, ese virus queda inmediatamente neutralizado y muerto por este sistema. Es un mecanismo innovador que ha requerido una inversión enorme, pero estamos muy contentos porque el público lo está agradeciendo mucho y se sienten muy seguros.

Las plataformas de streaming (Netflix, Filmin, HBO, Amazon Prime) se han consolidado como la gran competencia de las salas de cine. Sin embargo, nunca sustituirán la experiencia y emoción de ver una película en la gran pantalla. ¿Cómo ve el futuro en este sentido? 

Los que llevamos mucho tiempo en esta industria hemos atravesado ya muchas etapas en las cuales se pronosticaba la defunción del cine. Por ejemplo, en los 80, se reconvirtieron los grandes cines en multiplex de 8 o 10 salas cada uno, fue una manera de reinventarnos como industria cinematográfica. La gente en ese momento comenzó a hacer uso de los alquileres de vídeo para ver en sus casas y también se dijo que era el fin de las salas de cine. Finalmente, no fue así, de hecho, fueron estos comercios los que desaparecieron. Tenemos que recordar que no es lo mismo ver una película en un cine que verla en televisión. Las plataformas son un elemento más que puede distorsionar de forma temporal, pero a la larga un aficionado al cine tendrá la necesidad de ver una buena película en pantalla grande, con sonido espectacular y ese ambiente especial del cual se disfruta en una sala. Por tanto, no creo en absoluto que estas plataformas tengan que ser competencia, pueden ser complementarias.

¿Qué le hizo dar el salto al mundo del vino?

El salto al vino se produce como consecuencia de una gran afición que yo tenía desde pequeño. Desde que tenía 15 años viajaba mucho con mi padre a las bodegas que él construyó en Rioja y en Ribera de Duero. Eran bodegas míticas, grandes y muy afamadas.  Me fue entrando el gusanillo y empecé a soñar con montar una bodega el día de mañana. Ese momento llegó después de muchos años de trabajar en el cine. Decidí lanzarme a esta gran aventura, comprar los viñedos, construir una bodega y así hacer realidad mi sueño. La recuerdo como una época muy bonita, de la cual estoy muy satisfecho. Los problemas también fueron enormes, hasta el punto de afectar a la salud en determinados momentos, pero el balance es tremendamente positivo.

Sus caldos han cosechado grandes logros. Sin ir más lejos, en el año 1999 su pasión por el vino le lleva a fundar su propia bodega, Pago de Cirsus, del cual fue propietario hasta 2014. El vino es arte, es tradición. ¿Qué secreto esconden sus vinos y su champagne?

El secreto de la elaboración del vino y del champagne, es como todo. Si tu propósito se hace con cariño y se crea con tesón, con rigor y con mucho amor, normalmente suele salir bien. En ambos casos, ponemos todo nuestro esfuerzo para obtener la máxima calidad. Hacemos muchas pruebas y solo cuando creemos que la calidad es la que buscábamos, tras dos años o incluso más, lo sacamos al mercado, con la convicción de haber conseguido el resultado deseado.

El vino es cultura y forma parte del patrimonio de nuestro país. ¿Cómo valora las políticas de promoción que lleva a cabo la administración, tanto a nivel nacional como internacional?

Desgraciadamente en nuestro país, las políticas de promoción no están a la altura de lo que deberían ser. El sector del vino representa un porcentaje del PIB importante. Somos el primer viñedo del mundo (aproximadamente el 13% del total mundial) y el tercer productor mundial. Nuestros vinos se venden en 189 países. Es verdad que, en los últimos años, se aprecia que se están haciendo las cosas algo mejor. Estamos conquistando en exportación muchos mercados que hace 30 años estaban cerrados para nosotros. Es fundamental contar con planes rigurosos que impulsen el sector ya que, a mi parecer, España es el país europeo cuyos vinos tienen mejor relación calidad-precio. Estamos muy por delante de Italia, y que decir de Francia, cuyos vinos son carísimos. Esta circunstancia, hay que aprovecharla sin duda alguna.

Degustar vino es toda una experiencia. ¿Cómo la definiría?

La experiencia de degustar vino es totalmente sensorial y además es una experiencia maravillosa, sobre todo si sabes de donde viene y cuál es el proceso. Es absolutamente sensorial empezando por el color, que dependiendo de la uva que utilices y según la tierra, se obtienen diferentes tonos. Esta sería la primera fase, la visual. La siguiente sería la olfativa, en la cual se aprecian los aromas determinados que son los que conforman la personalidad de los vinos. Y, por último, la gustativa, en la que se detecta el cuerpo del vino y tipo de sabor. Dependiendo del tipo de uva, cada vino tiene sus características y de ello depende el color y el aroma.  En España, la uva tempranillo es la más extendida y, ahora mismo, las garnachas también están muy de moda. Cuando Parker hizo la cata magistral en Rioja, las garnachas españolas conquistaron una fama maravillosa. Tenemos garnachas muy buenas de 80 y 100 años, que están dando un fruto maravilloso.

Los datos indican que el consumo de vino y otras bebidas alcohólicas ha aumentado de forma considerable durante la pandemia. ¿Qué nos puede contar en su caso?

El vino ha sufrido muchísimo por un lado en la restauración, que es el vino de valor que aporta los principales beneficios a las bodegas, ya que los restaurantes han estado cerrados mucho tiempo. Tanto las exportaciones de este vino de valor como la restauración, han tenido un descenso importante durante la pandemia. Por otro lado, las bodegas que son más grandes -producen entre 40 y 50 millones de botellas- se han visto compensadas y se dedican al canal de los supermercados. En este caso, el aumento en las ventas ha sido considerable ya que, al estar los restaurantes cerrados, el consumo en los hogares se ha incrementado.

¿Qué consejos daría a aquellas personas que quieran emprender un negocio?

Hay que tener mentalidad de empresario para emprender un negocio. Debe ser consciente de que se va a sufrir y hay que saber sufrir. Y, sobre todo, es esencial tener visión de futuro, una percepción que sea muy realista a lo que se quiere hacer y hasta donde crees que puedes llegar.

¿Cuál es tu máxima cuando vienen malos tiempos?

Evidentemente cuando vienen malos tiempos como los actuales, es mejor ser prudente, no hacer inversiones. Si en circunstancias normales, el empresario se tiene que caracterizar por la prudencia en sus decisiones y no ir a una expansión alocada, cuando llegan crisis externas como la que hemos vivido hay que hacer previsiones. Es muy difícil sobrevivir si no se es cauto.

¿Cómo definirías tu visión de futuro en una frase?

Mira bien lo que vas a hacer, analízalo con cabeza y pon todo tu corazón en ello.

¿Cuál es su consejo para un emprendedor?

Para emprender hay que tener mucho tesón, mucha prudencia e infinita paciencia. 

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